Ver es básicamente una
respuesta a la luz. En la total oscuridad no vemos nada.
Para algunos evolucionistas,
el proceso de ver se inició en los más remotos mares, en el mundo acuático.
Los seres vivos
desarrollaron un trozo d piel sensible a la luz. La apertura se fue haciendo
más grande, hasta que estos seres pudieron percibir y captar el movimiento, y
por evolución progresiva (muchos millones de años), ver el fondo, la forma y un
deslumbrante mundo de colores.
El homo sapiens, al
conseguir la postura erecta, consiguió otear el horizonte, ver a cierta
distancia.
El que el Humor vítreo y
nuestras lágrimas sean salados, puede servir de argumento científico, no probado
de nuestros orígenes anfibios.
La visión s nuestro órgano dominante.
En una fracción de segundo, el ojo percibe, manda la información al cerebro,
mediante el sistema nervioso, el cerebro la codifica y la devuelve al ojo.
En realidad vemos con el
cerebro. Los ojos distinguen, salvo patología ocular, lo cercano de lo
distante, lo claro de lo oscuro y lo diferente de lo semejante.
Cada ojo visualiza lo
exterior, desde un ángulo diferente, el encéfalo, combina estos ángulos y forma
una imagen tridimensional.
La mayoría de los humanos
somos “Tricrometros”, distinguimos los matices cromáticos, los “daltónicos”
tienen dificultades.
En la anatomía del ojo cada
parte tiene su función:
La pupila, permite el paso
de la luz, y la pupila controla la apertura. El campo visual es todo lo que
alcanza nuestra vista, que se proyecta en nuestra retina, cornea y cristalino.
La miopía, hipermetropía,
astigmatismo, cataratas, son causa de problemas de enfoque.
Las cataratas es el precio
que tenemos que pagar por vivir muchos años, el ojo no da para más y se tiene
que solucionar quirúrgicamente.
Las gafas fueron un invento práctico
para la humanidad. En el siglo XVIII, Benjamín Franklin, invento los cristales
bifocales. Las lentes de contacto se empezaron a usar en el siglo XX. A los que
tenían muchas dioptrías les evita los antiestéticos cristales gruesos, aunque
al ser un cuerpo extraño en el ojo, pueden crear incomodidad.
Algunas anécdotas:
Se dice que las gafas son
los visillos de los ojos y que las gafas de sol son las persianas.
Los microscopios y los
telescopios, nos permiten ver lo diminuto y lo exterior a la Tierra.
El color de los ojos tiene
diversas tonalidades. En las zonas anglo-nórdicas es frecuente el azul y en la mediterránea
el marrón.
Los ojos verdes son
minoritarios, por eso se consideran bonitos. Los ojos negros, no existen, el
que así los tuviere padecería de “ANIRIDIA”, (Falta de iris). y lo que se ve es
el negro de la retina.
Los ojos negros, como metáfora
poética, tiene su lirismo.
Los ojos claros, lo son por
falta de Melatonina, que es una composición bioquímica que colorea el iris.
Los ojos orientales, nos dan
la impresión de mirada oblicua. Esto es debido a un pliegue que se extiende por
el parpado superior, que se llama “EPICANTO”.
Es una adaptación filogenética
a las temperaturas de frio extremas.
Algunas mujeres orientales,
se someten a cirugía del epicanto, para que sus ojos
parezcan más grandes y redondos.
.
En todas las latitudes, los
ojos grandes, parecen más bellos y expresivos, sin embargo lo importante es su armonía
y encaje en el rostro.
El maquillaje exterior,
realza la mirada, y solo se permite a las féminas, en el hombre se considera
una excentricidad.
.
Mirar es más que ver, la
mirada tiene connotaciones psicosociológicas y culturales, estando sujeto, a los
convencionalismos.
Los japoneses eluden la
mirada directa, los árabes, no la rechazan y a los europeos, se nos aconseja,
una mirada discreta con los desconocidos y atenta con los próximos, que no nos digan:
¿Que miras? ¿Tengo monos en la cara?
¿Los ojos tienen emociones? Según
los socio-biólogos, no. Es el sistema nervioso el que nos ale por la cara. Si nos
sentimos conmovidos, se estimulan las glándulas lacrimales, y empañan todo el ojo,
que brilla o llora.
Los ojos, en cierta forma,
son los obligados responsables de incorporar al mundo interior, las luces y
sombras del mundo externo.
El mirar en la vida, nos da
pistas para formularnos impresiones sobre los demás, además de atribuir carga energética
y simbolismo, a lo que vemos.
Atribuimos dulzura, frialdad,
sumisión, modestia, atrevimiento, mentira o verdad, como si a través de los
ojos se pudieran ver los pensamientos.
Según la dogmática
religiosa, Dios todo lo ve (significado de vigilancia). Las religiones
orientales dan al ojo izquierdo, simbolismo de futuro y al derecho de pasado, y
el tercer ojo, los une a los dos en el presente.
Las cámaras de vigilancia en
el mundo laico, han sustituido al ojo divino.
Las nuevas tecnologías han
revolucionado nuestra forma de mirar y de mirarnos y de crear nuevas imágenes.
Ante la pantalla del
ordenador o del móvil, la visión se concentra y el ojo se cansa más.
Nuestros antepasados próximos,
ejercitaban más la mirada de media o larga distancia, hoy las “selfies” han
creado la necesidad continua de auto-observación.
Los urbanitas, contemplamos
poco, vemos sin fijarnos. La contemplación exige cierto quietismo, recogimiento
interior, un dejar fluir la mirada y la reflexión.
En la intimidad sexual y
amorosa, los parpados se cierran, en la distancia corta, el deseo necesita
concentración, por eso se suele hacer el amor a media luz, para que la vista no
se distraiga.
Desde la creencia de la
superstición, el mal de ojo es universal. Alguien que nos quiere mal, pretende
con su mirada perjudicarnos. Se practican rituales y se portan amuletos, para
neutralizar esa amenaza.
Conclusión:
El ojo es el sentido más
objetivo que tenemos, el que más nos acerca a la realidad. Cada uno de nosotros
tenemos nuestro ángulo de visión personal., influido por la edad,
conocimientos, creatividad y personalidad.
Se dice que el visionario se
adelanta a su tiempo.
Que un buen diagnóstico, además
de pruebas y analíticas, necesita un buen “ojo” clínico.
A algunos políticos, no los
consideramos transparentemente honrados, porque no desean que salgan a la “mirada
pública” sus trapicheos. Les atribuimos “opacidad”.
Normalmente, salvo cuando
estamos solos, siempre estamos, para bien o para mal), expuestos a la mirada
ajena.
Por eso los desaparecidos,
plantean dudas e incógnitas de su existencia.
Ser visto en el lugar de los
hechos, en caso de delito, no admite coartada. Es prueba de cargo.
Hay días que según nuestro
estado de ánimo, lo vemos todo negro o gris o de color de rosa.
Y así, el proceso de ver, se
extiende en numerosas direcciones, penetrando en el mundo de la inteligencia.
Ver, mirar y contemplar es
un acto físico – social de discernimiento y juicio.
Podéis dejar vuestros comentarios y opiniones en el recuadro inferior si así lo deseais
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