"EL GASTÓMETRO" ( SOBRE UN ARTICULO DE ACTUALIDAD )
Ponencia presentada el pasado sábado día 7 de septiembre, sobre un tema libre de las noticias de actualidad.
Despues de la votación, se eligió el tema:
Italia estrena una criba informática a gran escala contra el fraude fiscal
El ‘gastómetro’ cruza datos para fichar a quien consuma por encima de sus
ingresos.
El Gobierno del primer ministro Enrico Letta tiene desde este
martes una nueva arma contra el fraude fiscal en Italia: el rentómetro
o gastómetro. Un sistema informático que cruza datos de los gastos que
un contribuyente hace cada año, deduce cuál debería ser su renta y la compara
con su renta declarada al fisco.
El pequeño empresario del productivo nordeste que olvida declarar parte de
su facturación; el matrimonio que regenta una casa rural en Sicilia y cobra en
negro a los turistas o quien oculta sus ahorros al otro lado de la frontera.
Son los protagonistas de la economía sumergida en Italia. Cada año, según el Instituto Nacional de Estadística (Istat),
los italianos se guardan en el bolsillo 120.000 millones en impuestos no
pagados, casi el 18% del PIB. En 2012, Hacienda pudo recuperar solo 12.000
millones en la lucha contra el fraude.
Los Gobiernos han cambiado de color y de programa, pero se han mantenido
firmes en la elaboración del gastómetro. Tras tres años de polémicas y pruebas,
el software fiscal ya ha empezado a trabajar para buscar a “los
evasores más descarados”, como los define Sergio Mazzei, portavoz de la agencia
tributaria italiana.
“Si hay una diferencia inferior al 20% entre gastos e ingresos declarados no
hay ningún problema. Si resulta ser superior, significa que estamos ante un
posible defraudador”, dice Mazzei. “El contribuyente es citado y puede
justificar la diferencia si puede demostrar que se compró un yate porque ganó a
la lotería o porque su abuela le prestó dinero. Pero si no puede, se le
aplicarán nuevos controles”.
El procedimiento se basa en un principio de una lógica irreprensible. “Si
gasto 100 no puedo ganar menos de 80”,
sintetiza Gianluca Campana, coronel de la Guardia de Finanzas, una especie de
policía fiscal en Italia. “El gastómetro controla el tren de vida que lleva cada
persona y averigua si coincide con lo que dice ingresar o poseer”, ironiza.
Antes de finales de año los ordenadores de Hacienda cribarán las
declaraciones de unas 35.000 personas, controlando sus gastos a partir del
ejercicio fiscal 2009. No son muchas, considerado que en Italia viven más de 60
millones de personas. “Cruzamos más de cien elementos para trazar una suma lo
más detallada posible de compras y gastos. No miramos solo los consumos de
lujo, sino también los cotidianos”, explica un portavoz de Hacienda.
Consultando los registros tributarios es posible saber cuánto paga un
contribuyente por el seguro de su coche, por las facturas de luz de su hogar,
si ha ingresado dinero en el extranjero o si lo ha recibido, si ha comprado o
vendido una moto, un barco u otros vehículos. Hay más datos. “Controlamos los
hobbies, los gastos para el gimnasio, los viajes o si se paga una hipoteca.
Verificamos todas las compras por encima de los 3.600 euros, pero las más bajas
también dejan rastro, ya que en Italia no se puede pagar más de 1.000 euros en
efectivo”, puntualizan en la agencia tributaria. Al dinero efectivamente
gastado, se le añade una suma en función de los gastos de la vida cotidiana,
desde la comida a la gasolina. Estos valores que se calculan según la edad, el
tipo de empleo y la composición de la familia.
El rentómetro o gastómetro es como un Gran Hermano que
escudriña el bolsillo de los italianos. Por eso ha suscitado muchas polémicas
al ser considerado un método invasivo porque no respeta la privacidad de los
ciudadanos y establece la presunción de culpabilidad frente a Hacienda.
Por otro lado, algunos comerciantes, sobre todo los que venden bienes de
lujo como arte o joyas, han expresado su temor a que estos controles acaben por
desmotivar a los posibles compradores. “Si todo está en regla y es legal, no
hay nada de qué preocuparse. Solo controlamos las discrepancias garrafales
entre el nivel de compras y las declaraciones de ingresos. Los pequeños
ahorradores no tienen nada que temer”, tranquiliza Mazzei.
El economista Francesco Daveri, catedrático en la Universidad de Parma,
coincide con el diagnóstico: “Es injustificado el clima de terror que se quiere
sembrar en las relaciones entre el italiano que cumple con su deber y el
Estado. Los que serán controlados serán los casos de evidente diferencia entre
ingresos y gastos. Este proyecto lo comparto y me parece útil”, declaró a la
cadena de noticias SkyTg24.
El gastómetro, sin embargo, nada puede contra los evasores más
difíciles de cazar, los que nunca en su vida presentaron una declaración
fiscal. Son verdaderos fantasmas para Hacienda, que sin embargo “disfrutan de
los servicios públicos que no contribuyeron a pagar”, advierte el coronel
Campana. “El año pasado detectamos a 8.617 grandes evasores que disponían de un
patrimonio total de 34.000 millones de euros que estaba escondido por
completo”, concluye el oficial de la Guardia de Finanzas.
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