Hasta hace no mucho tiempo,
en todos los supermercados y centros comerciales se regalaban bolsas para llevarse
aquello que habíamos comprado.
Después con la excusa de
reducir el impacto ecológico, y también el impacto económico (no lo olvidemos), estas
bolsas empezaron a ser cobradas por los tiendas, y esto ha hecho que su consumo
baje exponencialmente.
Pero, no era este el tema
que quería comentar.
Todos sabemos que una manera
que tienen las tiendas de hacer publicidad son las bolsas en las que se ponen
los objetos adquiridos.
No hace mucho tiempo, en un
artículo de un diario leí que en muchas tiendas de las zonas de alto poder
adquisitivo de Barcelona o Madrid, (Paseo de Gracia, Portal de Angel; Serrano, etc.),
si el cliente lo pedía, los productos comprados eran depositados en bolsas
lisas, sin ninguna anagrama o símbolo que indicase que lo que se lleva dentro haya
sido adquirido en aquella tienda.
¿Por qué pues, las tiendas
han renunciado a este sistema de difundir sus logotipos?
En la actual situación de
crisis, se considera de mal gusto (excepto por la alcaldesa de Valencia), ir
por la calle haciendo exhibición de que he comprado una cosa, en una tienda muy
cara, en la que mucha gente no puede ni pensar en entrar.
Por otro lado que hay
personas que guardan precisamente las bolsas de estas tiendas caras para ir por
la calle “fardando” de poder adquisitivo.
En el mismo artículo, se
comentaba que gente que por culpa de lo estafa colectiva a la que nos han
sometido, tiene que ir a buscar productos suministrados por los bancos de
alimentos o por Caritas, se lleva bolsas de El Corte Ingles, de Caprabo, o de Mercadona,
de su casa para que al ir por la calle las personas que se cruzan con ellos, piensen
que han estado comprando en estos centros comerciales.
¿Por qué son tan importantes
las bolsas, si realmente lo que es importante, es el contenido?
De hecho lo que las hace
importantes es la imagen que queremos transmitir, y aquí si seria necesario
hacer la pregunta de:
¿Por qué es tan importante
la imagen que queremos transmitir?
Puedo entender, el segundo
caso, el de las bolsas de los supermercados, por el pudor que puede suponer, el
que se pueda saber que nos van mal las cosas hasta el punto de tener que
aceptar la ayuda de la beneficencia, lo que no entenderé nunca, es el otro
caso.
Ir por la calle con una gran
bolsa que lleva dos enormes letras doradas, una D y una G, que son el símbolo
de una marca famosa y muy cara (Desgraciado y Garrulo, me parece que se llama
la marca), llevando dentro unas camisetas compradas en el “*mercadillo” de los
jueves, me parece una cosa realmente ridícula.
Y también, mirado desde otra
perspectiva, por qué teniendo la libertad de elección, y una variedad casi
infinita de productos, ropas y accesorios, se acaba yendo uniformado, obligados
por la dictadura de una moda diseñada por cuatro, que se reparten el pastel.
Y además, como que la
mayoría no puede llegar a pagar los precios astronómicos, (y no porque estos
productos tengan una calidad astronómica, precisamente,), se acabará comprando
una réplica, fabricada en China, de calidad todavía más baja.
¿Qué es lo que puede motivar
esta actuación por parte de muchas personas?
¿Qué hace que tengamos este
afán de imitación, de uniformización?
Básicamente, el hombre por
el hecho de vivir en sociedad tiene el sentimiento de pertenencia a un grupo.
¿Qué quiere decir esto?
Buscando información, he
encontrado la definición de: Sentimiento de pertenencia.
Se llama así la necesidad
que casi todos tenemos dentro nuestro de formar parte de un conjunto social,
una clase, un grupo, una comunidad, etc.
Las personas se agrupan
porque el ser humano es un ser social, sino no existiríamos. El constituir
grupos es un elemento esencial de la supervivencia del ser humano.
Por eso, el saber a qué
grupo perteneces es una habilidad social. La pertenencia a un grupo aporta la
identidad social.
Esta característica, por un
lado, positiva, es aprovechada para comercializar una serie de productos que
nos identifican como pertenecientes a un grupo social, o a otro.
En las sociedades actuales, es
la ropa y los complementos, la que hace básicamente esta función.
Y en principio, es igual en
todas las sociedades. En sociedades primitivas o en las que viven o vivían en
ambientes calurosos, y en lugares en que prácticamente no se usa vestimenta,
esta identificación con el grupo social se hacía por medio de tatuajes en la
piel, (cosa que estamos imitando en la actualidad.
El saber a qué grupos
perteneces, es una habilidad social, se ha dicho antes, ¿por qué es una
habilidad social?
Porque si no somos capaces
de identificar nuestro grupo no estaremos a gusto.
Las razones de pertenencia a
un grupo, son muy diversas, evidentemente la capacidad económica es una de
ellas, pero no la única.
Pueden ser razones
culturales (la lengua por ejemplo), de vecindad, políticas, religiosas, o incluso
deportivas.
Un psicólogo nos diría que
el sentimiento de pertenencia a un grupo, es tan importante, que puede hacer
que cambiemos nuestro criterio, adaptándolo al de la mayoría de los miembros
del grupo.
En los años 50 un psicólogo
el Dr. Asch, hizo un experimento que consistía en que un grupo de personas
identificase la longitud de una línea, con otras tres de muestra de diferentes
longitudes.
Se comprobó que si la
mayoría de miembros del grupo elegían una respuesta, el resto la apoyaba,
aunque fuera errónea de una manera evidente...
(Aquí dejo el enlace a las imágenes del experimento del Dr. Asch .)
http://www.youtube.com/watch?v=rFVLyYDWbzY
Si en una cosa tan
elemental, nos adaptamos a lo que dice la mayoría, ¿que puede llegar a pasar,
si Cristiano o Messi nos enseñan la marca de calzoncillos que llevan, o Shakira
hace lo mismo con su sujetador? (Aunque después de cobrar el montonazo de
dinero que cobrarán, no se vuelvan a poner una pieza de aquella marca en su
vida).
De este efecto, se
aprovechan, los fabricantes, sobre todo de ropa, para mejorar su cuenta de
beneficios.
Es evidente que para dar
razones mas profundas sobre los aspectos psicológicos de la: Identidad social
vs. Identidad personal, no soy la persona idónea, pero si querría, encarar el debate
hacia el punto, que hablábamos al inicio de la ponencia.
¿Hasta qué grado somos
capaces de dejar que nos influya una moda, por ejemplo?
Todos decimos que nos
cortamos los cabellos o nos vestimos según nuestros gustos, pero:
¿Hasta qué punto, la manera
que nos cortamos los cabellos o la ropa que llevamos esta influenciado por lo
que llevan los que nos rodean?
¿Pueden más los gustos
propios o las apariencias?
¿Nos vestimos y arreglamos
según nuestra personalidad o buscando que los que nos ven, vean lo que nosotros
queremos hacerles creer que somos?
No será que en ocasiones
vamos por la calle con una gran bolsa decorada con unas enormes letras doradas
(una D y una G), y en su interior llevamos nuestro cerebro, junto con nuestras
ideas.
Podéis dejar vuestras opiniones y comentarios si así lo deseáis
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