En principio hay que distinguir
entre una fundación, de una asociación, y de un grupo específico de personas
con una función.
Fundación:
Se constituye con un capital
inicial. En general se trata de personas o empresas que dedican parte de sus
beneficios al mecenazgo (Investigación, becas, arte, cultura, deporte, o a la filantropía,
ayudando económicamente para promover el bien social).
No todos los creadores de
fundaciones son millonarios (Vicente Ferre, o Carreras), si no personas de
reconocida valencia que las promueven, y reciben donaciones para el capital
inicial.
Respecto a la filantropía de
los ricos, o muy ricos, algunos críticos argumentan que lo hacen para lavar su
mala conciencia, dando lo que les sobra y que previamente han “sacado”, a los demás.
No obstante también cumplen
una labor social, ya que han venido a cubrir el papel que en épocas pasadas ejercían
reyes, papas, aristócratas y terratenientes.
Una fundación tiene
personalidad jurídica y ha de escriturar el patrimonio dedicado a su
funcionamiento.
Asociación:
Jurídicamente, con un mínimo
de tres personas se puede crear una asociación (Presidente, Secretario y Tesorero),
e inscribirse como tal en el registro local.
Ha de presentar “Acta de Constitución”,
“Estatutos” y “Sede Social”, para conseguir esa inscripción.
Esta inscripción le otorgara
derechos, pero también obligaciones. Una asociación es como una persona jurídica,
independiente de las partes...
La junta tendrá responsabilidades
de gestión, y no está exenta de pagar el IRPF, si se generan movimientos económicos
(cuotas de socios, o ingresos por actividades diversas).
La agencia tributaria o la Administración
Local, podrán hacer controles aleatorios. Aunque las asociaciones, tiendan a un
bien social, siempre hay individuos que las usan para el beneficio propio (caso
Urdangarin, Cursos de Formación subvencionados y no realizados, desvíos de fondos de donaciones, etc.).
El tejido organizativo de
una gran ciudad como Barcelona, es amplio, pero desconocido por la mayoría de
los ciudadanos, que por ejemplo, ni siquiera saben dónde está la “Asociación de
Vecinos” de su propio distrito, o los Centros Cívicos, o el “Casal de Avis”.
La temática de las
asociaciones es variable: Deporte, Salud, Informática, Ayuda Social,
Drogodependencias, Violencia de Genero, poesía, Teatro, Cultura en general,
etc.
Los grupos suelen mantenerse,
gracias a un número reducido de voluntarios, que forman el núcleo de la asociación.
Las redes sociales son una buena forma de publicidad, para esos grupos.
Económicamente dependen de
las cuotas de los socios, donativos y subvenciones, no se suelen poder permitir
pagar salario alguno. El mayor problema con los socios es que una vez superado
el impulso inicial de simpatía por la causa propuesta, esta se olvida y no se
renuevan las cuotas, por lo que en ocasiones el listado de socios no siempre es
real.
Algunas asociaciones, crean
plataformas reivindicativas, para así obtener espacio para sus actividades, los
más radicales ocupan locales que perteneciendo a la administración local o
central, han permanecido vacíos durante años. Ante los hechos consumados, la
administración cede, concede o desaloja dependiendo del momento político.
Una vez obtenido el local,
viene la gestión y el reparto del espacio, entre las asociaciones. No es
infrecuente que algunas de las asociaciones, tengan relaciones no declaradas con partidos políticos.
Estas asociaciones con ideología,
están mejor organizadas, y tiene mayor número de socios que las pequeñas de
barrio, que normalmente trabajan para mejorar su entorno más cercano.
Es más fácil constituir una
asociación que gestionarla de forma eficiente.
Grupo:
Los grupos, como el nuestro “Grupo
Rialto”, o similares son de naturaleza informal, y no necesitan inscripción para
su funcionamiento.
Son muy diversos (coleccionismo,
excursionismo, de debates y tertulias, etc.), no persiguen un fin estrictamente
social, pero promueven la amistad y el desarrollo personal.
Necesitan igual que las
asociaciones, una logística de coordinación y un local de reunión.
Internet, ha creado espacios
virtuales que complementan las actividades de los grupos, y existen también grupos
virtuales en los que los encuentros presenciales no son necesarios, los podríamos
llamar grupos en el ciberespacio.
Dinámica:
Muchas personas pasan por la
vida ocupándose solamente de sus asuntos personales, aunque deseen el bien
general de su propio barrio, de su sociedad, e incluso del mundo, prefieren que
se involucren otros a los que suponen más estimulados.
Estos, son los que tienen
las ideas, los que crean proyectos y dirigen o colaboran como voluntarios en la
ejecución de las mismas.
A un voluntario se le supone
un nulo ánimo de lucro, su motivación es mejorar la realidad existente, y
llegar allí donde la burocracia, o las administraciones locales o centrales no
alcanzan o se inhiben.
Para su funcionamiento, grupos
y asociaciones han de contestarse las preguntas básicas de la vida:
Los voluntarios, cada uno
con su preparación y personalidad, son los recursos humanos disponibles.
En toda organización humana,
incluso en las no lucrativas se produce una cierta competitividad, por la
preeminencia, por lo que las nuevas incorporaciones pueden verse como una
amenaza a los antiguos socios.
Cada miembro del grupo, tendrá
diferente grado de tolerancia frente a situaciones incomodas, hay que evitar
como norma, el excesivo protagonismo de alguien, aunque este sea el presidente
o coordinador.
Un grupo de debate, o
tertulia para su ordenado funcionamiento, exige, participación y control de tiempos.
Las opiniones expresadas
siempre lo son a nivel personal, basadas en la propia experiencia, información,
creencias y valores.
Ha de primar la cortesía y
el respeto, no ofender, ni a los presentes, ni a los ausentes.
Al voluntario de una asociación,
se le aconseja saber guardar las distancias en su compromiso social.
Las tímidos y discretos no
suelen crear problemas, pero los excesivamente impulsivos, radicales o
dominantes crean conflictos internos.
Por naturaleza y por sus
habilidades sociales, hay individuos que caen bien a todo el mundo, otros que
solo a unos pocos y alguno que a casi
nadie, por eso un buen coordinador, ha de estar al tanto, para evitar desequilibrios
internos.
La democracia interna de los
grupos requiere que se fijen umbrales de conformidad y discrepancias, manteniendo
el equilibrio entre las partes y el todo.
Al coordinador se le exige
más que a los demás, suele ser cuestionado, si no cumple bien su rol social, y
si esto ocurre acabara “quemándose”.
El altruismo continuado,
puede retar tiempo para la práctica de otras actividades deseables.
Es aconsejable mantener una
cierta distancia expositiva y emocional, que permite analizar problemas y temáticas
desde distintos ángulos.
Conclusión:
La trayectoria humana está
marcada por la lucha y la competitividad, esto es al menos lo que nos describen
los libros de historia. Sin embargo la especie humana no hubiera sobrevivido
sin la colaboración mutua.
En las relaciones humanas,
lo ideal es la buena sintonía entre las partes. El “yo” y el “tu”, solos apenas
son nada, se necesita el “nosotros”, el “vosotros” y también el “ellos”.
El objetivo final de
asociaciones y grupos, aparte de la ayuda, es el desarrollo sociológico,
cultural y colectivo.
Si así se hace, si nos
comprometemos podemos acercarnos a la famosa frase del poeta latino Horacio:
“Que nada de lo humano, me
sea ajeno”.
Podeis dejar vuestros comentarios y opiniones en el recuadro inferior si así lo deseáis.
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