martes, 26 de febrero de 2013

TEMA LIBRE SOBRE ARTÍCULOS DE ACTUALIDAD


El pasado domingo dia 24, entre las diferentes noticias propuestas fue elegida la siguiente


«Había pacientes que bebían el agua sucia de los floreros»


Reino Unido está conmocionado tras saberse que entre 400 y 1.200 personas murieron de 2005 a 2009 por «pésimas condiciones» en el hospital de Stafford.





El Servicio Nacional de Salud es la joya de la corona británica por su carácter universal y gratuito, similar al español, pero se enfrenta al mayor escándalo de su historia desde que fue creado en 1948:

Entre 400 y 1.200 pacientes ingresados en el hospital de Stafford habrían fallecido en cuatro años por las negligencias clínicas y de gestión, tal y como denuncia un informe independiente publicado el miércoles. El escándalo es de tal magnitud que ha obligado al primer ministro David Cameron a salir a la palestra y pedir perdón públicamente a los familiares de los fallecidos en nombre del Gobierno y del país.

«Había pacientes tan desesperados por el agua que se la bebían sucia de los floreros», explicó Cameron ante los miembros del Parlamento.

Los hechos que mantienen conmocionado al Reino Unido ocurrieron entre 2005 y 2009 en esta institución del centro de Inglaterra. Allí, según describe a lo largo de 3.000 páginas el autor del informe, el abogado Robert Francis, se sucedió «una historia de sufrimiento espantoso e innecesario de cientos de personas», muchas de las cuales terminaron falleciendo por ello.

Francis denuncia, entre otros hechos, la negligente atención a los enfermos que acudían al servicio de emergencias.




 

Describe cómo recepcionistas no cualificados llevaban a cabo la comprobación inicial de los pacientes que llegaban a Urgencias y cómo había monitores cardiacos apagados en la unidad de evaluación porque las enfermeras no sabían cómo usarlos. También que no había suficientes enfermeras para brindar atención adecuada o que a menudo no había ningún cirujano con experiencia durante la noche.

Ancianos vulnerables

Lo más duro del relato hace referencia a las «pésimas condiciones» soportadas por los pacientes de la tercera edad. «Los ancianos se quedaban sin lavar, sin alimentar y sin líquidos. Fueron privados de dignidad y respeto. Algunos pacientes tuvieron que hacer sus necesidades en la cama porque no tenían ayuda para ir al baño».
Más aún, muchos permanecían con las sábanas llenas de excrementos y algunos no comían ni bebían porque nadie les ayudaba a hacerlo. Además, no recibían la medicación.



Todo por ahorrar costes

Cameron tuvo que reconocer en su comparecencia que lo ocurrido es «un catálogo despreciable de fracasos clínicos y de gestión», pero el autor de la investigación asegura que estaba fallando «un sistema que ignoró las señales de advertencia» y puso «el interés corporativo y el control de costos por delante de los pacientes y su seguridad». A su juicio, los enfermos habían sido «habitualmente descuidados», ya que la Administración estaba más preocupa-da por la reducción de gastos y por cumplir sus objetivos.

Articulo de 20 minutos  del día 8 de febrero de 2013


Podéis dejar a continuación , vuestras opiniones o comentarios si así lo deseáis

lunes, 18 de febrero de 2013

“LAS BOLSAS DE LA COMPRA”

Ponencia presentada el sábado 16 de febrero por Blai




Hasta hace no mucho tiempo, en todos los supermercados y centros comerciales se regalaban bolsas para llevarse aquello que habíamos comprado.

Después con la excusa de reducir el impacto ecológico, y también el  impacto económico (no lo olvidemos), estas bolsas empezaron a ser cobradas por los tiendas, y esto ha hecho que su consumo baje exponencialmente.

Pero, no era este el tema que quería comentar.

Todos sabemos que una manera que tienen las tiendas de hacer publicidad son las bolsas en las que se ponen los objetos adquiridos.

