miércoles, 13 de febrero de 2013

ENAMORAMIENTO, AMOR Y DEPENDENCIA



Ponencia presentada el dia 9 de febrero por Ana Castro




Amor = (Habitualmente)  Sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, hacia otra persona, que produce una serie de emociones, experiencias y actitudes (entre las actitudes está el deseo de proximidad con esa persona).


ENAMORARSE:

La creencia de que enamorarse es un tipo de amor no es cierta, pero se ha extendido tanto porque contiene algo de verdad. Porque, para ser amado, el objeto de amor debe primero atraernos, debe ser susceptible de que nos entreguemos a él y nos comprometamos con él. Los psiquiatras llaman a este proceso “catexia” * , así pues “catectizamos” al objeto amado.




La catexia ayuda al individuo a dar un paso que es imprescindible en el paso hacia el amor,
y ese paso es en la dirección de Extender los límites de uno, derribar las fronteras del propio yo.

Ampliamos nuestros límites en dirección al objeto amado cuyo crecimiento deseamos promover y que pasa a ser muy importante para nosotros. El verdadero amor debería suponer una experiencia de permanente extensión de la personalidad, nunca un acortamiento.
Lo que pasa es que el “enamorarse” es sólo un derrumbe parcial y transitorio de esas fronteras. La ampliación de nuestros límites exige esfuerzo, enamorarse no supone ningún esfuerzo y, como ya he dicho, suele ser pasajero.

La idea de amor romántico (un enamoramiento indefinido, un amor para toda la vida) es una enorme mentira, pero una mentira necesaria ya que asegura la supervivencia de la especie: alienta y valida la experiencia que nos lleva al matrimonio (o si preferís a la formación de una familia).  Los psiquiatras y psicólogos saben de la enorme confusión y sufrimiento que engendra esta idea. Millones de personas consumen energía y esfuerzo en intentar que sus vidas se ajusten a este mito irreal.

*****
DEPENDENCIA:

Hay otra creencia falsa en lo del amor: La tendencia a creer que la dependencia es amor.

Cuando una persona afirma “No puedo o no podría vivir sin ella/el” (y no se trata de una frase hecha sino de un convencimiento serio), se le puede responder que entonces es que no ama, que está en un error.
Ya sé que esto no es fácil de aceptar, tampoco de explicar. Si “se necesita” a otro individuo para vivir, uno se convierte en un parásito del otro. Aquí no hay ni libertad, ni elección de ningún tipo. Es por tanto una cuestión de NECESIDAD más que de amor. Dos personas se aman si son capaces de vivir por separado, pero deciden vivir juntas. La dependencia, en adultos física y mentalmente sanos, es patológica, un signo de enfermedad.
No me estoy refiriendo a los mecanismos de dependencia que tenemos todos: de que nos mimen, nos valoren, nos demuestren afecto… ya que en la mayoría de los casos estos deseos no rigen nuestras vidas, no son el tema predominante en nuestra existencia.

[Abordo el tema de la dependencia porque pienso que es muy fácil pasar del estado de enamoramiento a establecer una relación de dependencia entre dos personas, o de una persona respecto a otra, sobretodo si una de ellas la fomenta consciente o inconscientemente. Hay con frecuencia en las parejas juegos psicológicos y manipulaciones inconscientes que, en un intento de controlar al otro, lo pueden hacer dependiente.  Es más fácil que se dé este paso que el de que el enamoramiento se transforme en amor, ya que esto supone un esfuerzo consciente.


Cuando sí se crea una dependencia patológica, esta necesidad rige nuestra vida y marca la calidad, quiero decir por lo general la falta de calidad, de la existencia. Esto tiene un nombre en psiquiatría: “Trastorno de personalidad dependiente pasivo”. Este tipo de personas están tan atareadas tratando de que se les ame que no les queda energía para amar. Cuando las personas dependientes hacen algo por el otro el motivo, sea o no consciente, es para intentar consolidar el apego de esa persona, para asegurarse su cuidado.

La dependencia psicológica puede parecerse y confundirse con el amor porque alguien se apega violentamente a otro. Pero en realidad es una forma de antiamor, porque fomenta el infantilismo y no el crecimiento personal, atrapa, en lugar de liberar, y destruye las relaciones y a la persona. Todo lo contrario que el amor.

Por añadir algo más sobre cuando la dependencia se convierte en patológica, decir que es un trastorno de la personalidad enmarcado dentro de las dependencias afectivas. Para algunos autores se trata más bien de un trastorno adictivo, en el que el objeto que provoca a adicción es la relación de pareja, y el objetivo es llenar un vacío en el sujeto que la padece.



Sea como sea este trastorno se relaciona con las emociones y la capacidad para establecer vínculos significativos con otras personas. Al tratarse de un trastorno de la personalidad, tien a ser algo crónico y estable en la vida de la persona. Este trastorno tiene síntomas variados que dificultan un tanto el diagnóstico, como son la depresión, las obsesiones o los síndromes desadaptativos. La persona que lo padece es víctima de un intenso miedo a perder al otro y miedo a la soledad, lo cual contamina el vínculo establecido en la pareja.

