martes, 19 de junio de 2012

OLGA ALVARO-MI MEMORIA HISTÓRICA



Maldito sea el día y la hora que cuatro hombres con sus fusiles colgados a la espalda llamaron a la puerta de Francisco Segarra Llorens y le obligaron a salir de su casa sin más razones que la fuerza de unos fusiles encañonándole……¡¡¡¡Venga,  vístete y tira para el camión que está en tu puerta!!!!, no se opuso, no podía.  El se imaginó el destino de su viaje y no se equivocó.
Se despidió de su joven esposa y su pequeño hijo Juan Segarra Bartolomé, no le volvieron a ver nunca más.  Sus padres, hermanos y demás familia tampoco….fin de su paso por la tierra!.  Tenía treinta y un años.
¡¡¡¡Y las campanas no tocaron a muerto!!!!
Toda la familia se unió para su búsqueda, querían saber que hicieron con él.  Donde podía estar….con la esperanza de encontrarlo vivo o muerto…nada de nada, silencio absoluto.  Nadie sabía nada.  Francisco Segarra Llorens no había existido, lo borraron de este mundo con las balas de sus malditos fusiles.
Pasó un tiempo, un día Josefina, vecina de los padres de Francisco llamó a su puerta muy atolondrada, les explicó que en un bar de las dos plazas del pueblo (La Plaça de Dalt), estaban unos hombres charlando animadamente.  Uno de ellos se sacó de su cartera una fotografía, la mostraba pasándola de mano en mano, todos la vieron……Josefina también, pudo reconocer en ella a una hermana de Francisco, una joven mujer con un bebé en brazos.
Dicha fotografía se la envió su hermana Consuelo para que en ella pudiera conocer a su hija recién nacida; vivían en diferentes ciudades y solo así era posible.  Dicen que Francisco (Paquito para su hermana) siempre llevaba en su cartera ésta fotografía.  ¿Cómo podía tenerla el individuo del bar?.  Se armó un buen revuelo, los padres de Francisco salieron espitados hacía la plaza de Dalt para encontrarse con el individuo, intuyeron que el aludido tenía alguna cosa que contar de la desaparición de su hijo, dicen que el cara a cara fue un mar de acusaciones, nadie quiso delatar al portador de la fotografía…….todos callados (estaban en plena guerra civil).  Nadie se quiso involucrar…tenían miedo???.  Ante la impotencia del momento, el padre de Francisco solamente pidió a quien tuviera la fotografía de su hijo que se la devolviera, le dolía en el alma saber que un desconocido la tuviera y la mostrara como un trofeo de guerra.  Su hija y su pequeña nieta estaban en ella, no podía asumirlo.
El revuelo de los vecinos del pueblo que empezaron a llegar fue muy molesto para el supuesto asesino y agobiado tiró la fotografía al suelo y se marchó, así fue como todos pudieron conocer a uno de los cuatro asesinos de su hijo.
Desgraciadamente nunca se supo donde lo asesinaron ni donde descansan sus huesos, seguramente en una fosa común con otras víctimas desaparecidas aquellos días entre el terme comarcal de La Figuera y Mora D’Ebre. 
Esta narración es verdadera, la puedo escribir perfectamente letra por letra, yo tengo la fotografía de la cual sale toda esta narración, el bebé que se muestra en dicha fotografía soy yo….Olga Alvaro Segarra, la conservo perfecta, la cuidaré mientras viva.  En ella está escrita una dedicatoria de mi madre a su hermano, dice así “Olga Alvaro Segarra, nació a las 5 de la mañana del 26 de enero, tiene ya un mes.  Para mi querido hermano Paquito”.
Nunca he comprendido porque el asesino se quedó con la fotografía y la mostrara a sus amigos, solo cuando la miro y veo a mi madre puedo entender la idiotez del individuo.  Mi madre era guapísima!!!!!!, quizás este fuera el motivo de  que se la guardara, mami…tu querías mucho a tu hermano y él a ti, ¿Podemos creer en un pequeño milagro?.....Descansad en paz.

Olga Alvaro Segarra
12 de mayo de 2011


Nota: Olga me pidió que colgara otro de sus relatos, por si  a alguien le apetece leerlo y dar su opinión sobre él 

No hay comentarios:

Publicar un comentario