Ponencia presentada por Paqui el pasado sábado día 8 de febrero
En el año 2013
hubo 48 mujeres muertas a manos de sus maridos o parejas sentimentales, y desde
que llevamos de año 2014 en enero ya se
han producido 7 mujeres muertas. Hoy he querido traer este tema para poner mi
granito de arena y denunciar esta lacra de la sociedad española si estuviéramos
en un conflicto de intereses y hubiera 48 muertos del terrorismo en un año,
nuestro país ya se hubiera levantado para hacer manifestaciones y leyes más
duras para que esto no sucediera, pero como nosotros estamos como anestesiados
parece casi normal oír por las noticias, el goteo incesante, cada día de la muerte de una mujer (O varias
con hijos) muerta a mano de su marido o ex pareja.
La violencia es aquella
conducta que se realiza de manera consciente y adrede para generar algún tipo
de daño a la víctima. Con origen en el latín violentĭa, la violencia puede
buscar dañar física o emocionalmente.
Género, por su parte, es un concepto con
varios usos. En esta oportunidad nos interesa destacar su significado como el
grupo de seres que comparten ciertas características.
La violencia de
género, por lo tanto, es la ejercida de un sexo hacia otro. La noción, por lo
general, nombra a la violencia contra la mujer
(es decir, los casos en los que la víctima pertenece al género femenino). En
este sentido, también se utilizan las nociones de violencia doméstica, violencia
de pareja y violencia machista.
En concreto
podemos establecer que existen tres tipos claramente diferenciados de lo que es
la violencia de género. Así, en primer lugar, se encuentra la llamada violencia
física que es aquella en la que la mujer es víctima de malos tratos que dejan
huellas en su aspecto. Este sería el caso de golpes, empujones, patadas,
mordiscos o todos aquellos que son causados por el agresor al hacer uso de sus
manos o de objetos como pueden ser armas blancas.
En segundo lugar,
está la conocida como violencia de género psicológica. Esta es la que tiene
lugar cuando el hombre ataca a la mujer mediante insultos, humillaciones,
desprecios o amenazas. De esta manera, la víctima es fruto de una manipulación
que se traduce en que ella se sienta despreciada, indefensa e incluso culpable
de las reacciones de su pareja.
En este sentido,
hay que exponer que dentro de este tipo de violencia no física podemos
encontrar a su vez dos clases claramente diferenciadas. Así, está la económica
que es aquella que se caracteriza porque el hombre intenta que la fémina no
tenga acceso al trabajo o al dinero familiar para que así dependa de él. Y
luego está la social que es la que utiliza el agresor para que su víctima se
aísle de su entorno y no tenga contactos con nadie que pueda abrirle los ojos y
ver la situación en la que se encuentra.
En tercer lugar,
además de la violencia de género física y psicológica, está la sexual. En este
caso, el hombre utiliza la coacción o a la amenaza para establecer relaciones
sexuales no deseadas por la mujer.
Cabe destacar
que, en muchas ocasiones, los casos de violencia familiar no
suelen ser denunciados ya que la víctima puede estar atemorizada por convivir
con alguien violento o incluso puede sentir vergüenza por la situación.
La violencia de
género, especialmente la que se produce dentro del ámbito del hogar, es una
realidad que está presente en todos los países, en todas las culturas, en todos
los niveles sociales y se ha dado durante todas las épocas históricas,
generalmente, ha quedado silenciada en el ámbito de la privacidad.
La violencia de
género, de todas formas, incluiría en su sentido más amplio al maltrato físico
y emocional que una mujer puede desplegar contra un hombre. La idea, en cambio, no
contemplaría los comportamientos violentos entre personas del mismo sexo.
Como la violencia
contra la mujer es un problema histórico y cultural, ciertas legislaciones
contemplan una discriminación positiva respecto a este género, ya que se la
protege sobre el hombre. Hay casos donde, incluso, la violencia que ejerce una
mujer sobre un hombre no es delito.
En 1999, la
Asamblea General de las ONU
declaró al 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer.
Raíces de la
violencia contra la mujer
Historia del
patriarcado
Actualmente la
familia patriarcal puede aparecer desdibujada tras siglos de esfuerzos de la
mujer por emanciparse; en sus orígenes, convirtió a la mujer en objeto
propiedad del hombre, el patriarca. Al patriarca pertenecían los bienes
materiales de la familia y sus miembros. Así, la mujer pasaba de las manos del
padre a las manos del esposo, teniendo ambos plena autoridad sobre ella,
pudiendo decidir, incluso, sobre su vida. La mujer estaba excluida de la
sociedad, formaba parte del patrimonio de la familia, relegada a la función
reproductora y a las labores domésticas.
