RECUERDO
Y OLVIDO
¿Porque recordamos? y ¿Cómo
olvidamos?
No existen respuestas claras
a estas preguntas. Los neurólogos aún desconocen el lugar exacto en nuestro
cerebro de estas dos actividades de la memoria. Se pueden estudiar sus resultados
teniendo en cuenta que cada individuo tiene su perfil nemotécnico, y se hacen también
estadísticas por grupos de edad y profesión.
Salvo patología, todos
tenemos una memoria “normal”, durante toda nuestra existencia (con ligeros
despistes).
El trastorno se produce
cuando no podemos enlazar el presente con el pasado, distorsionándose la
realidad.
Existen dos tipos de
amnesia:
La “Retrograda”, que impide
recordar y “Anterógrada “que impide aprender cosas nuevas.
Las afasias son amnesias
curables que suelen afectar a personas que han tenido ICTUS. Los pacientes
tienen dificultad, para pronunciar palabras, aunque conozcan su significado. Su
habla queda fragmentada, y son como niños que aprenden a hablar de nuevo.
Alcohol y drogas pueden
producir el síndrome de “Korsakoff”, distorsión de la realidad y borrado de recuerdos.
En el hospital “San Joan de
Deu”, se está tratando a niños y adolescentes de una rara enfermedad que hace
que olviden las vivencias más cercanas, se la ha denominado “Amnesia del
desarrollo”
Los enfermos de Alzheimer,
tienen recuerdos en su mente, pero progresivamente se van distorsionando y
perdiendo.
Las amnesias de película, no
existen, es difícil que se borren “todos” los recuerdos. Un amnésico actúa
inconscientemente, en función de un pasado que ignora.
No cabe duda que hay
ocasiones en las que quisiéramos olvidarnos de todo, alejarnos y comenzar una
nueva vida, pero biológicamente no es posible. Podemos desaparecer e irnos a
las antípodas, pero el baúl de los recuerdos viajara con nosotros, queramos o
no.
Las células nerviosas, todo
lo registran y codifican, y lo devuelven con más o menos nitidez en el momento
más inesperado. Presente y pasado se necesitan y se entrelazan en un todo.
Todos los seres vivos,
animales y plantas, tienen una memoria “Filogenética”, que se transmite biológicamente.
La particularidad de la especie humana, es la recuperación del pasado vivido
mediante el recuerdo.
La mecánica de la memoria
tiene tres fases:
Registro y captación de información
Retención y almacenamiento
Recuperación, según contexto y asociaciones.
Es un proceso más o menos
ordenado y automático, que no siempre depende de nuestra voluntad.
Pueden presentarse retazos
del pasado que no han sido llamados, y conocimientos que creíamos tener bien estructurados,
en nuestra mente, no acudir en un momento dado.
El recuerdo es una
posibilidad, que juega un poco al escondite.
Según los expertos, no
existen recuerdos anteriores a los dos años de vida.
Nacemos como nuestros más
remotos antepasados con las conexiones neuronales, prácticamente vírgenes. A
los 5 años comenzamos a tener consciencia del pasado, pero olvidamos pronto.
Aún no comprendemos las palabras abstractas que dan complejidad a nuestra
existencia.
Por eso nuestros recuerdos
de la primera infancia son difíciles de precisar.
Infancia, adolescencia,
juventud, son etapas de aprendizaje, de estudio, de repetición de contenidos
específicos en cada edad.
La repetición fija el
recuerdo, aunque no se tenga demasiado claro el texto, pero si uno se esfuerza,
puede aprobar exámenes, sacar títulos y obtener plaza en reñidas y
multitudinarias oposiciones.
Admiramos a los “Atletas
mentales”, vencedores de los concursos, tipo “Saber y ganar” o “Pasapalabra”, y
que no son ni catedráticos ni intelectuales.
Sin embargo, aunque la
memoria guarda relación con la inteligencia no la determina.
La inteligencia prefiere asociar,
resolver y crear.
A partir de los 50 años, el
pasado biográfico se acumula en nuestro cerebro, se va perdiendo la memoria episódica.
Hay quien es capaz de
recordar el primer beso o cuando perdió la virginidad y con quien.
Los momentos álgidos de la
existencia, los podemos archivar en álbumes de fotos o en diarios íntimos, y
eso es una forma de recordar.
Actualmente, con la
digitalización, la fotografía ha perdido el encanto, las miramos en la pantalla
y las guardamos en una carpeta dentro de otra carpeta en algún rincón perdido
del disco del ordenador.
Además con el Fhoto Shop, y
sus mecanismos, podemos eliminar, personajes olvidables, casi como si no
hubieran existido en nuestra biografía.
Aun así, siempre olvidamos
algo, nuestro funcionamiento no es como el de un ordenador bien programado.
Psicológicamente, a la
memoria le influye el “Stress”, ya que causa falta de atención y de concentración,
emociones fuertes, bloqueos puntuales y hasta ideologías y creencias.
Perduran recuerdos que son
como abismos a los que no queremos asomarnos, es un pasado en el que no nos
reconocemos.
Podemos recomendar a otros,
que olviden, que pasen página, y en ocasiones nos damos a nosotros mismos esa
instrucción, pero no es fácil hacer borrón y cuenta nueva.
La memoria de las Naciones
es la individual aumentada, está llena de victorias, derrotas, y existen muchos
traficantes del olvido de violencias e indignidades, asesinos de la memoria y
guardianes del silencio. Sus víctimas, no sin dificultades, pueden exigir el
derecho y el deber de recordar.
No obstante no es
conveniente fosilizarse en el recuerdo, que nos mantiene atados con rencores y
venganzas, a quienes nos dañaron, en ocasiones es terapéutico soltar lastre.
En el siglo XXI, la memoria
externa es ingente (Archivos, libros, imágenes museos, soportes digitales)
Estamos expuestos a una constante información, solo retenemos el 10 %, la mayor
aparte nos entra por un oído y nos sale por el otro.
Además, confiamos en que
encontraremos en Internet, lo que no sabemos o no conseguimos recordar, pero
para eso hay que aprender y memorizar el funcionamiento del ordenador y de las
aplicaciones. Evita unos esfuerzos pero crea otros.
Hemos de reconocer, que hacer
sumas de varios dígitos, o multiplicar y dividir, nos cuesta un poco más, al
haber delegado estas operaciones matemáticas a las maquinitas.
CONCLUSIÓN:
Los despistes no deben
preocuparnos, excepto si afecta a nuestra supervivencia, vivir exige tejer una
red neuronal que nos da grandes prestaciones, pero que ocasionalmente falla (Olvido
de llaves, tarjetas, monederos, recados).
En la memoria lingüística,
es frecuente, el fenómeno de tener una palabra en la punta de la lengua, ya que
el recuerdo puede surgir en fracción de segundos.
En presentes difíciles los
humanos, podemos aliviarnos rememorando pasados pretendidamente felices.
Como dijo Prust “Quisiéramos
recobrar el tiempo perdido”.
Poe eso hay que tener
paciencia con las batallitas que nos cuentan nuestros mayores, que al llegar a
su edad probablemente nosotros hagamos lo mismo.
En definitiva, lo importante
de la memoria no es su almacenamiento, sino su estímulo y sabia utilización.
Venir aquí a debatir, con
mesura o apasionamiento sobre los diversos temas de la vida, favorece nuestros
circuitos neuronales, por lo que es recomendable la asistencia.
Podéis dejar vuestros comentarios y opiniones, ademas de "recuerdos", en el recuadro inferior si así lo deseáis
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