El día de San Valentín, patrón de los
enamorados es una fecha arbitraria creada para un fin comercial. Sin embargo, si
bien San Valentín, tiene esa clara vocación comercial, está rodeado de varias
leyendas, todas ellas inciertas que dan
una carga simbólica a esta fecha.
Se podrían enumerar decenas de leyendas o “cuentos”
acerca del patrón del amor, pero la más repetida es la que hoy debatiremos.
Lo que está científicamente demostrado, es
que el amor disminuye la hipertensión y los riesgos de accidente vascular. Después
de miles de años de tradición literaria, la expresión “me muero de amor” debería
ser reformada y cambiada por la de “me
muero sin amor”. Pequeño detalle que invita a cuestionar, si el amor, en un país
donde los divorcios superan casi al número de casamientos, se trata de una
festividad de un día.
Actualmente las relaciones, cada vez se tejen
en otros entornos, que como se hacía anteriormente. Las nuevas tecnologías, y
especialmente las aplicaciones y redes sociales, han modificado la manera de
felicitar esta fiesta.
Nosotros y las generaciones anteriores más
aún, no teníamos este tipo de herramientas, que por un lado son capaces de
tender puentes entre fronteras, pero rompen en cierto modo la magia del amor. O
sea que se ha producido un cambio de paradigma.
Al margen de las relaciones, existe una cara
B en estas redes sociales, que aprovechan toda fecha señalada en el calendario para
cometer delitos, y robar las credenciales de los usuarios. Y la fecha de San Valentín, les brinda una gran oportunidad. Es el momento idóneo, para crear
tiendas falsas o interceptar contraseñas
mediante técnicas que ellos conocen.
En algunos países de América Latina, se
celebra el día de San Antonio de Padua, como el día del amor y de la amistad. En
Egipto es el 4 de noviembre, y en España llego el 14 de febrero de la mano de “Galerías
Preciados”.
La celebración del 14 de febrero como día de
los enamorados se inicia en el Reino Unido, y el resto de países del mundo lo
han ido incorporando a sus tradiciones. Por eso, hay personas que deciden no
celebrar el día de San Valentin, porque no es una fiesta propia.
Aunque los comercios nos invitan a celebrar
dicha fiesta, con regalos, flores, viajes, etc., lo cierto es que no es obligatorio.
Tan solo que mostremos cariño a las personas que queremos, y que mejor excusa
que el día del amor.
Se dice que el amor embellece, cuando uno está
enamorado, nos hace sentirnos más guapos por dentro y por fuera, y los demás lo
perciben.
Además en este día también se celebra, la
suerte que uno tiene de estar junto a quien se ama, la persona que se ha elegido
para compartir una vida.
La primera asociación entre amor romántico y
el día de San Valentin, se encuentra en el “Parlement of Foules” de 1382 del
poeta inglés Geoffrey Chaucer (1343-1400).
“Porque esto fue el día de San Valentin,
cuando cada ave vino aquí a elegir a su pareja”
Chaucer escribió este poema en honor al
primer aniversario del compromiso entre el rey Ricardo II de Inglaterra con
Anna de Bohemia.
Se firmó un tratado acerca de este matrimonio
el 2 de mayo de 1381. Cuando se casaron ocho meses después, el rey tenía 14
años y ella 13.
En el calendario litúrgico la onomástica del
2 de mayo, es San Valentin de Génova. Este San Valentin, fue obispo de Génova,
que murió alrededor del año 307.
Los lectores supusieron incorrectamente que
Chaucer se refería al 14 de febrero como el día de San Valentin, sin embargo, el
mes de febrero, en Inglaterra, no es el más adecuado para que las aves se
apareen.
La “explicación especulativa de una ancestral
costumbre sentimental”, que aparece como hecho histórico, tiene su origen en
los historiadores del siglo XVII, especialmente en Alban Butler (Vidas de Santos), y se ha
perpetuado.
La idea de que celebrar San Valentin,
proviene de la “Lupercalia” romana, ha sido aceptada sin críticas y de variadas
maneras, hasta la actualidad, dependiendo del país.
Otra curiosidad, existen varios San Valentin,
alrededor de cinco.
Cupido, es el dios del amor en la mitología romana,
el hijo de Venus y su equivalente griego seria Eros, hijo de Afrodita
La religión romana antes de la cristianización,
era politeísta, y adoraban a múltiples dioses. Cupido, era un dios pagano que
representaba el amor irreflexivo de la atracción, y por eso se le representa con
una imagen aniñada casi infantil.
Las leyendas apuntan que Cupido, era un dios
malicioso, que se entretenía apuntando a hombres y mujeres con sus flechas,
para satisfacer sus perversas necesidades de diversión, y le gustaba controlar
a las personas dominando sus pasiones e instintos básicos.
Aunque es el dios del amor, no existe relación
alguna entre Cupido y San Valentin,
aunque el primero siempre haya sido el símbolo del amor.
Puesto que en Roma, también existía una
festividad que permitía el deseo carnal y las relaciones de este tipo, rápidamente
se relacionaron, el concepto de Cupido, con el de las Lupercales (el nombre de
estas festividades, las explicare cuando entremos en el tema).
Acudiendo a la historia, San Valentin, fue un
santo de la Iglesia, que fue martirizado y asesinado por casar parejas jóvenes,
cuando el Imperio romano prohibió tal cosa.
La muerte de San Valentin, fue el 14 de
febrero, un día antes de la Lupercalia.
Así, durante muchos años, el nombre de San
Valentin y de Cupido están ligados por proximidad en el calendario, ya que San Valentin
murió, el 14 y el 15 se iniciaba la festividad dedicada al amor carnal, bajo la
mirada de Cupido.
