martes, 17 de noviembre de 2015

¡¡¡ SERÉ ABUELO !!!

Ponencia presentada por Blai el pasado sábado día 14 de Noviembre.




La mayoría de vosotros, ya sabéis lo que es ser abuelo, y no voy a pretender ahora dar lecciones, teniendo en cuanta que, yo estoy recién licenciado.



Es evidente que en el nacimiento del nieto hace una enorme ilusión, pero alrededor de eso se han creado una serie de tópicos, y que como tales,  no responden a una realidad.
Intentare enfocar esta ponencia, a desmontar alguno de ellos.
En primer lugar aclarar que cando hablo de “nietos” me refiero a nietos y nietas, y lo mismo cuando hablo de “abuelos”.
Vale, es cierto que los abuelos recientes, el nacimiento del nieto, se convierte en las primeras semanas en monotema, pero ya está bien, que a cualquiera que te encuentres te lo primero que te diga es: “Se te cae la baba”.



Pues no, no se me cae, la baba, estoy ilusionado y contento.
Luego, el otro amigo, que nada más verte te suelta,” Has pensado que a partir de ahora te vas a acostar con una abuela”, jolinnnn dan ganas de contestarle: ¿y tu mujer con quien se acuesta?
Por se dice que os tópicos son esos lugares comunes en los que solemos refugiarnos para evitarnos el trabajo de pensar.
Y ahora un poco más en serio, uno de los muchos tópicos más recurrentes sobre este tema es el que define a los abuelos como los grandes consentidores de los caprichos de nuestros nietos.



Yo tuve la suerte de conocer a mi bisabuela, murió cuando yo tenía unos 13 años, eso quiere decir que tengo muchos recuerdos de ella.
Ahora es relativamente normal, por los cambios sociales que nos niños puedan conocer a los bisabuelos, lo que no era tan habitual en mi época.
Comento esto como una demostración de esa transformación social.
Cuando eran los padres, o mejor dicho las madres, las que cuidaban a los hijos, la figura del abuelo, era más cercana a la del estereotipo del tópico. Cuando se iba a visitar a los abuelos esos se ponían contentos y mimaban a los nietos.



Pero en la actualidad y con la incorporación de la mujer al trabajo, eso ya no así, en la mayoría de los casos, si no que ha cambiado el rol del abuelo.
La consecuencia ha sido que, frente a una relación abuelos-nietos, en unos casos distante y esporádica; y en otros próxima, pero mediatizada por la constante presencia de la madre, y que en ambos casos favorecía que fueran los abuelos quienes complacían los caprichos de los nietos, hemos pasado a una situación en la que los abuelos nos hacemos cargo de los niños de forma autónoma durante una gran parte del tiempo en que éstos no están durmiendo o en la guardería.



Por un lado, los abuelos no podemos ya estar simplemente pendientes de los niños, y mucho menos acceder a todos sus caprichos, cuando se pasan tanto tiempo con nosotros; por el contrario, debemos recuperar los procedimientos de nuestra época de padres y aplicarlos de nuevo a nuestros nietos con la misma mezcla de cariño, razonamiento y firmeza que utilizamos con nuestros hijos. Actuando así conseguiremos que los niños nos vean como personas revestidas de la necesaria autoridad.
 Según la última encuesta del IMSERSO, un 70 por ciento de los abuelos españoles cuidan o han cuidado alguna vez de sus nietos; un 44,9 por ciento reconoce que lo hace regularmente todas las semanas, y un 49,5 por ciento asegura que los cuida «casi diariamente».
 Si hablamos de atención diaria a los pequeños, el 22 por ciento cuida diariamente a los niños más de siete horas. 



No pretendo aquí analizar si este rol de los abuelos es placentero o agobiante; simplemente diré que hay momentos para todo, y que depende además de las circunstancias personales en cada caso, tanto física, mental y económica.
Uno de los mayores errores, es asumir que ser abuelo es una segunda paternidad por eso es imprescindible la coordinación y el trabajo en equipo con los padres, no ya evitando posibles comentarios de éstos ante los niños que puedan ser interpretados como una desautorización hacia los padres, por los pequeños,  sino además acordando pautas de conducta de unos y otros que eviten actuaciones contradictorias en situaciones similares.
Y esto supongo que es lo más difícil y complicado.
Conozco personalmente un excompañero de trabajo, que había planificado, su jubilación, casi al milímetro, y que al encontrármelo unos años después me comentaba que se había convertido en un “esclavo”, literalmente de sus hijos y que todos sus planes de estudiar y hacer, no había podido ni siquiera empezar uno.



