Pregunta inicial:
Según tú, ¿qué es lo más importante de conservar en la vejez (excluyendo
el tema SALUD? (pensar sólo una)
Una
pregunta dá título al tema. La
intentaremos responder entre todos.
Yo me voy a
centrar en algunas reflexiones que nos puedan ayudar a encontrar las posibles
respuestas.
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¿POR QUÉ ENVEJECEMOS?
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SUBDIVISIÓN DE LA VEJEZ
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ACTITUDES A LA HORA DE
VIVIRLA.
La mayoría de las teorías sobre el envejecimiento biológico se
engloban en dos categorías : teorías de programación genética y teorías de tasa
variable.
TEORIAS DE PROGRAMACIÓN
GENÉTICA:
Sostienen que envejecemos según una secuencia normal del
desarrollo incorporada en los genes. Existe un límite biológico al ciclo de las
células humanas, un límite que Hayflick estimó en 110 años. También el reloj
biológico puede actuar a través de genes que controlan cambios hormonales o
causan problemas en el sistema inmunológico, dejando al cuerpo vulnerable a
enfermedades infecciosas, también a pérdida de fuerza muscular, acumulación de
grasa y atrofia de los órganos.
No obstante no olvidemos que los factores ambientales y las experiencias interactúan con los
genéticos.
TEORÍAS DE TASA
VARIABLE:
Estas teorías consideran el envejecimiento como resultado de
procesos que varían de una persona a otra y son influidos por factores internos
y externos.
La teoría del desgaste o
del envejecimiento celular sostiene que el cuerpo envejece como resultado
del daño acumulado por el sistema más allá de la capacidad del cuerpo para
regenerarlo. A medida que las células envejecen son menos capaces de regenerar
los elementos dañados.
La teoría del radical
libre se centra en los efectos nocivos de los
radicales libres: átomos o moléculas de oxígeno sumamente inestables que se
forman durante el metabolismo y que
pueden dañar las membranas celulares, las proteínas celulares, las grasas e
incluso el ADN. El daño producido por estos radicales libres se acumula con la
edad.
La teoría de la tasa de
vida sugiere que el cuerpo sólo trabaja a su
ritmo; así mientras más rápido trabaje más rápido se desgasta. La velocidad del
metabolismo determina la duración de la vida.
La teoría autoinmune o
del debilitamiento del sistema inmunológico sostiene
que el sistema inmunológico al envejecer puede “confundirse” y liberar
anticuerpos que atacan las propias células del cuerpo.
Todas estas teorías tiene consecuencias prácticas: si los seres
humanos estamos programados para envejecer a cierto ritmo, en realidad poco
podemos hacer para retardar el proceso, pero si consideramos que el
envejecimiento es variable entonces es que puede ser influido por el estilo de
vida y prácticas de salud.
Parece probable que cada una de estas teorías ofrezca una parte de
la verdad. La conclusión es que los factores de estilo de vida y ambientales
controlables interactúan con los factores genéticos para determinar cuanto
tiempo vive una persona y sobretodo en qué condiciones.
SUBDIVISIÓN DE LA VEJEZ:
Muchos han señalado que la vejez es una realidad a la cual estamos
condenados si queremos vivir una larga vida. Pero no podemos hablar de vejez
como si fuese una entidad singular, una enfermedad, un estado terminal o una
mera espera del final, y mucho menos de una etapa única.
Los estudiosos de la vejez tienden a hacer una subdivisión de esta
que consiste en distinguir entre: ancianos
jóvenes (de los 65 a los 75 años), ancianos
medios (de los 75 a los 85 ó 90 años) y ancianos
viejos (de los 85 en adelante); reconociendo que cada uno de estos grupo tiene
problemas, necesidades y capacidades diferentes.
Si bien la buena salud, los
buenos amigos, la buena suerte y unos buenos ingresos hacen la vejez más
soportable, lo que determina la calidad
de nuestra vejez es la actitud con la que nos enfrentamos a nuestras pérdidas y
la propia naturaleza de esas pérdidas.
ACTITUDES A LA HORA DE VIVIRLA:
Hay ancianos y ancianas que ven en
cada dolor, en cada signo de decadencia o limitación física, un
atropello, un asalto, una humillación y una pérdida intolerable. Pero también
hay quien logra adoptar un punto de vista más positivo sobre el asunto. La
diferencia entre estas dos actitudes es la que existe entre “la preocupación
por el cuerpo” y “la trascendencia del cuerpo”; la que existe entre enfrentarse
al envejecimiento físico como un enemigo o bien como una fuerza dominante con
la cual debemos llegar a algún tipo de entendimiento.
Ante un mismo mal físico, un tipo de persona (un pesimista) se
verá a sí misma como medio muerta e incapaz de nada, otro tipo de persona
(optimista) se verá como en envidiables condiciones y capaz de todo, y un tercer tipo (un realista) se verá
consciente de la pérdida de ciertas capacidades y sabrá lo que es capaz de
lograr con las que le quedan.