No hace mucho tiempo, en un artículo de un diario leí que en muchas tiendas de las zonas de alto poder adquisitivo de Barcelona o Madrid, (Paseo de Gracia, Portal de Angel; Serrano, etc.), si el cliente lo pedía, los productos comprados eran depositados en bolsas lisas, sin ninguna anagrama o símbolo que indicase que lo que se lleva dentro haya sido  adquirido en aquella tienda.

¿Por qué pues, las tiendas han renunciado a este sistema de difundir sus  logotipos?



En la actual situación de crisis, se considera de mal gusto (excepto por la alcaldesa de Valencia), ir por la calle haciendo exhibición de que he comprado una cosa, en una tienda muy cara, en la que mucha gente no puede ni pensar en entrar.

Por otro lado que hay personas que guardan precisamente las bolsas de estas tiendas caras para ir por la calle “fardando” de poder adquisitivo.



En el mismo artículo, se comentaba que gente que por culpa de lo estafa colectiva a la que nos han sometido, tiene que ir a buscar productos suministrados por los bancos de alimentos o por Caritas, se lleva bolsas de El Corte Ingles, de Caprabo, o de Mercadona, de su casa para que al ir por la calle las personas que se cruzan con ellos, piensen que han estado comprando en estos centros comerciales.










¿Por qué son tan importantes las bolsas, si realmente lo que es importante, es el contenido?

De hecho lo que las hace importantes es la imagen que queremos transmitir, y aquí si seria necesario hacer la pregunta de:

¿Por qué es tan importante la imagen que queremos transmitir?

Puedo entender, el segundo caso, el de las bolsas de los supermercados, por el pudor que puede suponer, el que se pueda saber que nos van mal las cosas hasta el punto de tener que aceptar la ayuda de la beneficencia, lo que no entenderé nunca, es el otro caso.

Ir por la calle con una gran bolsa que lleva dos enormes letras doradas, una D y una G, que son el símbolo de una marca famosa y muy cara (Desgraciado y Garrulo, me parece que se llama la marca), llevando dentro unas camisetas compradas en el “*mercadillo” de los jueves, me parece una cosa realmente ridícula.



Y también, mirado desde otra perspectiva, por qué teniendo la libertad de elección, y una variedad casi infinita de productos, ropas y accesorios, se acaba yendo uniformado, obligados por la dictadura de una moda diseñada por cuatro, que se reparten el pastel.

Y además, como que la mayoría no puede llegar a pagar los precios astronómicos, (y no porque estos productos tengan una calidad astronómica, precisamente,), se acabará comprando una réplica, fabricada en China, de calidad todavía más baja.

¿Qué es lo que puede motivar esta actuación por parte de muchas personas?

¿Qué hace que tengamos este afán de imitación, de uniformización?

Básicamente, el hombre por el hecho de vivir en sociedad tiene el sentimiento de pertenencia a un grupo.

¿Qué quiere decir esto?

Buscando información, he encontrado la definición de: Sentimiento de pertenencia.

Se llama así la necesidad que casi todos tenemos dentro nuestro de formar parte de un conjunto social, una clase, un grupo, una comunidad, etc.

Las personas se agrupan porque el ser humano es un ser social, sino no existiríamos. El constituir grupos es un elemento esencial de la supervivencia del ser humano.

Por eso, el saber a qué grupo perteneces es una habilidad social. La pertenencia a un grupo aporta la identidad social.

Esta característica, por un lado, positiva, es aprovechada para comercializar una serie de productos que nos identifican como pertenecientes a un grupo social, o a otro.

En las sociedades actuales, es la ropa y los complementos, la que hace básicamente esta función.

Y en principio, es igual en todas las sociedades. En sociedades primitivas o en las que viven o vivían en ambientes calurosos, y en lugares en que prácticamente no se usa vestimenta, esta identificación con el grupo social se hacía por medio de tatuajes en la piel, (cosa que estamos imitando en la actualidad.

El saber a qué grupos perteneces, es una habilidad social, se ha dicho antes, ¿por qué es una habilidad social?

Porque si no somos capaces de identificar nuestro grupo no estaremos a gusto.

Las razones de pertenencia a un grupo, son muy diversas, evidentemente la capacidad económica es una de ellas, pero no la única.

Pueden ser razones culturales (la lengua por ejemplo), de vecindad, políticas, religiosas, o incluso deportivas.