También conozco  a otro, que es el caso contrario, que en cuanto se jubiló, se convirtió en un experto en “bolsa y banca”, (la bolsa del pan y el banco del parque), y que al nacer su nieta  pego un cambio, y ahora corre la “Cursa de la Mercé”, con ella en el cochecito, y ha perdido 10 kilos.
Puede que sean casos extremos y que la mayoría, sabremos mantener un equilibrio, pero, hay que tenerlo presente.
Evidentemente no es lo mismo que el nieto sea un bebe de meses y que lo traigan a casa, un rato, a que ya un poco más mayorcito, se adquiera la “obligación” de irlo a llevar o traer de la guardería o el cole.
Y ahí está el problema, que se convierta en una obligación, y el caso extremo seria el llamado “síndrome del abuelo esclavo”.



Cada vez hay más casos de abuelos a los que tener tanta responsabilidad les está pasando factura. El cansancio, la ansiedad, el estrés, el insomnio o la depresión son algunos de los síntomas de ese  síndrome, aunque a la mayoría de abuelos cuidar a sus nietos les sienta bien.
Lo ideal, desde mi punto de vista, es conseguir lo que yo llamaría “formar parte de la vida de nuestros nietos”, es decir, no solo hacerles de canguro, sino también de compañero, no de colega (para eso están los amigos), ni tampoco de padre, que ya tiene el suyo.



Otra de las cosas que parece que va a ser necesario para ser unos buenos abuelos, será el conocer las nuevas tecnologías.
Nuestros nietos son ya de los llamados “nativos digitales”, y si queremos entrar en su mundo, no nos tocara otro remedio que adaptarnos.
 Yo, no creo que se me pueda considerar un  “analfabeto tecnológico” per, prácticamente no usaba el Whatsapp, y por lo tanto, mis conocimientos sobre su funcionamiento, eran muy limitados.



Cuando nació mi nieto, se formó un grupo de Whatsapp, con todos y así pudimos tener noticias de lo que iba pasando dentro, casi en directo. Ahora no es que sea uno que va todo el día con el dedo en la pantalla, reconozco que soy torpe escribiendo, y andando a la vez, (será porque soy un hombre), pero ya lo uso regularmente y he descubierto que en ocasiones es más útil que la llamada convencional.




Pues tal como avanzan las cosas me da que habrá que hacer cursos acelerados de uso de la tecnología que va emergiendo, si queremos continuar formando parte de la vida de nuestros nietos y no conformarnos con ser sus simples canguros.


Podéis dejar vuestros comentarios y opiniones en el recuadro inferior si así lo deseáis





jueves, 12 de noviembre de 2015

LA REBELIÓN DE LAS MASCOTAS

Ponencia presentada por Patricia el pasado sábado dia 7 de Noviembre





Esta tarde os voy a hablar de las mascotas. He pensado en este título, La rebelión de las mascotas,,porque creo que un día se van a hartar y se van a rebelar. Se van a hartar de tanto mimo y tanta humanidad que las tiene añoñadas. Se van a escapar a la montaña y van a correr, a perseguir bichos, a llenarse de pinchos, a ensuciarse de barro, a enredarse el pelo, a ladrar hasta la afonía, a subir a los árboles, a volar sin mirar atrás…

A algunos de los que estamos aquí nos esperan en casa nuestras mascotas. Puede que a otros os esperen recuerdos de animales queridos.  Yo tuve:

Una jaula con grillos que construyó un tío mío.
Un conejo que acabó en la cazuela de mi abuela y que me negué a comer.
Un gato que se quedó sin mí cuando yo perdí mi infancia.
Un hámster experto en correr del puño al hombro.
Una perra que salió cuando no debió y el coche que no esquivó.
Dos tortugas muy pestosas que crecieron a manos de mis sobrinos.
Dos periquitos que aumentaron el censo periquital de mi vecina de abajo.
Una gata que casi le pega fuego a la casa.
Un perro que nos ensordece con sus ladridos.