Todo esto llego a su máxima expresión cuando
la Iglesia, para acabar con la Lupercalia (festividad pagana), cambio el
sentido de la fiesta y sustituyo sus elementos más carnales y pasionales (Cupido),
por el amor más puro y virginal (San Valentin).
Así, la Lupercalia, desapareció, pero Cupido,
sigue estando presente, hasta el punto de que a la Iglesia, le resulto más sencillo
“apropiárselo”, que tratar de destruirlo.
Y esta es la razón por la cual Cupido es
representado actualmente como un ángel, y también es la razón, por la que
Cupido, no solo es un dios de la antigüedad clásica, sino un icono que
representa el amor y que ha estado presente durante toda la historia, hasta
nuestros días.
¿Quién era San Valentin?:
Según la leyenda recogida por la Iglesia, San
Valentin, era un sacerdote que desafió al emperador Claudio II, que como he
dicho antes, casaba a las parejas, porque este había prohibido los matrimonios
en toda Roma, ya que consideraba las uniones perjudiciales para su ejército y creía
que los guerreros sin familia, eran más fieros en los combates, porque no tenían
nada que perder.
El sacerdote llevó a cabo numerosos enlaces
clandestinos y se hizo famoso en toda Roma, hasta que sus actividades llegaron
a oídos del Emperador Claudio que en un principio trató de disuadirlo, pero finalmente
fue encarcelado y ejecutado convirtiéndose en mártir.
Una anécdota curiosa acerca del santo, es que
cuando Claudio decidió encarcelarlo, hizo que su oficial Asterius, lo hiciera.
Este antes de prenderlo, quiso ridiculizar al Santo, retándole a devolver la
vista a su hija ciega. Y cuenta la leyenda, que San Valentin lo hizo.
La hija de Asterius, como agradecimiento por
el milagro, planto un almendro en su tumba, y desde entonces, este árbol es uno
de los más importantes símbolos del amor y de la amistad.
La historia no acaba de explicar cómo
acabaron relacionados el sacerdote patrón de los enamorados, y el Dios romano
del amor, porque su relación con el mito estuvo promovida por la Iglesia Católica
para ocultar el verdadero significado de la celebración pagana de las
Lupercales, que fue sustituida por San Valentin.
La festividad de Lupercalia se celebraba en
honor al Dios Lupercus, que los romanos veneraban como guardián de los rebaños
y también era el dios de la fertilidad, que otorgaba licencia sexual durante
todo febrero.
Con motivo de esta y otras celebraciones
paganas relacionadas con la sexualidad, era habitual que los jóvenes romanos se
encomendaran duarte este mes a Cupido, dios del amor apasionado, y fue así como
terminaron relacionadas ambas leyendas, que comparten protagonismo a día de
hoy.
Sobre porqué la Lupercalia se convirtió en
San Valentin, hay bastantes dudas y teorías, como ocurre en todas las leyendas.
Se piensa que lo que buscaba en realidad la
Iglesia Católica era eliminar una festividad pagana que se dedicaba
excesivamente a los placeres, algo pecaminoso y contrario a la nueva doctrina
cristiana.
Así cambiaron la fiesta del amor pasional,
por la fiesta de los enamorados.
Pero, la festividad, se borró del calendario eclesiástico,
por la Iglesia, en el año 1969, como parte de un intento de eliminar santos de
un origen posiblemente legendario, aunque sigue siendo celebrada localmente por
algunas parroquias. También es venerado como Santo, por la iglesia Ortodoxa y
por la Anglicana así como por la Luterana.
Una curiosidad es que en la iglesia de Santa
Maria de Cosmedin, existe una reliquia que se dice que es el cráneo de San Valentin.
El cráneo está situado en una urna de cristal, y una etiqueta indica, por si
hubiera alguna duda; quien era el propietario.
Saber exactamente si se trata del patrón de
los enamorados es un interrogante, ya que en Italia o en España son muy dados
en inventar reliquias.
En primer lugar no era más que un santo católico.
Luego están los alrededor de 1500 años, que distan de la muerte del mártir y la
celebración del día de los enamorados en la época victoriana, y lo más curioso
es el hecho de que no menos de diez lugares reclaman albergar reliquias por
todo el mundo.
Además del cráneo también están en la misma
urna, el fémur izquierdo y las dos caderas.
Pero, la verdad, es que poco se sabe
realmente del verdadero hombre u hombres que hay detrás del mito. Lo que se
sabe (más o menos), es que al menos dos hombres con el nombre de Valentin,
existieron en Italia y murieron en el siglo III, y por si fuera poco, un tercer
Valentin, andaba por África en aquella época. Los dos italianos fueron
enterrados a lo largo de la vía Flaminia.
Las historias de esos dos Valentines, parecen
haberse fusionado a lo largo del tiempo.
A pesar de que hoy en día es una de las
celebraciones más consumistas y que más beneficios genera a infinidad de comercios, no fue inventada
por unos grandes almacenes, aunque fue hábilmente aprovechada por los
empresarios para sacar tajada de una fecha tan señalada en el calendario.
Como nota curiosa, el primer registro que
existe sobre la comercialización de esta fecha es el que señala a la
norteamericana Esther Q.Howland, como precursora de la venta de tarjetas regalo,
con motivos románticos y dibujos de enamorados que ideó y realizó a mediados de
la década de 1840, venduiendolas por unos centavos en la librería que regentaba
su padre en Worcester, Massachusetts, y las cuales se convirtieron en todo un éxito.
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