Un psicólogo nos diría que el sentimiento de pertenencia a un grupo, es tan importante, que puede hacer que cambiemos nuestro criterio, adaptándolo al de la mayoría de los miembros del grupo.

En los años 50 un psicólogo el Dr. Asch, hizo un experimento que consistía en que un grupo de personas identificase la longitud de una línea, con otras tres de muestra de diferentes longitudes.
Se comprobó que si la mayoría de miembros del grupo elegían una respuesta, el resto la apoyaba, aunque fuera errónea de una manera evidente...

(Aquí dejo el enlace a las imágenes del experimento del Dr. Asch .)

http://www.youtube.com/watch?v=rFVLyYDWbzY
 

Si en una cosa tan elemental, nos adaptamos a lo que dice la mayoría, ¿que puede llegar a pasar, si Cristiano o Messi nos enseñan la marca de calzoncillos que llevan, o Shakira hace lo mismo con su sujetador? (Aunque después de cobrar el montonazo de dinero que cobrarán, no se vuelvan a poner una pieza de aquella marca en su vida).

De este efecto, se aprovechan, los fabricantes, sobre todo de ropa, para mejorar su cuenta de beneficios.

Es evidente que para dar razones mas profundas sobre los aspectos psicológicos de la: Identidad social vs. Identidad personal, no soy la persona idónea, pero si querría, encarar el debate hacia el punto, que hablábamos al inicio de la ponencia.

¿Hasta qué grado somos capaces de dejar que nos influya una moda, por ejemplo?

Todos decimos que nos cortamos los cabellos o nos vestimos según nuestros gustos, pero:
¿Hasta qué punto, la manera que nos cortamos los cabellos o la ropa que llevamos esta influenciado por lo que llevan los que nos rodean?

¿Pueden más los gustos propios o las apariencias?

¿Nos vestimos y arreglamos según nuestra personalidad o buscando que los que nos ven, vean lo que nosotros queremos hacerles creer que somos?

No será que en ocasiones vamos por la calle con una gran bolsa decorada con unas enormes letras doradas (una D y una G), y en su interior llevamos nuestro cerebro, junto con nuestras ideas.


Podéis dejar vuestras opiniones y comentarios si así lo deseáis



miércoles, 13 de febrero de 2013

ENAMORAMIENTO, AMOR Y DEPENDENCIA



Ponencia presentada el dia 9 de febrero por Ana Castro




Amor = (Habitualmente)  Sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, hacia otra persona, que produce una serie de emociones, experiencias y actitudes (entre las actitudes está el deseo de proximidad con esa persona).


ENAMORARSE:

La creencia de que enamorarse es un tipo de amor no es cierta, pero se ha extendido tanto porque contiene algo de verdad. Porque, para ser amado, el objeto de amor debe primero atraernos, debe ser susceptible de que nos entreguemos a él y nos comprometamos con él. Los psiquiatras llaman a este proceso “catexia” * , así pues “catectizamos” al objeto amado.




La catexia ayuda al individuo a dar un paso que es imprescindible en el paso hacia el amor,
y ese paso es en la dirección de Extender los límites de uno, derribar las fronteras del propio yo.

Ampliamos nuestros límites en dirección al objeto amado cuyo crecimiento deseamos promover y que pasa a ser muy importante para nosotros. El verdadero amor debería suponer una experiencia de permanente extensión de la personalidad, nunca un acortamiento.
Lo que pasa es que el “enamorarse” es sólo un derrumbe parcial y transitorio de esas fronteras. La ampliación de nuestros límites exige esfuerzo, enamorarse no supone ningún esfuerzo y, como ya he dicho, suele ser pasajero.

La idea de amor romántico (un enamoramiento indefinido, un amor para toda la vida) es una enorme mentira, pero una mentira necesaria ya que asegura la supervivencia de la especie: alienta y valida la experiencia que nos lleva al matrimonio (o si preferís a la formación de una familia).  Los psiquiatras y psicólogos saben de la enorme confusión y sufrimiento que engendra esta idea. Millones de personas consumen energía y esfuerzo en intentar que sus vidas se ajusten a este mito irreal.

*****
DEPENDENCIA:

Hay otra creencia falsa en lo del amor: La tendencia a creer que la dependencia es amor.

Cuando una persona afirma “No puedo o no podría vivir sin ella/el” (y no se trata de una frase hecha sino de un convencimiento serio), se le puede responder que entonces es que no ama, que está en un error.
Ya sé que esto no es fácil de aceptar, tampoco de explicar. Si “se necesita” a otro individuo para vivir, uno se convierte en un parásito del otro. Aquí no hay ni libertad, ni elección de ningún tipo. Es por tanto una cuestión de NECESIDAD más que de amor. Dos personas se aman si son capaces de vivir por separado, pero deciden vivir juntas. La dependencia, en adultos física y mentalmente sanos, es patológica, un signo de enfermedad.
No me estoy refiriendo a los mecanismos de dependencia que tenemos todos: de que nos mimen, nos valoren, nos demuestren afecto… ya que en la mayoría de los casos estos deseos no rigen nuestras vidas, no son el tema predominante en nuestra existencia.

[Abordo el tema de la dependencia porque pienso que es muy fácil pasar del estado de enamoramiento a establecer una relación de dependencia entre dos personas, o de una persona respecto a otra, sobretodo si una de ellas la fomenta consciente o inconscientemente. Hay con frecuencia en las parejas juegos psicológicos y manipulaciones inconscientes que, en un intento de controlar al otro, lo pueden hacer dependiente.  Es más fácil que se dé este paso que el de que el enamoramiento se transforme en amor, ya que esto supone un esfuerzo consciente.


Cuando sí se crea una dependencia patológica, esta necesidad rige nuestra vida y marca la calidad, quiero decir por lo general la falta de calidad, de la existencia. Esto tiene un nombre en psiquiatría: “Trastorno de personalidad dependiente pasivo”. Este tipo de personas están tan atareadas tratando de que se les ame que no les queda energía para amar. Cuando las personas dependientes hacen algo por el otro el motivo, sea o no consciente, es para intentar consolidar el apego de esa persona, para asegurarse su cuidado.

La dependencia psicológica puede parecerse y confundirse con el amor porque alguien se apega violentamente a otro. Pero en realidad es una forma de antiamor, porque fomenta el infantilismo y no el crecimiento personal, atrapa, en lugar de liberar, y destruye las relaciones y a la persona. Todo lo contrario que el amor.

Por añadir algo más sobre cuando la dependencia se convierte en patológica, decir que es un trastorno de la personalidad enmarcado dentro de las dependencias afectivas. Para algunos autores se trata más bien de un trastorno adictivo, en el que el objeto que provoca a adicción es la relación de pareja, y el objetivo es llenar un vacío en el sujeto que la padece.



Sea como sea este trastorno se relaciona con las emociones y la capacidad para establecer vínculos significativos con otras personas. Al tratarse de un trastorno de la personalidad, tien a ser algo crónico y estable en la vida de la persona. Este trastorno tiene síntomas variados que dificultan un tanto el diagnóstico, como son la depresión, las obsesiones o los síndromes desadaptativos. La persona que lo padece es víctima de un intenso miedo a perder al otro y miedo a la soledad, lo cual contamina el vínculo establecido en la pareja.

Los dependientes emocionales manifiestan por su pareja una especie de “apego ansioso”, caracterizado por una continua necesidad de saberse amado, dificultades para llevar una vida independiente, búsqueda incesante del candidato a pareja, cuando le falta, y selección precipitada del mismo, miedo a no ser querido, miedo a la pérdida del objeto de amor y celos frecuentes, ideas contradictorias sobre el amor y dificultad para romper aún cuando la relación sea altamente problemática y generadora de malestar para el dependiente. Existe otra variante de este tipo, llamada codependencia emocional, en la que los dos integrantes de la pareja son los afectados.