Compañía, confianza, ternura, responsabilidad... tener un animal de compañía te hace ser más humano, mejor persona, más comprensivo, más flexible...

Al animal, ser tenido por un humano lo hace ser más mimado, maleducado, consentido, caprichoso… Si te descuidas, diabético, probablemente obeso, quizás insociable con su especie. Con el tiempo pierde oído, vista, olfato, instinto... sus cualidades más valiosas.



Para ellos han aparecido nuevos negocios: la tienda de animales, la fábrica de artículos para paseo, juguetes, baño, ropa, botas, rascadores, cochecitos de paseo, collares, pelucas, tintes... mimos, mimos, mimos.


Las mascotas no son una moda pasajera. Forman parte de nuestra sociedad desde hace miles de años. El origen de las mascotas es remoto. No sabemos si en la Prehistoria las cavernícolas reñían a sus hijos porque a ellas, además de jugarse la vida yendo a buscar agua o comida, les tocaba también sacar a pasear al perrito, mientras ellos estaban tumbados en el sofá de hierbas mirando las musarañas. Eso es broma, porque entonces, posiblemente, todos los perros tenían una jornada laboral agotadora: vigilar la cueva, defender al hombre de otras alimañas y más tarde mantener junto el rebaño. Quizás los gatos mantenían el hogar limpio de bichos y ratones. Es en el momento en que aparecen las primeras formas de riqueza que las personas comienzan a tener animales que no cumplen ninguna labor excepto la de formar parte de las pertenencias de esa persona, que los contemplan y atienden por placer.  Se conocen gatos momificados entre el ajuar funerario de los faraones.



Que una mascota sea un animal exótico tampoco se ha descubierto ahora. Cuando en el siglo XV la flota del tesoro dirigida por Zheng He llevó a China una jirafa desde Tanzania como mascota para el emperador Yongle, que el animal encontrara su comida habitual, que tuviese la temperatura y el ambiente en general que le eran propios… no les preocupaba. Sólo importaba que hacía aumentar su prestigio social. Sin ir más lejos, en los años 90 en Barcelona, se puso de moda tener perros de clima polar como los Huskies, los Malamutes... en Barcelona! Esos animales que proceden de un clima con meses de oscuridad al año, con temperaturas de 10º en julio... los hacen vivir en Barcelona, donde julio tiene una media que ronda los 25ºC. En el lado opuesto, otras personas, prefieren tener iguanas, que son propias de bosques tropicales, dentro de una caja de cristal.



Se cree que las mascotas pueden tener efectos terapéuticos para las personas con problemas de salud y de relación social. Las mascotas estrella han sido tradicionalmente los perros y los gatos, desde la época de las cavernas. Los perros pueden ser muy expresivos e interactuar con sus dueños y otras personas. Se les puede educar y resultan grandes compañeros. Hay quien prefiere los gatos. Hay quien es alérgico a ambos. En el periodo de alza económica se desarrollaron diversas industrias que llevan años haciendo su agosto: comida, camitas, ropita, medicinas, zonas de paseo, cementerios... programas de televisión encantadores, revistas, películas que ellos protagonizan…



Sin embargo, en las últimas décadas, las mascotas también han sido un regalo de reyes que se abandona en verano. Eso originó un problema social, especialmente en el caso de los perros, que campañas publicitarias de sensibilización como la de Purina “Él nunca lo haría”, no solucionaron. Aumentaron las sociedades protectoras, pero se masificaron a partir del 2005. Se crearon refugios que la crisis acabó cerrando. En Sant Boi, en el refugio de Camps Blancs, en 2011 dejar un perro costaba 300€ y adoptar uno 130 €. Sacad la conclusión.  Donde yo vivo, está el centro de recuperación de anfibios y reptiles de Catalunya. Allí acaban iguanas, serpientes, tortugas y hasta cocodrilos!

Creo que la mejor mascota es un perro. La sociedad postindustrial evoluciona, muchas personas viven solas, aumentan las familias monoparentales... las personas necesitan el cariño incondicional de un perro. Pero... hay que sacarlo a pasear, recoger sus deposiciones, bañarlo, cepillarlo... cuesta dinero y esfuerzo, pero sobretodo cuesta TIEMPO, lo más escaso, lo más caro. Los hoteles y residencias para perros además de caros no son buenos para ellos, porque se sienten abandonados, porque creen que su amo no volverá.