En la Roma
clásica, en sus primeros tiempos, es manifiesta la dependencia de la mujer,
debiendo obediencia y sumisión al padre y al marido.
El paterfamilias
tenía sobre sus hijos en derecho a vida y muerte; podía venderlos como esclavos
en territorio extranjero, abandonarlos al nacer o entregarlos a manos de los
familiares de sus víctimas si habían cometido algún delito; desposarlos y
pactar o disolver sus matrimonios. Pero así como los varones pasaban a ser
paterfamilias cuando moría el padre, y adquirían todas sus atribuciones
jurídicas dentro de su familia, las mujeres, por el contrario, iban a
permanecer de por vida subordinadas al poder masculino, basculando entre el
padre, el suegro y el esposo.
Este modelo de
familia patriarcal ancestral sufrió durante la República y el Imperio numerosas
modificaciones. El derecho sobre la vida de la mujer fue abolido. A ésta se le
seguía reservando la pena de muerte en determinados supuestos, pero ya no era
el marido el que decidía sobre ello, siendo la comunidad la encargada de
juzgarla. En determinados momentos la mujer llegó a conseguir una cierta
emancipación: podía divorciarse en igualdad de condiciones con el hombre, dejó
de mostrarse como la mujer abnegada, sacrificada y sumisa y en la relación
entre esposos se vio matizada la autoridad del marido. Esto ocurría
principalmente en las clases altas y no evitó que la violencia siguiese dándose
en el seno del matrimonio «dirigida a controlar y someter a las mujeres
mediante la agresión física o el asesinato».
Los avances que
pudieron darse durante la República y el Imperio romanos desaparecieron en el
periodo oscuro del medievo. Una sociedad que rendía culto a la violencia, la
ejerció también contra las mujeres y éstas se convirtieron frecuentemente en
moneda de cambio para fraguar alianzas entre familias. «En las clases más
bajas, además de cumplir con la función reproductora, constituían mano de obra
para trabajar en el hogar y en el campo».
En esta historia
han jugado un papel importante las religiones, suponiendo una justificación
moral del modelo patriarcal: «Las casadas estén sujetas a sus maridos como al
Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la
Iglesia y salvador de su cuerpo».
Consideración
actual
La violencia
contra las mujeres no es exclusiva de ningún sistema político o económico; se
da en todas las sociedades del mundo y sin distinción de posición económica,
raza o cultura. Las estructuras de poder de la sociedad que la perpetúan se
caracterizan por su profundo arraigo y su intransigencia. En todo el mundo, la
violencia o las amenazas de violencia impiden a las mujeres ejercitar sus
derechos humanos y disfrutar de ellos.
Amnistía
Internacional, Está en nuestras manos. No más violencia contra las mujeres.
Fueron las
organizaciones feministas en la segunda mitad del siglo XX las que dieron
visibilidad plena al problema de la violencia contra la mujer. Es curioso que
en muchos países se confeccionasen estadísticas sobre accidentes de tráfico al
tiempo que se ignoraba la incidencia de feminicidios
y violaciones.
En Francia, un artículo de Janna Hanmer, aparecido en la revista Questions
Feministes, dirigido por Simone de Beauvoir, se preguntaba por qué no se
elaboraban estadísticas sobre la incidencia de la violencia contra la mujer en
el seno de la familia; «encontraba la respuesta, precisamente, en que el
fenómeno era considerado como un problema particular y no un hecho
social».1975-1985 se declaró Decenio de la Mujer. Especial importancia tuvo la
celebración del Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres en
Bruselas en 1976, siendo la primera vez que se tipificaron como crímenes
diferentes tipos de violencia cometidos contra las mujeres,
creándose la Red Feminista Internacional
con programas de apoyo y solidaridad.
Hoy en día
numerosos países cuentan con estrategias específicas para combatir la violencia
contra la mujer. Estos países han modificado su legislación incluyendo en ella
leyes contra la violencia hacia la mujer, diseñan planes generales y
sectoriales para combatirla y promueven campañas para interesar a los
diferentes ámbitos de la sociedad en este problema. Estas estrategias han
servido a su vez para sensibilizar a Estados y Sociedad ante otras formas de
violencia: contra la infancia, ancianos, minusválidos, colectivos
minoritarios,… No obstante, la violencia contra la mujer sigue produciéndose en
tasas insoportables. También, habiendo sido las sociedades occidentales las
pioneras en esta lucha, siendo en estas sociedades donde los movimientos por
los derechos de la mujer antes y más se han desarrollado, en otras muchas
sociedades, esta lucha se encuentra sensiblemente retrasada.
