El pasado 1 de octubre de
este año, se aceptó en el Senado una enmienda transaccional que, literalmente
dice:
El Senado insta al Gobierno
a:
Respaldar y apoyar el
Manifiesto del Consejo de Colegios Mayores de España, orientado a eliminar las
prácticas de las novatadas del ámbito social y universitario.
El Consejo de Colegios
Mayores presentó el pasado día 12 de septiembre un manifiesto de rechazo a las
novatadas.
En dicho manifiesto, los
firmantes expresan su preocupación por unos hechos que consideran inaceptables,
y se comprometen a preservar el ejercicio de la libertad y el principio de
igualdad de todos nuestros colegiales, rechazando de plano todo tipo de
novatadas.
¿Pero porque se ha tenido
que llegar a esta situación?
¿Porque es necesaria una
legislación prohibiendo las novatadas?
Recientemente se han dado
casos de denuncias por abusos dada la exageración de las novatadas, que han
llevado a detenciones por parte de la policía y a ingresos en hospitales.
Beber sangría con un embudo,
correr desnudo por la Diagonal, o bañarse en las fuentes de Montjuic o de la
España Industrial, serian algunas de las gracietas, a las que son obligados los
novatos
No sé si aquí, pero en otros
países como en Estaos Unidos o Inglaterra, se ha llegado incluso a dar casos de
fallecimientos a resulta de las novatadas.
Parece una cosa de los
tiempos revueltos que vivimos, pero nada más lejos de la realidad.
El filósofo griego Platón,
está considerado como el primero en reflejar en sus escritos la violencia con
la que los recién llegados a La Academia (387 AC) eran tratados por los
veteranos.
Los comportamientos que
observa y describe Platón en sus obras en los jóvenes de su época, recuerdan
mucho a lo que hoy en día consideramos una novatada.
Tiempo después de la primera
fundación de la Academia, en el año 350 DC, alumnos destacados de la Academia
Nueva como Gregorio Nacianceno o Basilio
de Cesarea describen las pesadas y humillantes bromas que tenían lugar y a las
que eran sometidos los alumnos de nuevo
ingreso, que se enfrentaban a estas bromas en ocasiones de manera voluntaria y en otras forzada.
“La primera medida que se
tomaba (...) consistía en conducir al recién llegado hasta la casa de algún
conocido, un amigo, un pariente, un ciudadano, o uno de los que destacaban en
el arte de la sofística.
Se entablaba una especie de
juego de intercambio de preguntas ingeniosas y comprometidas, del que el novato
debía salir bien.
De resultar airoso se le
admitía en el círculo de los más espabilados, de los cabecillas, de modo que
esa prueba determinaba sus compañeros futuros y se evaluaban en cierta medida
también sus capacidades”
El resultado de esta prueba
era determinante para sus futuras amistades, sus actividades, su posición
social y también servía como reflejo a ojos de la sociedad para saber cuáles
eran sus capacidades y competencias.
El nuevo miembro entonces
pasaba a ser considerado como una persona merecedora de dignidad al mismo nivel
que los demás. La actitud oscilaba siempre entre el tono jocoso y la
humillación.
En el año 530 DC, durante el
Imperio Bizantino, el emperador Justiniano decreta la primera ley contra las
novatadas hacia los estudiantes de primer año de Derecho.
O sea que, da la sensación
de que esa enmienda transaccional, no es que sea muy moderna precisamente.
¿Cómo podríamos definir
novatada?
1-Sería cualquier acción
realizada por un individuo recién llegado a un grupo (novato/a) e inducida por
los veteranos/as de ese grupo, y que no se llevaría a cabo en circunstancias normales
y que el principiante no efectuaría por iniciativa propia. Por tanto, se trata
de un fenómeno de carácter grupal.
2-Cumple la función de un
rito de iniciación a una agrupación.
3-Se caracteriza por una
dinámica de “poder-sumisión”.
4-El consentimiento de las
víctimas a participar es irrelevante.
5-Constituye una forma de
violencia interpersonal.
6-Puede presentarse en forma
de violencia física, psicológica o sexual.
La antigüedad y la
modernidad convergen. En las sociedades primitivas se encuentran los «ritos de
tránsito» que sirven para señalar el paso de la pubertad a la madurez.
Básicamente lo que se
pretendía es que a través de una prueba de referencia el adolescente y la
sociedad fuesen capaces de establecer un «antes» y un «después». Antes de la
prueba era un niño, superada ésta con éxito se convertía en un hombre.
Esto implicaba que había de
superar algunos obstáculos. Si el joven fracasa, el oprobio le persigue toda la
vida. Cada situación implicaba unos derechos y unas obligaciones distintos y
establecía el rango social.
A la ceremonia de iniciación,
(que solía incluir algún tipo de mutilación ritual, como la circuncisión, o
incisiones en la piel, como marca de identidad), le sigue la aventura de
introducción que podía consistir en cazar un animal salvaje, robar un objeto
perteneciente a otra tribu, o participar en un combate singular.