Los etólogos nos lo han dicho claro. La percepción del tiempo para el perro es muy diferente. Incluso,  hay que luchan por escaparse y volver a casa. Sensibilizados, algunos hoteles y bares aceptan perros e incluso celebran sus cumpleaños! Sí,  Chiquiparks que cierran y  Perriparks que abren!


Pero las mascotas están aprendiendo a cantar la canción de Amistades peligrosas que decía “Pero basta ya de tanta tontería…” hartas de pasar tantas horas solas. Quieren más contacto con la naturaleza y con sus amos. Un día se van a rebelar, pero no como en El planeta de los simios, sino como en la era de la industria farmacéutica. La depre les va a causar eccema y nos lo van a contagiar. O van a hacer pis en un enchufe y van a provocar un cortocircuito. O van a arañar la pantalla de plasma o a agujerear el móvil con el pico.

Hace tiempo que apareció un nuevo negocio en Japón, aquí ya está tardando: el alquiler de perros. Una persona va a la tienda, alquila un perro que le guste durante unas horas o días. Puede que la rebelión empiece en una de estas tiendas. Esta idea va relacionada con otra manera de entender cómo se pasea a un perro: en cochecito. A este pobre perro que no camina por la calle le compran una cinta de correr adaptada! De la mantita para el perro se ha pasado a la butaca para el perro. Quién pensaba que los ricos ataban los perros con longanizas? Eso, en la era analógica! En la digital, les ponen el collar  smartphone, Motorola Scout 5000, con cámara incorporada y GPS por 200$.



Cada vez son menos animales. Los veterinarios les ponen el chip. En casa, hay quien les pone pañales. Millonarios hay que les dejan su herencia. Hay países que no permiten heredar a los animales. Contradicción.

Como veis no os hablo de lo bien que trabajan los perros, ni de las cotorras que pueblan los árboles de nuestras calles, ni de las tortugas de Florida, ni de las paradas de animales que ya no hay en las Ramblas. Prefiero que hablemos entre todos de los muchos beneficios que nos dan nuestras mascotas y de lo mucho que las queremos. Los perros y los gatos nos enseñan valores y nos previenen de males a través del refranero.




Hay quien tiene por mascota un reptil o un artrópodo venenoso. Nuestra tradición judeocristina no los habría imaginado como mascotas, pero la religión también entró en crisis  y la sociedad ha cambiado mucho desde que éramos niños.  Si antes podía pasar que tu gato se colara en casa de la vecina, ahora puede que la serpiente de la vecina aparezca por tu váter. 



A mí me gustan mucho, mucho, mucho los perros y los gatos. Si viviera en una casa con terreno tendría media docena de cada por lo menos. Ayer que hacía tan buena tarde, pensé que me gustaría ir a la playa, pero lo que hice fue sacar a mi perro al campo. Esta mañana, lo primero que he hecho es pasear a mi perro y lo segundo, decirle a mi hijo que pasee el perro esta noche, no más tarde de las 9, que yo estaré aquí con vosotros.

Hay quien atribuye a Lord Byron la frase “Cuando más conozco a la gente, más amo a mi perro”, pero él nunca lo tuvo, aunque aparece en uno de sus poemas, no quiere decir que la inventara él. También dijo “Sólo salgo para renovar el deseo de estar solo”, y era famoso por su promiscuidad y libertinaje.

La primera frase procede de las ideas de Diógenes, aquél filósofo del siglo V con tanto desapego por la riqueza, ideas que recogió otro Diógenes, Laercio. Con el tiempo, otros le plagiaron. Así que cuando más conozco a los hombres, más sabio me hago y más rápido voy a la Sociedad General de Autores.

Curiosamente, la sabiduría también nos la puede dar nuestro perro. Ahora hay en youtube un vídeo titulado Aprendí de mi perro, que os recomiendo y voy a pasarle a Blai para que lo ponga en el blog. 

Lo que aprendí de mi perro:


Para acabar, de tantas ideas reconfortantes, evocadoras... he elegido una frase del escritor Anatole France:

"Hasta que no hayas querido a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida". (Aquí no cuentan maridos)



Y con permiso de Jorge Manrique diría:

Recuerde el alma dormida avive el seso y despierte,
cómo de buenas son las mascotas 
y cuánto de ellas tiene que aprender la gente


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