Los dependientes emocionales manifiestan por su pareja una especie de “apego ansioso”, caracterizado por una continua necesidad de saberse amado, dificultades para llevar una vida independiente, búsqueda incesante del candidato a pareja, cuando le falta, y selección precipitada del mismo, miedo a no ser querido, miedo a la pérdida del objeto de amor y celos frecuentes, ideas contradictorias sobre el amor y dificultad para romper aún cuando la relación sea altamente problemática y generadora de malestar para el dependiente. Existe otra variante de este tipo, llamada codependencia emocional, en la que los dos integrantes de la pareja son los afectados.

Si observamos la dependencia desde cómo la vive el otro miembro; “del que se depende, el punto de apoyo”, vamos a encontrar un sentimiento de estar encarcelado,  ya que no podrá hacer su vida sin contar con todas las peticiones de la otra persona. Es decir, habrá continuos trabajos como: ir de compras, ir al médico, salir al parque, pasear al perro, pensar si comprar esto o aquello, etc; que podría hacer la persona sola, pero no lo hará y necesitará a su pareja para realizarlos, con lo cual la pareja estará atada de pies y manos. También es verdad que en un principio este miembro de la pareja puede ser el que hubiera impulsado o fomentado algún tipo de dependencia.


Entonces, ¿qué tiene que haber en una relación de pareja para que podamos hablar de amor?






AMOR:

Primero de todo, y parafraseando a Erich Froom, hay que decir (contra el tópico en uso) que el amor es una ACTIVIDAD, no un sentimiento.
 Se puede amar a una persona aunque conscientemente te disguste. (Ej: La madre Teresa  de Calcuta o los que cuidan a leprosos).

Si recordáis, al principio he hablado de catexia y catectizar: Es un proceso por el cual una persona u objeto llega a ser importante para nosotros, sin proponérnoslo.

Una vez catectizado, el objeto (persona o cosa) es cargado con nuestra energía como si fuera parte de nosotros mismos. Pero no confundamos: Catectizar no es amar.

 Cuando existe amor puede ser con catexia o sin ella, con sentimientos amorosos o sin ellos. Evidentemente es más fácil y placentero en el primer caso (con catexia), pero es posible hacerlo SIN. La palabra clave es voluntad. La persona que de verdad ama lo hace a causa de una decisión de amar. El verdadero amor es una decisión, reflexiva, de dedicación.

Dicho de otro modo: cuando amamos a alguien le dedicamos nuestra atención y atendemos a cómo crece esa persona. Cuando nos amamos a nosotros mismos atendemos a nuestro propio crecimiento (lo cual no es ni mejor ni peor, sólo distinto).

La pregunta es: ¿se pueden hacer a la vez ambas cosas?


Yo diría que sí, y además es que no se puede dar la 1ª sin la 2ª.  Digamos que no podemos amar a alguien si no nos amamos a nosotros mismos (frase que os sonará).
Pero ¿y al revés?....., ¿podemos amarnos a nosotros mismos sin que eso se traduzca en amor a los demás? ¿Sería posible? Qué habéis observado? 


INDIVIDUALIDAD :

Y por último comentaré el tema de la individualidad.
Una condición indispensable del verdadero amor es el respeto a mantener la distinción entre uno mismo y el otro. El percibir a la persona amada como alguien que posee una entidad enteramente separada (esto sería justo lo opuesto a dependencia).
Dos personalidades separadas pero, eso sí, en atención y comunicación mutua: Abrirse a la pareja, escuchar a la pareja en lo cotidiano y a sus problemas desde su interior, escuchar lo que le pasó mientras esperaba el autobús……….. puede ser muy aburrido, inoportuno y siempre consume energía, significa trabajo. 
Si fuéramos PEREZOSOS no podríamos realizar este esfuerzo.
Si somos menos PEREZOSOS lo realizaremos mejor y más a menudo.

Como el amor es TRABAJO, la esencia del no amor es la PEREZA.
**********


(Según Freud, el sujeto puede dirigir su energía pulsional hacia un objeto o una representación e impregnarlo, cargarlo o cubrirlo de parte de ella. Se llaman catexias a estas descargas de energía psíquica. A partir de la experiencia de catetización, el objeto cargado ya no le resulta indiferente al sujeto, más bien tendrá para él un halo o colorido peculiar. Si los objetos y personas nos resultan atractivas no es, para esta descripción, porque ellos mismos posean de forma objetiva el carácter de "deseable" o "atractivo", se trata más bien de una figuración consecuencia de nuestras proyecciones de energía libidinosa sobre ellos. La expresión más clara de las catexias es el enamoramiento).

Ana Castro



 Podéis dejar, si así lo deseáis, vuestros comentarios y opiniones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario