El fraude es una industria internacional que mueve miles de millones de euros.
El enunciado de la ponencia es “Los paraísos fiscales”, pero he creído oportuno hablar un poco sobre el reciente caso de Urdangarin, puesto que todo va vinculado.
La Audiencia Nacional rechaza investigar el caso Urdangarin, porque ni la cifra ni los delitos afectan al desarrollo de la economía nacional.
¡Qué vergüenza!
¿No dicen que la justicia es igual para todos? Bueno, aducen que la cifra, presuntamente defraudada, no es significativa, ni impactante, ni de enorme envergadura ¿Es esto posible?
Cuando se ha afirmado que la sede barcelonesa de Nóos, entre 2005 y 2006 recibió 2,3 millones de euros del Gobierno Balear de Jaume Matas, para la organización de sendas jornadas sobre turismo y deporte de cuyos gastos no queda rastro documental.
El registro se extendió también a cinco empresas vinculadas a Nóos y al propio Urdangarin, entre ellas inmobiliarias, etc. etc.
Este fenómeno de corrupción, ya sea tráfico de influencias, o en forma de obtención de favores ilícitos a cambio de dinero, u otros favores, constituye una vulneración de los Derechos Humanos por cuanto, en general, entraña una violación del derecho de igualdad ante la Ley, y en ocasiones, llega a suponer una vulneración de los principios democráticos, y por añadidura el fenómeno de la corrupción lleva aparejado un elevado coste social y económico.
La corrupción, en el sector privado, pocas veces se limita a la actuación de un individuo solo, sino que forma parte de una red que involucra a numerosas personas. Practican el lavado de dinero, vinculado con actividades ilegales, demuestra la existencia de estas redes en las que no sólo se encuentra involucrado el sector privado, sino también abogados, y el poder judicial, y si no recordemos algunos casos en nuestro país. La operación Malaya, la operación Ballena Blanda, la operación Hidalgo, Botín, etc., que han expuesto el blanqueo de dinero en España, además del papel central de algún despacho de abogados.
¿Qué es un Paraíso Fiscal? En un sentido muy general, los paraísos fiscales son aquellos países en donde unos residentes extranjeros, empresas o personas, con grandes ingresos, colocan su dinero, para evitar pagar impuestos en sus países de origen. Esta definición designa varios tipos de países. Están por ejemplo, aquellos países que son un conjunto de pequeñas economías, la mayoría insulares, cuyos regímenes fiscales se han constituido con la intención de atraer a los no residentes, y que hacen publicidad de ello en las revistas internacionales de economía.
También hay un determinado número de países, que también son considerados como paraísos fiscales, como Suiza, Luxemburgo, Liechtenstein, etc. Las economías de estos países poseen unos sistemas fiscales, complejos, diferentes y reglamentados, y que sus leyes fiscales presentan determinadas características que las hacen muy atractivas a los ojos de poseedores de capitales extranjeros.
Un paraíso fiscal es una jurisdicción que no grava con impuestos a las rentas del capital, y que además presenta una de las tres características siguientes: Falta de de transparencia, negativa a proporcionar información a las autoridades extranjeras y la posibilidad de crear empresas ficticias.
Existe un grupo llamada acción financiera GAFFI, que es una institución encargada de la lucha internacional contra el blanqueo de dinero mafioso, ya que estos paraísos fiscales son países no cooperativos. No están reglamentados en materia financiera, además estos países se inscriben en la mundialización ofreciendo a sus clientes una residencia jurídica ficticia.
Se distinguen por el hecho de que sus entidades financieras, no solamente no proporcionan información sobre sus clientes, sino de que están obligadas por ley a no rebelar a sus propios gobiernos ni el origen, ni la naturaleza, ni el nombre de sus clientes.
Es el caso, por ejemplo, de Suiza o Luxemburgo, por tanto son paraísos para defraudadores de impuestos, y para blanqueo de dinero criminal.
Un antiguo ejemplo de estos paraísos fueron Las Bermudas, que actualmente han perdido su supremacía en beneficio de las Islas Caimán, y esta plaza atrae entre el 45% y el 65% de los nuevos fondos manejando un montante superior a 11 billones de dólares, y también las Islas Vírgenes son otro exponente de este blanqueo.
Hay otro determinado número de grupo de países, que aunque rechazan ser llamados paraísos fiscales, sus economías poseen de hecho unos sistemas fiscales complejos y reglamentados.
Suiza reforzó su secreto bancario en los años 30 y algunos cantones, como el de Zuko a la cabeza, ofrecen desde los años 20 la posibilidad de constituir en ellos sociedades que garantizan el anonimato de sus dirigentes.
De este modo, Suiza se convirtió en un símbolo de los territorios que atrae el “hot Money”, como dicen los anglosajones, es decir, los capitales que se desplazan por la banca mundial, y cuyos propietarios, desde el criminal al dictador, y al defraudador fiscal, no desean ser identificados.
En estos países el sector financiero representa entre un 20% y un 40% del PIB.
De sobra sabemos todos que deportistas, cantantes, empresarios, por no citar nombres, están inscritos en estos países, y evaden sus ganancias, defraudando así a su propio país.