Si la aventura terminaba con
éxito, la comunidad desbordando de alegría finalizaba la ceremonia con una
comida ritual.
Es evidente que el Occidente
culto y civilizado estas ceremonias han desaparecido.
¿Han desaparecido?
Si cambiamos la mutilación
ritual por el corte de cabello, las incisiones en la piel por los tatuajes, la
aventura de iniciación por las peleas con otras tribus urbanas o la violencia
en los estadios, la comida ritual la substituimos por la litrona y las drogas ¿Que
tendremos?
La existencia de ritos de
paso es una de las constantes antropológicas que caracterizan al ser humano de
manera más universal y que, por tanto, no se resiente de la evolución económica
y social.
Lo que está claro es que el
aparato ritual que comportan tiene como objetivo reforzar la cohesión, primero
familiar y luego comunitaria, del individuo que los pasa.
Los ritos cambian de cara y
con ellos las costumbres correspondientes, pero su esencia sigue muy viva, en
parte porque las diversas edades y ciclos del ser humano no están regidos por
lo social, sino por lo natural.
¿Entonces, si las novatadas,
son un “rito de iniciación”, porque hay que prohibirlas?
Los defensores de las
novatadas los justifican con los siguientes argumentos:
•Conseguir mayor cohesión
grupal.
•Mantener vivas las
“tradiciones” de una institución.
•Ayudar a romper el hielo y
a que el alumnado se conozca entre sí.
•Cultivar cierto sentimiento
de orgullo colectivo.
•Promover la disciplina
dentro del grupo.
•Ser origen de grandes
historias que compartir.
•Desarrollar en las víctimas
un sentimiento de superación personal.
•Propiciar actividades
voluntarias y divertidas.
En términos filosóficos todo
rito de iniciación “es el equivalente a un cambio básico en la condición
existencial; el novicio/a emerge de su dura experiencia dotado con un ser
totalmente diferente del que poseía antes de su iniciación; se ha convertido en
otro”
Esta parece ser la
concepción subyacente al mantenimiento de las novatadas como tradición, la
convicción de que un novato/a que no haya pasado por este proceso, no ha
“mutado” en su nuevo ser: no es un integrante del grupo.
Además, es importante
señalar que los potenciales nuevos miembros, saben que todas las generaciones
anteriores han pasado por “lo mismo”, y por lo tanto, tienden a normalizar este
proceso y a justificar a quienes les hacen pasar por él.
Esta asimilación está
relacionada con la necesidad de pertenencia y el miedo a ser señalado como
marginal o extraño, y se ampara en una supuesta tradición que por repetición y
antigüedad acaba normalizándose.
¿Entonces dónde está el
problema?
Yo diría que en el punto
cuarto de la definición que hemos dado:
4-El consentimiento de las
víctimas a participar es irrelevante.
No hay elección, y eso deja
de ser un rito de iniciación para convertirse en una imposición violenta.
Muchos grupos tienen
ceremonias de iniciación, los grupos religiosos con los diversos bautismos, confirmaciones,
los Masones con sus rituales secretos, etc.
Pero en ningún caso se hace
en contra de la voluntad del participante.
Otro de los elementos
negativos, es el hecho de que los novatos actuales, serán los próximos
veteranos, y para demostrar que son mejores que sus predecesores extremaran el
“ingenio”, para con sus víctimas, con lo que se consigue un efecto espiral que
ha llevado a que se produzcan muertes.
No voy aquí a enumerar las
diversas novatadas, que se producen o se han producido, todos, más o menos
hemos pasado en nuestra vida por una etapa en la que hemos tenido que aguantar
con mayores o menores consecuencias, situaciones de novato veterano.
Porque, aunque ha
desaparecido prácticamente, también se producían en los ámbitos laborales entre
aprendices y oficiales, (la famosa y siempre “pequeña” llave de dar la vuelta
al taller, por ejemplo).
Quisiera enlazar aquí con el
segundo tema de la tertulia, el de las inocentadas.
Es común ver en televisión,
las famosas bromas de cámara oculta, sobretodo en estas épocas del año.
Hay personas que les parecen
graciosas y a otras no tanto, o más bien diría que les parecen graciosas cuando
se las hacen a otros.
Estaríamos un poco en el
mismo caso que las novatadas, podrían considerarse las bromas o las inocentadas
una forma de romper el hielo, de facilitar la comunicación entre las
personas (y no me refiero a las de la
televisión, que esas solo sirven para ganar audiencia).
Los que nacimos en un
pueblo, recordamos las bromas, entre vecinos, o con los del pueblo de al lado.
La convidada que tenía que
pagar el que se echaba novia en un pueblo que no era el suyo si no quería ir al
pilón, etc.
Para no alargarme más, ¿qué
opináis sobre el tema? ¿Son las sesiones de novatadas un rito de iniciación que
ayuda a los novatos a integrarse al grupo de los veteranos?
Las bromas/inocentadas ¿son
tradiciones que facilitan la convivencia?