“Hay que aprender a tratar razonablemente con la vejez, a
reconocer y atender todos aquellos síntomas tan aburridos de nuestra
desintegración postrera; pero lo que realmente importa es que nuestra
desapasionada aceptación de este desgaste se compense con una utilización plena
de lo ocurrido en los largos, maravillosos y otros no tan maravillosos años de
nuestra vida, para que nuestra mente se pueda liberar del cuerpo y utilizar la experiencia para superar
las molestias con una apreciación lúcida y alegre de lo que es la vida”
M.K.Fisher
Una espléndida mujer, actriz, escritora y psicóloga Florida Scout
Maxwell, nos habla así desde sus 80 años: “Nosotros que somos viejos, sabemos
que la vejez es algo más que una incapacidad. Es una experiencia intensa y
variada, a veces algo que está por encima de nosotros, pero que debemos vivir
con orgullo. Si bien es una larga derrota, también es una victoria.
Luego agrega: “Cada vez que sufro de un nuevo impedimento físico,
miro a mi alrededor para ver si ha venido la muerte, y llamo suavemente:
“Muerte, eres tú? ¿Estas ahí? Y hasta ahora es siempre el impedimento el que me
contesta: “No seas ridícula. Soy yo”
A pesar de que la vejez no es una enfermedad, existe una
disminución de las funciones fisiológicas y un aumento de la vulnerabilidad, lo
cual puede hacer que una persona llena de chispa y vida a los 65 pueda encontrarse por los suelos al cumplir
los 80. Hay impedimentos físicos que pueden convertirnos, contra nuestra
voluntad, en seres dependientes. Hay enfermedades del cerebro, orgánicas e
irreversibles, contra las que ni la
valentía ni la fuerza de carácter nada pueden. Pero existe algo más contra lo
que debemos luchar: es la visión que la
sociedad tiene de la vejez.
La visión moderna de la vejez nos dice que los ancianos
constituyen una carga; que se trata de gente que sólo recibe sin tener nada que
darnos, que su sabiduría no es especialmente sabia y que hoy en día no nos
serviría para vivir; que sus conversaciones son repetitivas, banales y
aburridas, que huelen mal y actúan lentos.
Sin que se les ame, y sufriendo la condescendencia de los demás,
sin que se les escuche, considerados como una especie aparte, los ancianos son
marginados y, a menudo, ignorados. Vivimos en una sociedad en la que se rinde
culto a la juventud, esto es una evidencia.
Sin el optimismo ni la energía suficiente para rechazar esta
visión de la sociedad también nosotros pensaremos quizás a los 65 años que
estamos acabados, que llegados a este punto lo mejor quedó a nuestras espaldas
y que lo peor aún ha de venir.
Pero también sabemos que no existe una única manera de vivir la
vejez, como tampoco existe una forma “correcta” y exclusiva de vivirla. Existen
caminos divergentes en la vida para conducir a lo que los sociólogos llaman
“una manera satisfactoria de vivir la ancianidad:
—
Tipos reorganizadores:
Personas de vida sumamente activa que reemplazan con nuevas relaciones y nuevos
proyectos aquello que la llegada de la vejez les ha quitado.
—
Tipos centrados: Que llevan
una actividad de mediana intensidad, al reemplazar un amplio espectro de
compromisos y ocupaciones por uno o dos intereses concretos, como la
jardinería, el ocuparse de los nietos o trabajar en casa.
—
Y una buena vejez también se
conserva entre los llamados “no comprometidos”, que encuentran una gran
satisfacción en una vida retirada, contemplativa y de escasa actividad.
Así pues la vejez puede ser activa o no comprometida, festiva o
serena, puede ser una consolidación de lo que sabemos y de lo que hicimos en el
pasado, o puede ser una exploración nueva, incluso fuera de lo convencional.
Pero es más fácil envejecer si no estamos ni somos aburridos, si tenemos amigos
y proyectos en los que ocuparnos, si somos abiertos y flexibles para someternos
a las pérdidas que no podemos evitar.
Como decía al principio, es importante que aprendamos en esta
etapa a trascender de nosotros mismos, de nuestro ego; esto nos permitirá
relacionarnos con el futuro a través de las personas y las ideas, y superar
nuestras limitaciones personales dejando
una herencia para la próxima generación.
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Preguntas para el debate:
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Vivir largos años, ¿es eso lo que nos interesa? ¿Nos lo hemos
preguntado alguna vez?
—
¿Podemos intervenir ,hacer algo, para conseguir vivir más o vivir
menos?
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¿Cúales son los problemas que genera, al propio individuo y a su
entorno (familia, sociedad), una vida muy larga? Cuales son los aspectos
positivos?
ANA CASTRO
Solo quiero opinar que tengo 71 años , y estoy harta de oir hablar de arrugas y de los efectos del tiempo . Estoy orgullosa de mi edad , no la escondo jamás , mis arrugas significan que he vivido , sé que mi rostro tiene arrugas y qué?pero no las tengo dentro de mí. He empezado y terminado proyectos , he amado mucho , y he tenido la suerte de vivir momentos muy felices y otros menos , alegrias y sufrimientos . Es el proceso natural de una vida . Maduramos , envejecemos pero no debemos convertirnos en momias. Reconozco y dignifico la "vejez"y tengo y siento el derecho a disfrutar de la vida mientras tenga "vida" en cualquier etapa . Esto siempre y cuando no se sufra una enfermedad mental o terminal ,ahí variaria el comentario. Abrazos.
ResponderEliminarMªRosa