Servicios secretos, gobiernos y bancos centrales, están directamente interesados en su existencia, pues son utilizadores regulares. Los grandes países industrializados lo son también, y empezaron a usarlos, por primera vez, al servicio de su política de defensa y seguridad, así como los servicios secretos, y su empleo no es precisamente reciente.
En 1968 Alan Vernay escribió que al comienzo de los sangrientos conflictos en el ex Congo Belga, la CIA tomó a su cargo el mantenimiento de la aviación congoleña y de los mercenarios, y para ocuparse de ello, creó una sociedad en Liechtenstein, y que la detención de ex primer ministro congolés Moise Tohombe, en el 1967, por un agente de los servicios secretos franceses, se efectuó mediante el secuestro de un avión registrado en el mismo país por un sociedad de estudios y documentación económica y financiera, la cual estaba muy alejada de su misión original.
El mismo autor escribe que el tesoro americano no ha podido hacer nada durante mucho tiempo contra las prácticas dudosas del de Panamá, en la medida de que el país tenía el apoyo secreto del Pentágono, que había depositado en ese país un contingente de armas atómicas, destinado a ser eventualmente utilizado contra el régimen castrista. Una investigación, y se pudo demostrar, que si este banco pudo proseguir con sus actividades fraudulentas, fue porque servía de tapadera a las operaciones financieras secretas de la CIA.
También, por parte de los grupos criminales, desde principios de los 30, el dinero del hampa iba a parar a Las Bahamas.
Entre los circuitos que al parecer se encargan de la financiación de la red de Al-Qaeda, hay varios bancos, algunos instalados en Dubai, así como un grupo ginebrino perteneciente a un Trust financiero, del que forman parte bancos instalados en Suiza, Luxemburgo y Jersey.
La última ironía de la historia de los bancos suizos, ha sido que han utilizado durante mucho tiempo, el mismo secreto bancario para justificar la poca prisa que han tenido para restituir a los supervivientes del holocausto y a sus herederos los fondos que guardaban en sus cajas fuertes, desde la II Guerra Mundial. Ha sido necesaria toda la potencia política de EEUU para obtener que los bancos suizos abran por fin sus archivos y sus cajas fuertes.
¿Quién sabe, por ejemplo, que las Islas Caimán, son el 4º centro financiero mundial? ¿O que la inversión de los EEUU en China es inferior a la efectuada por los británicos en las Islas Vírgenes? ¿O que las pequeñas islas británicas, o las del Caribe, reciben más inversiones de las multinacionales estadounidenses que la propia China?
Muchas organizaciones han luchado contra estos estados parasitarios, pero hasta ahora no ha servido para nada.
Esto da que pensar, ¿en qué mundo estamos viviendo?
La globalización ha provocado un crecimiento exponencial de la economía, pero un gran porcentaje de ese crecimiento ha sido especulativo.
El S. XXI será el siglo de la conciencia colectiva, o el de la destrucción total.
Hasta aquí se ha demostrado que los paraísos fiscales se inscriben en el corazón mismo de las infraestructuras de la mundialización económica actual. Para borrarlos jurídicamente del mapa bastaría con una sola línea: sería “suficiente” que algunos estados de los mercados financieros importantes (EEUU, Reino Unido, Japón, etc. etc.) hicieran constar en sus textos legales que toda transacción procedente de, o con destino a, estos territorios es ilegal.
Un determinado volumen de estos negocios sobreviviría de un modo marginal, pero la actividad desarrollada a la luz del día de esos territorios, se vería muy afectada, y lo mismo pasaría con las rutas de la inversión y de la financiación, es decir, toda la actividad económica mundial se vería afectada.
Por esta razón, ninguno de estos estados, tomará la iniciativa.
Pienso que la transparencia es vital para que el aire sea limpio.
Esto de los paraisos fiscales es un cachondeo a los ciudadanos nos estan pidiendo sacrificios para salvar al pais, nos estan sableando a impuestos a todos los que tenemos una nomina, pero en cambio a los grandes empresarios, banqueros etc..estos se salvan y la mayoria (por no decir todos ellos tienen su dinero a buen recaudo en paraisos fiscales)¡Viva la ley del embudo!
ResponderEliminarEs absolutamente desesperante ver que los que se llevan el dinero a paraísos fiscales, después de apropiarse de el indebidamente, siempre se defenderán y encontraran alguna escusa para justificarse.
ResponderEliminarAdemás, ¿Cuántos de los procesados por esos delitos han devuelto lo robado?
En el Monopoli (juego por antonomasia símbolo del capitalismo mas feroz, y creado a su imagen y semejanza,), existe una casilla de “Cárcel”.
¿Por qué será? ¿Es que ese mismo capitalismo asume que para hacerse rico, además de explotar al prójimo también hay que actuar delictivamente?
La gracia esta en que no te pillen, si no, ya se sabe a la cárcel….
De todas formas, todos los encausados por estos delitos, son pobres de solemnidad, no tienen ninguna propiedad, ni capital, ni nada a su nombre, en la miseria vamos….
¿Como van a devolver lo robado… pobrecitos?