Violencia
contra la mujer en la familia
La violencia
contra la mujer comienza en la infancia y es en la familia donde principalmente
se ejerce esa violencia. La infancia es especialmente vulnerable a la violencia
y la niña sufre un plus añadido por su condición femenina. A la ablación,
generalizada en determinadas comunidades e ineludiblemente ligada al sexo
femenino, el comercio sexual que puede arrancar ya en el seno de la familia con
la venta de la niña, o el infanticidio y los abusos
sexuales, más frecuentemente ligados al sexo femenino, se une una
más estricta autoridad paterna, ejercida también por hermanos, y una educación
discriminatoria que limita sus expectativas vitales.
El infanticidio
femenino es habitual en determinadas culturas. «En la India la proporción entre
hombres y mujeres es la más desigual del mundo». En Pakistán
y Bangladés
existen parecidos desequilibrios y en regiones de China el infanticidio
femenino está generalizado. Una percepción de la mujer devaluada, costumbres
discriminatorias, considerar la educación de las niñas como una carga y los
deseos del padre de perpetuar el apellido mediante un varón serían las causas
de estos infanticidios. «En algunas zonas de Pakistán –y también en el vecino
Afganistán- el nacimiento de una niña va acompañado de ritos de duelo». En
China, la imposición del «hijo único» en 1978, en un país con una marcada y
ancestral preferencia por la descendencia masculina, multiplicó este tipo de
infanticidios. En la actualidad, la posibilidad de detectar el sexo durante el
embarazo ha venido a agravar el problema con abortos selectivos.
Más del 80% de
las violaciones las perpetran miembros de la familia de la víctima, y mayoritariamente
a edades muy tempranas, cuando esta no pasa de ser una niña. Padres, abuelos,
tíos, adultos en los que ella confía pasan a ser sus agresores. Este es un
problema mundial que en muchas ocasiones no trasciende más allá de los límites
de la propia familia, la niña sufre la violencia en silencio, avergonzada y con
sentimientos de culpa.
La venta de niñas
sería otra violencia sufrida por la mujer en la infancia y en la familia. Estas
ventas pueden tener diversas finalidades, pero el lucrativo negocio de la prostitución,
las enfermizas inclinaciones sexuales de clientes, unido a la miseria en la que
se ven sumidas muchas familias han extendido el comercio de niñas, menores de
diez años en muchos casos, destinadas a la explotación sexual. Podríamos decir
que es un problema limitado a determinados países no occidentales, pero es
Occidente desde donde parten los clientes en un «turismo
sexual» que está adquiriendo auge. «El llamado "turismo
sexual" es una de las formas contemporáneas del saqueo al que viven
sometidos los países pobres. […] Según la UNICEF existen en torno a doscientos
mil adeptos del turismo sexual» (cuatro de cada diez turistas que visitan Tailandia
lo hacen solos).
A estas
violencias, aún habría que sumar otras muchas de menor carácter que irían desde
un mayor autoritarismo paterno y familiar, a los matrimonios forzosos. La
violencia ejercida contra la mujer, sea cual sea su naturaleza, tiene como
marco preferente la familia
Violencia
contra la mujer en la pareja
La violencia
contra la mujer por parte de su pareja o ex-pareja está generalizada en el
mundo dándose en todos los grupos sociales independientemente de su nivel
económico, cultural o cualquier otra consideración. Aun siendo de difícil
cuantificación, dado que no todos los casos trascienden más allá del ámbito de
la pareja, se supone que un elevado número de mujeres sufren o han sufrido este
tipo de violencia. Estudios realizados en países por desarrollar arrojan una
cifra de maltrato en torno al 20%, encontrándose los índices más bajos en
países de Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en
torno al 3%.
«Es un hecho que
en una relación de pareja la interacción entre sus miembros adopta formas
agresivas». En todas las relaciones humanas surgen conflictos y en las
relaciones de pareja también. Las discusiones, incluso discusiones acaloradas,
pueden formar parte de la relación de pareja. En relaciones de pareja
conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la agresión física entre ambos.
Esto, que podría alcanzar cotas de violencia que serían censurables y
perseguibles, formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las
parejas. El maltrato nada tiene que ver con esto; en el maltrato el agresor
siempre es el mismo: «Por definición, el conflicto es una modalidad relacional
que implica reciprocidad y es susceptible de provocar un cambio. Por el
contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas formas –agresiones verbales y
físicas-, es unilateral, siempre es la misma persona la que recibe los golpes».