Si observamos la dependencia desde cómo la vive el otro miembro; “del que se depende, el punto de apoyo”, vamos a encontrar un sentimiento de estar encarcelado,  ya que no podrá hacer su vida sin contar con todas las peticiones de la otra persona. Es decir, habrá continuos trabajos como: ir de compras, ir al médico, salir al parque, pasear al perro, pensar si comprar esto o aquello, etc; que podría hacer la persona sola, pero no lo hará y necesitará a su pareja para realizarlos, con lo cual la pareja estará atada de pies y manos. También es verdad que en un principio este miembro de la pareja puede ser el que hubiera impulsado o fomentado algún tipo de dependencia.


Entonces, ¿qué tiene que haber en una relación de pareja para que podamos hablar de amor?






AMOR:

Primero de todo, y parafraseando a Erich Froom, hay que decir (contra el tópico en uso) que el amor es una ACTIVIDAD, no un sentimiento.
 Se puede amar a una persona aunque conscientemente te disguste. (Ej: La madre Teresa  de Calcuta o los que cuidan a leprosos).

Si recordáis, al principio he hablado de catexia y catectizar: Es un proceso por el cual una persona u objeto llega a ser importante para nosotros, sin proponérnoslo.

Una vez catectizado, el objeto (persona o cosa) es cargado con nuestra energía como si fuera parte de nosotros mismos. Pero no confundamos: Catectizar no es amar.

 Cuando existe amor puede ser con catexia o sin ella, con sentimientos amorosos o sin ellos. Evidentemente es más fácil y placentero en el primer caso (con catexia), pero es posible hacerlo SIN. La palabra clave es voluntad. La persona que de verdad ama lo hace a causa de una decisión de amar. El verdadero amor es una decisión, reflexiva, de dedicación.

Dicho de otro modo: cuando amamos a alguien le dedicamos nuestra atención y atendemos a cómo crece esa persona. Cuando nos amamos a nosotros mismos atendemos a nuestro propio crecimiento (lo cual no es ni mejor ni peor, sólo distinto).

La pregunta es: ¿se pueden hacer a la vez ambas cosas?


Yo diría que sí, y además es que no se puede dar la 1ª sin la 2ª.  Digamos que no podemos amar a alguien si no nos amamos a nosotros mismos (frase que os sonará).
Pero ¿y al revés?....., ¿podemos amarnos a nosotros mismos sin que eso se traduzca en amor a los demás? ¿Sería posible? Qué habéis observado? 


INDIVIDUALIDAD :

Y por último comentaré el tema de la individualidad.
Una condición indispensable del verdadero amor es el respeto a mantener la distinción entre uno mismo y el otro. El percibir a la persona amada como alguien que posee una entidad enteramente separada (esto sería justo lo opuesto a dependencia).
Dos personalidades separadas pero, eso sí, en atención y comunicación mutua: Abrirse a la pareja, escuchar a la pareja en lo cotidiano y a sus problemas desde su interior, escuchar lo que le pasó mientras esperaba el autobús……….. puede ser muy aburrido, inoportuno y siempre consume energía, significa trabajo. 
Si fuéramos PEREZOSOS no podríamos realizar este esfuerzo.
Si somos menos PEREZOSOS lo realizaremos mejor y más a menudo.

Como el amor es TRABAJO, la esencia del no amor es la PEREZA.
**********


(Según Freud, el sujeto puede dirigir su energía pulsional hacia un objeto o una representación e impregnarlo, cargarlo o cubrirlo de parte de ella. Se llaman catexias a estas descargas de energía psíquica. A partir de la experiencia de catetización, el objeto cargado ya no le resulta indiferente al sujeto, más bien tendrá para él un halo o colorido peculiar. Si los objetos y personas nos resultan atractivas no es, para esta descripción, porque ellos mismos posean de forma objetiva el carácter de "deseable" o "atractivo", se trata más bien de una figuración consecuencia de nuestras proyecciones de energía libidinosa sobre ellos. La expresión más clara de las catexias es el enamoramiento).

Ana Castro



 Podéis dejar, si así lo deseáis, vuestros comentarios y opiniones.

miércoles, 6 de febrero de 2013

LA APOSTASÍA



Ponencia presentada por Mº Rosa el sábado 2 de febrero


En este momento no dispongo del texto de la ponencia, en el momento que disponga de el, lo colgare en el blog para que deis vuestra opinión.