martes, 25 de noviembre de 2014

RECUERDO Y OLVIDO

Ponencia presentada por Mª Carmen el pasado sábado día 15 de noviembre




RECUERDO Y OLVIDO



¿Porque recordamos? y ¿Cómo olvidamos?
No existen respuestas claras a estas preguntas. Los neurólogos aún desconocen el lugar exacto en nuestro cerebro de estas dos actividades de la memoria. Se pueden estudiar sus resultados teniendo en cuenta que cada individuo tiene su perfil nemotécnico, y se hacen también estadísticas por grupos de edad y profesión.
Salvo patología, todos tenemos una memoria “normal”, durante toda nuestra existencia (con ligeros despistes).



El trastorno se produce cuando no podemos enlazar el presente con el pasado, distorsionándose la realidad.
Existen dos tipos de amnesia:
La “Retrograda”, que impide recordar y “Anterógrada “que impide aprender cosas nuevas.
Las afasias son amnesias curables que suelen afectar a personas que han tenido ICTUS. Los pacientes tienen dificultad, para pronunciar palabras, aunque conozcan su significado. Su habla queda fragmentada, y son como niños que aprenden a hablar de nuevo.
Alcohol y drogas pueden producir el síndrome de “Korsakoff”, distorsión de la realidad y borrado de recuerdos.



En el hospital “San Joan de Deu”, se está tratando a niños y adolescentes de una rara enfermedad que hace que olviden las vivencias más cercanas, se la ha denominado “Amnesia del desarrollo”
Los enfermos de Alzheimer, tienen recuerdos en su mente, pero progresivamente se van distorsionando y perdiendo.



Las amnesias de película, no existen, es difícil que se borren “todos”  los recuerdos. Un amnésico actúa inconscientemente, en función de un pasado que ignora.
No cabe duda que hay ocasiones en las que quisiéramos olvidarnos de todo, alejarnos y comenzar una nueva vida, pero biológicamente no es posible. Podemos desaparecer e irnos a las antípodas, pero el baúl de los recuerdos viajara con nosotros, queramos o no.
Las células nerviosas, todo lo registran y codifican, y lo devuelven con más o menos nitidez en el momento más inesperado. Presente y pasado se necesitan y se entrelazan en un todo.
Todos los seres vivos, animales y plantas, tienen una memoria “Filogenética”, que se transmite biológicamente. La particularidad de la especie humana, es la recuperación del pasado vivido mediante el recuerdo.
La mecánica de la memoria tiene tres fases:

         Registro y captación de información
         Retención y almacenamiento
         Recuperación, según contexto y asociaciones.

Es un proceso más o menos ordenado y automático, que no siempre depende de nuestra voluntad.
Pueden presentarse retazos del pasado que no han sido llamados, y conocimientos que creíamos tener bien estructurados, en nuestra mente, no acudir en un momento dado.

El recuerdo es una posibilidad, que juega un poco al escondite.
Según los expertos, no existen recuerdos anteriores a los dos años de vida.



Nacemos como nuestros más remotos antepasados con las conexiones neuronales, prácticamente vírgenes. A los 5 años comenzamos a tener consciencia del pasado, pero olvidamos pronto. Aún no comprendemos las palabras abstractas que dan complejidad a nuestra existencia.
Por eso nuestros recuerdos de la primera infancia son difíciles de precisar.
Infancia, adolescencia, juventud, son etapas de aprendizaje, de estudio, de repetición de contenidos específicos en cada edad.



La repetición fija el recuerdo, aunque no se tenga demasiado claro el texto, pero si uno se esfuerza, puede aprobar exámenes, sacar títulos y obtener plaza en reñidas y multitudinarias oposiciones.
Admiramos a los “Atletas mentales”, vencedores de los concursos, tipo “Saber y ganar” o “Pasapalabra”, y que no son ni catedráticos ni intelectuales.



Sin embargo, aunque la memoria guarda relación con la inteligencia no la determina.
La inteligencia prefiere asociar, resolver y crear.
A partir de los 50 años, el pasado biográfico se acumula en nuestro cerebro, se va perdiendo la memoria episódica.
Hay quien es capaz de recordar el primer beso o cuando perdió la virginidad y con quien.



Los momentos álgidos de la existencia, los podemos archivar en álbumes de fotos o en diarios íntimos, y eso es una forma de recordar.
Actualmente, con la digitalización, la fotografía ha perdido el encanto, las miramos en la pantalla y las guardamos en una carpeta dentro de otra carpeta en algún rincón perdido del disco del ordenador.
Además con el Fhoto Shop, y sus mecanismos, podemos eliminar, personajes olvidables, casi como si no hubieran existido en nuestra biografía.
Aun así, siempre olvidamos algo, nuestro funcionamiento no es como el de un ordenador bien programado.
Psicológicamente, a la memoria le influye el “Stress”, ya que causa falta de atención y de concentración, emociones fuertes, bloqueos puntuales y hasta ideologías y creencias.
Perduran recuerdos que son como abismos a los que no queremos asomarnos, es un pasado en el que no nos reconocemos.
Podemos recomendar a otros, que olviden, que pasen página, y en ocasiones nos damos a nosotros mismos esa instrucción, pero no es fácil hacer borrón y cuenta nueva.
La memoria de las Naciones es la individual aumentada, está llena de victorias, derrotas, y existen muchos traficantes del olvido de violencias e indignidades, asesinos de la memoria y guardianes del silencio. Sus víctimas, no sin dificultades, pueden exigir el derecho y el deber de recordar.



No obstante no es conveniente fosilizarse en el recuerdo, que nos mantiene atados con rencores y venganzas, a quienes nos dañaron, en ocasiones es terapéutico soltar lastre.
En el siglo XXI, la memoria externa es ingente (Archivos, libros, imágenes museos, soportes digitales) Estamos expuestos a una constante información, solo retenemos el 10 %, la mayor aparte nos entra por un oído y nos sale por el otro.



Además, confiamos en que encontraremos en Internet, lo que no sabemos o no conseguimos recordar, pero para eso hay que aprender y memorizar el funcionamiento del ordenador y de las aplicaciones. Evita unos esfuerzos pero crea otros.



Hemos de reconocer, que hacer sumas de varios dígitos, o multiplicar y dividir, nos cuesta un poco más, al haber delegado estas operaciones matemáticas a las maquinitas.



CONCLUSIÓN:
Los despistes no deben preocuparnos, excepto si afecta a nuestra supervivencia, vivir exige tejer una red neuronal que nos da grandes prestaciones, pero que ocasionalmente falla (Olvido de llaves, tarjetas, monederos, recados).



En la memoria lingüística, es frecuente, el fenómeno de tener una palabra en la punta de la lengua, ya que el recuerdo puede surgir en fracción de segundos.
En presentes difíciles los humanos, podemos aliviarnos rememorando pasados pretendidamente felices.



Como dijo Prust “Quisiéramos recobrar el tiempo perdido”.
Poe eso hay que tener paciencia con las batallitas que nos cuentan nuestros mayores, que al llegar a su edad probablemente nosotros hagamos lo mismo.
En definitiva, lo importante de la memoria no es su almacenamiento, sino su estímulo y sabia utilización.



Venir aquí a debatir, con mesura o apasionamiento sobre los diversos temas de la vida, favorece nuestros circuitos neuronales, por lo que es recomendable la asistencia.

Podéis dejar vuestros comentarios y opiniones, ademas de "recuerdos", en el recuadro inferior si así lo deseáis

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