Las cifras de
mujeres víctimas de violencia familiar llevada a cabo por quien sea o haya sido
la pareja de la mujer, requiere especial dramatismo en el ámbito de la pareja y
doméstico: anualmente decenas o cientos de mujeres son asesinadas a manos de
sus parejas en diferentes países del mundo.
En la pareja el
maltrato es mayoritariamente ejercido por él contra ella. Tiene unas causas
específicas: los intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima que
determinados hombres tienen de las mujeres; causas que conducen a procurar
instaurar una relación de dominio mediante desprecios, amenazas y golpes.
Los rasgos más
visibles del maltrato son las palizas y los asesinatos, son los que trascienden
del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos de «baja intensidad», los
maltratos psíquicos que mantenidos en el tiempo socavan la autoestima de la
mujer, son los que mayoritariamente se dan. Cuando trasciende un caso de
maltratos, la mujer puede llevar años sufriéndolos. Y si los maltratos pueden
producirse en cualquier etapa de la historia de la pareja, es en el momento de
la ruptura y tras esta, si se produce, cuando llegan a exacerbarse.
El modelo
psicopatológico explica la violencia como resultado de conductas desviadas
propias de ciertos individuos cuya historia personal está caracterizada por una
grave perturbación. Este enfoque, al fin y al cabo tranquilizador, habla de un
«otro», un «enfermo» o «delincuente», al que, después de examinarlo, se le
puede castigar o tratar médicamente. Desde el punto de vista feminista la
violencia masculina se percibe como un mecanismo de control social que mantiene
la subordinación de las mujeres respecto de los hombres. La violencia contra
las mujeres se deriva de un sistema social cuyos valores y representaciones
asignan a la mujer el status de sujeto dominado.
El Gobierno
Español está estudiando modificar la ley Integral contra la Violencia de Género
(de 2004) para incluir también como víctimas a los menores que conviven con una
mujer que sufre malos tratos. La reforma está prevista en el anteproyecto de
Ley de Protección a la Infancia, que detalla que la violencia que sufren
–directa o indirecta- estos niños condiciona su bienestar y su desarrollo y les
puede causar problemas de salud. Los menores, como incide el documento que
explica la reforma pueden convertirse “en instrumento de violencia y dominio
sobre la mujer”.
Pese a ese cambio
normativo, el Gobierno no prevé, de momento, el impulso de fórmulas para
agilizar la retirada de la custodia o el derecho de visitas a los hijos para
los imputados por violencia de género, como solicitan las organizaciones de
mujeres. Ejemplo.. Caso Bretón (mato a sus hijos Ruth y José para vengarse de
la madre en Cordoba).
REFLEXIONES
Quisiera tener la
clave para que esto no suceda pero la única solución que veo es que todos
nosotros (incluyendo a los hombres por que estas mujeres también tienen padres,
hermanos, hijos.)
Nos concienciemos
de este problema que no lo veamos como una cosa normal que no tiene solución y
en lo que podamos hacer y ayudar lo hagamos, no es cuestión de pensar este no
es mi problema, yo no me voy a meter en la vida de nadie, si vemos una cosa anómala
denunciémosla, a las autoridades.
Hay un teléfono
de información y emergencia el 016 (que es gratuito) este teléfono de
información y asesoramiento jurídico en materia de violencia de género.
Las llamadas son
confidenciales y no aparecen en la factura del teléfono.
¿Qué ofrece?
-Atención las 24
horas del día los 365 días del año.
-Derivación de
llamadas de emergencia 112.
-Información a
las mujeres víctimas de violencia de género y a su entorno (familiares,
vecinos/as, etc.).
-Información
sobre recursos y derechos de las víctimas en materia de empleo, servicios
sociales, ayudas económicas, recursos de información, de asistencia y de
acogida para víctimas de este tipo de violencia.
Teléfonos de
Emergencia
Si te encuentras
en una situación de emergencia:
- Comisaria de la
mujer 932 433 710 Barcelona
- O llama al 112,
016.
- Tanto el 016,
como el 112 son gratuitos y permiten llamar desde un móvil sin saldo o desde
una cabina, sin monedas.
Podeís dejar vuestras opiniones y comentarios en el recuadro inferior si así lo deseaís
Muy bien planteada tu ponencia Paqui,
ResponderEliminarEl hecho de que este tipo de situaciones se perpetuen en el tiempo , nos dá a entender que ambas partes funcionan de manera patológica , sino no se podría entender el aguante del maltrato durante durante años . Creo que siempre hay un camino para salir del laberinto
Tienes razón Mª Rosa, pero por desgracia siempre es uno el que tiene más que perder, en este caso la vida, Paquita
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