-Ponencia de Teresa Campos del 17.05.2014-
Cuántas
veces habremos oído la frase: "Tengo miedo a estar solo". Somos seres
sociales y necesitamos de los demás para constituirnos a nosotros mismos, no
sólo para cubrir nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino
también para afianzar nuestra autoestima. Este miedo a la soledad parte de
nuestra dependencia infantil, nos sumimos en el temor a ser abandonados hasta
que constituimos la presencia del otro en su ausencia. Las personas no sólo
existen cuando están, también cuando no están.
Las
sociedades modernas, a pesar de los avances técnicos, fomentan el aislamiento y
falta de comunicación. Nos han educado en el consumismo sin límites, pero no nos
han enseñado a relacionarnos con otras personas. Nadie nos dijo que
comprometerse con otros es lo que genera autoestima y bienestar, que elegir
nuestros compromisos es el mayor grado de libertad. Somos caldo de cultivo para
el egoísmo y la
envidia. Amamos al otro para utilizarlo en la satisfacción de
nuestras necesidades, para no estar solos, pero no hemos aprendido a conocer al
otro en su verdadera dimensión. Cuando amamos por necesidad es cuando vivimos
con miedo a ser abandonados. Podríamos preguntarnos por qué tantas parejas que
ya no se aman, aun así, siguen viviendo juntos. Es clara la respuesta, por
miedo a la soledad. No
saber arreglárselas con la propia soledad se convierte en un problema para
vivir, acabas viviendo con cualquiera.
En
muchas ocasiones hay un temor previo, el temor a arriesgarse, a dar y no
recibir, tememos equivocarnos y por ese motivo no emprendemos nuevos proyectos
y relaciones. Hay que arriesgarse a ganar. Las relaciones sociales no se
buscan, se encuentran en el camino del trabajo, de las aficiones, de los
compromisos. Los amigos se encuentran indirectamente. No hay edad para las
relaciones sociales, seamos jóvenes o mayores todos necesitamos de otras
personas para sentirnos vivos y si algo te impide estar con otros, acércate a ellos
a través de los libros, la televisión, el teléfono, Internet.
Se puede interpretar la soledad de dos maneras: estar solo o sentirse solo. Estar solo es un hecho común para todos, no siempre estamos acompañados. Esta experiencia de soledad se puede disfrutar mucho y suele ser muy constructiva. Sentirse solos es diferente, porque uno se puede sentir solo también en compañía, en ocasiones no nos sentimos a gusto con las personas que nos rodean. El sentimiento de soledad tiene que ver con no haber forjado un vínculo o haber perdido un vínculo. A veces este sentimiento acontece ante una separación o ante la pérdida de un ser querido. ¿Quién no ha vivido una situación como esta a lo largo de su vida? Cuando uno se encuentra bien, no importa llegar a casa y estar solo, porque nos sentimos acompañados de todas nuestras relaciones y compromisos. Vivir solo puede ser una buena opción de vida, pero no puede resultar si no gozamos de unas buenas relaciones sociales, si no gozamos de una buena salud social.
Se puede interpretar la soledad de dos maneras: estar solo o sentirse solo. Estar solo es un hecho común para todos, no siempre estamos acompañados. Esta experiencia de soledad se puede disfrutar mucho y suele ser muy constructiva. Sentirse solos es diferente, porque uno se puede sentir solo también en compañía, en ocasiones no nos sentimos a gusto con las personas que nos rodean. El sentimiento de soledad tiene que ver con no haber forjado un vínculo o haber perdido un vínculo. A veces este sentimiento acontece ante una separación o ante la pérdida de un ser querido. ¿Quién no ha vivido una situación como esta a lo largo de su vida? Cuando uno se encuentra bien, no importa llegar a casa y estar solo, porque nos sentimos acompañados de todas nuestras relaciones y compromisos. Vivir solo puede ser una buena opción de vida, pero no puede resultar si no gozamos de unas buenas relaciones sociales, si no gozamos de una buena salud social.
Las estadísticas muestran que cada
vez más gente vive sola. Muchas personas no lo desean. Pero otras, cada vez más,
lo han elegido y son felices con ello. ¿Ha
perdido la soledad su estigma para
pasar a ser un valor positivo? Algunas consecuencias de vivir solo: “El
sofá es para tu único uso y disfrute, y confirmas lo que siempre habías
sospechado: estos muebles no están diseñados para sentarte, sino también para
estar tumbado”. “Puedes
improvisar planes en tu casa sobre la marcha, sin avisar a nadie: cenas, copas
de última hora, partidas de cartas, reuniones…”. “Es la época perfecta para
subir en el escalafón profesional. Sí, puedes hacer un viaje de negocios. Sí,
puedes quedarte unas horas después del trabajo. Sí, te apuntas al curso de
formación. Y claro que tendrás el informe listo mañana a primera hora”. “Hacer
la compra en el supermercado es mucho más sencillo. Llenas el
carrito con todo lo que quieres, tras pasearte libremente por los pasillos
empleando el tiempo que consideres necesario”. “Sensación de libertad. Lo que
hagas con tu tiempo libre depende sólo de ti. Cuando piensas en el camino que
quieres seguir, no tienes que pensar por dos. Sólo tus circunstancias y tus
deseos guían tus pasos”.
No todo el mundo que vive solo es porque quiere, pero también es
cierto que cada vez hay más gente que vive sola y no repara en cantar las
excelencias de esta forma de vida. ¿Qué hay detrás de esta tendencia? Los
medios de comunicación acostumbran a hacer una valoración negativa y aluden a
un individualismo nocivo. Pero la soledad ¿es tan mala? Según las estadísticas
sociológicas vivir solo es un fenómeno social que no para de crecer. “El número
de hogares unipersonales ha aumentado significativamente en el periodo
2000-2008, pero en mayor medida los hogares formados por un hombre solo, cuyo
número casi se ha duplicado en este periodo”, aunque no hay datos
oficiales hasta el 2012, cuando la crisis está afectando las economías
personales y puede estar provocando que algunas personas que vivían solas se
hayan reincorporado al hogar familiar. También se está produciendo una
diversificación del perfil de las personas que viven solas. “Estos dejan de representar en exclusiva el
envejecimiento de la población”. Y si bien ha habido un incremento del
número de extranjeros residentes en España, acostumbran a compartir una misma
vivienda porque no siempre pueden asumir los costes de vivir solos. Pueden
destacarse cuatro grupos de personas que viven solas: las mujeres mayores,
viudas, inactivas; hombres y mujeres jóvenes, solteros, de condición
socioeconómica media; hombres jóvenes-maduros, separados y/o divorciados,
técnicos y profesionales cualificados (cuando hay hijos de por medio es
frecuente que la madre mantenga la guarda y custodia de los mismos, lo que
refuerza la sobrerrepresentación masculina de solitarios entre los 35 y 50
años); y otras situaciones complejas. En este último caso, se ha observado un
incremento de las personas con pareja que residen en solitario.
A pesar del aumento de personas que viven solas, todavía está
lejos de las cifras de algunos países europeos, como el caso de Francia, donde
según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos hay más de
ocho millones de hogares franceses compuestos por una sola persona adulta. Y
según el sociólogo Ludger Veelken, de la Universidad de Dortmund, Alemania
tiene el número
más alto de hogares unipersonales en Europa, con más de doce millones de
personas viviendo solas. Cuando se buscan las razones de este fenómeno, los
expertos, tanto sociólogos como psicólogos, aportan varios factores, como: la individualización y la secularización de
la sociedad actual. “Hoy
vivimos un periodo de mutación histórica que se basa, cual trípode inestable,
en tres dimensiones: la globalización,
la revolución tecnológica y el nuevo papel de la mujer. Esto
da lugar a una instauración de valores en los que prima la búsqueda del
bienestar desde
el modelo de la individualización”. No es tan habitual encontrarse con personas
que no han intentado vivir en pareja. Vivir solo responde a momentos
biográficos, desde el desengaño con la pareja unido a la independencia
económica, a la búsqueda de identidad
que algunos asocian con la elección de escoger voluntariamente vivir solos como
viaje interior”.
Las personas mayores que viven solas porque han enviudado serían
un caso aparte en todas estas consideraciones. La gente está más sola que nunca
por dos razones contrapuestas: “Porque no sabemos convivir en pareja y porque nos
hemos dado cuenta
de que no necesitamos hacerlo. Se trata de dos razones: una positiva y
una negativa. La negativa es que muchas personas no saben convivir. Para
hacerlo tienes que dejar de exigir al otro nada. La gente no sabe hacer esto y
la vida en pareja se convierte en un intercambio constante de exigencias. La
razón positiva: mucha gente se da cuenta
de que no tiene por que vivir con nadie si no lo desea, porque la soledad no es
nada mala y una forma
de no amargarse la vida”.La visión que se tiene respecto a las personas que
viven solas varía según los expertos y según los propios protagonistas de su
ciclo vital. La mirada empresarial ha reconvertido la soledad en el término
single, de connotaciones más placenteras o, como mínimo, asociado a la
capacidad de hacer y decidir lo que se quiera sin tener que dar explicaciones a
nadie. Cada vez hay más mujeres que no tendrían ningún tipo de problema para
entablar una relación de pareja pero que simplemente han decidido impulsar su
carrera profesional y vivir solas. “Tienen
claro que no se van a casar, que no van a tener hijos y que siempre vivirán
solas. Tienen sus actividades y aseguran que con esto ya tienen bastante. Y
actualmente la satisfacción sexual ya no es un problema o puede darse,
sencillamente, que prescindan de ella”.
Los grupos singles se multiplican, sobre todo, en las grandes
ciudades. “Personas que viven solas
que hacen actividades con personas que viven solas”. Uno se va volviendo más
exigente con la vida y con las posibles parejas. Amargarse la vida no
depende de estar solo o no estarlo. Hay personas viven solas o en pareja, con hijos o sin hijos y viven igualmente
amargados. Lo importante es ser fuerte a nivel emocional. Cuando lo eres, necesitas
muy poco para estar bien y, sabes disfrutar de las pequeñas cosas que te ofrece
la vida. Entonces…
¿de qué están hablando los que se quejan de la soledad?”. Se debe
distinguir entre estar solo y sentirse solo. Hay personas que aun viviendo con
más personas (parejas o no), se sienten solas. En este sentido, el 26% de los
estadounidenses se califica de solitarios crónicos. El 54% de los franceses
afirma haber sufrido de soledad alguna vez. El 25% de los españoles dice
sentirse solo con frecuencia. Hay tanta soledad entre los solteros
como en los casados, según el Teléfono de la Esperanza.
¿Seguirá esta tendencia a vivir solos? La proporción de jóvenes
que se proyectan en el futuro viviendo solos no es tanta. Para
muchos, vivir con alguien sigue siendo un deseo. Esto no quita que el estar solo forme parte
de esta respiración entre lo externo y lo interno, entre lo social y el
diálogo con uno mismo. “Si estando solo no estás bien, raramente estarás bien en pareja.
“En la
juventud compartimos piso frecuentemente por motivos económicos. “Hay
temporadas en las que una persona necesita vivir sola para encontrar una parte
de sí que no encuentra acompañada. Algunas personas deciden vivir solas en
etapas de crisis existencial, porque eso favorece la reflexión, la
concentración, a veces la práctica de la meditación y el autocuestionamiento. Es muy interesante para
cualquier persona, con o sin crisis, pasar una etapa de la vida sola, porque
facilita el encuentro con uno mismo”.
La
soledad deseada se debe a que has madurado. Si tienes miedo a estar solo, algo
ha pasado que tienes que superarlo. La soledad deseada es autonomía, intimidad,
tu libertad plena, sin obligaciones, sin reloj, sólo contigo mismo.
Las
personas sujetas a estrés en su trabajo que ven gente todo el día, tienen en la
soledad un gran aliado. Los escritores, pintores, publicistas, sacerdotes,
poetas, empresarios, tienen en la soledad y hasta en la bohemia a su mejor
aliado.
Se
piensa que la soledad es mala, que es producida por los problemas de la vida o
tal vez por problemas familiares. Pero en el sentir de la vida, no hay nada
como la soledad. La
mayor parte de los avances del mundo se deben a la soledad
La
soledad te puede llevar a los mayores descubrimientos de tu vida. Imaginar a un
inventor, escritor, músico o pintor en compañía de niños, personas charlando,
gente que viene y va. El ruido y la compañía no le ayudarán mucho, más bien, le
perturbarán y no podrá realizar su creación.
El
temor a la soledad a veces lleva a la persona a tomar decisiones poco acertadas
como estar imperiosamente en pareja o dentro de un grupo sin compartir ningún
tipo de interés con esas personas. Pero una persona puede sentir soledad sin vivir sola, o viviendo sola
El pensar sobre la soledad evoca al personaje del
egoísta, aunque saber estar solos implique justo lo contrario: quienes saben
tomarse el tiempo para sí, disponen de energía de sobra y sienten placer cuando
pueden destinarla a los demás.
Y por ultimo unas frases de diferentes personajes
de la historia, sobre la soledad:
“Estamos solos, vivimos solos y morimos solos. Solo
a través del amor y la amistad podemos hacernos la ilusión, por un momento, de
que no estamos solos”.-Orson Welles
“El hombre más fuerte del mundo es el que está más
solo”.-Carlo Dossi
"La soledad no significa estar solo".-Noel
Coward
"Sólo salgo para renovar la necesidad de estar
solo".–Lord Byron
"Encuentro más soportable estar siempre solo,
que no poder estarlo nunca".-Michel de Montaigne
Podeis dejar vuestros comentarios y opiniones en el recuadro inferior si así lo deseais
Creo firmemente que cualquier posición tiene pros y contras , a veces somos demasiados vanidosos creyéndonos capaces de elegirla . Las cicunstancias nos impulsan por un camino u otro y cuando nos damos cuenta , ellas , las circunstancias han elegido po nosotros . Pienso que por encima de los demás se halla , la libertad de cada uno de elegir su soledad o no ,Lo mejo es que cada cual escriba , con su puño y letra , el estatuto de su propia vida .Ni la soledad ni la compañia vienen de fuera adentro .
ResponderEliminarPerdón puse anónimo por error , soy M.Rosa , ya conoceis mis despistes, Saludos y un abrazo
Eliminar