jueves, 18 de abril de 2013

DAR, PEDIR, RECIBIR (Cadena de favores)


Ponencia presentada por Mª Carmen, el pasado sábado día 13 de abril.








Seguramente, alguno de vosotros, tenéis información de grupos de Ayuda Mutua, intercambio de favores, sin ánimo de lucro o intercambio de objetos, que tenemos y a otros les puede servir y los que ellos tienen, nos pueden interesar a nosotros. En Barcelona, en cada distrito, existen y se anuncian en las Redes Sociales.
El intercambio de favores es por ejemplo yo te hago de Canguro o me quedo con tu perro o cuido unas horas a algún familiar enfermo, y tú me arreglas algo de la casa, o me asesoras o das refuerzo escolar a mis hijos. El intercambio puede ser variado.
Es una forma de interdependencia que acerca a la gente, creando vínculos.

 POR FAVOR


Desde niños se nos sugiere que pidamos las cosas por favor, sobre todo si no estamos dentro del círculo familiar. Se trata de que interioricemos, como rasgo de buena educación y cree habito.
El por favor, dirigido a otros actúa como ruego o apelación a la amabilidad ajena o en caso de mucha necesidad, como suplica para obtener algo o evitarlo.
Ejemplo: Haga Usted el favor de callarse.
O no insistas por favor, no cedemos a tu petición 


 
En la práctica de favores existen deformaciones éticas.
El favoritismo con ánimo de lucro. (Si tu medas esto, yo te concedo lo otro).
Y el Nepotismo exagerado que considera a la administración como una agencia de colocación para primos, hermanos, amigos/as.
Es muy practicado en las dictaduras, y la democracia no se ve libre de él. Pero de estas corrupciones ya hablaremos en otra ocasión.
Hoy nos centraremos en el favor como dadiva generosa y si lo podemos considerar como “deuda” con el que no lo conceda. 
El Ser humano, entre la especie de los mamíferos, es el más vulnerable tarda unos 10 meses en aprender a andar, y a comunicarse verbalmente, un poco más. Necesita, durante un largo tiempo la atención, más o menos continuada de sus progenitores o cuidadores. El Niño, recibe y recibe solo le pedimos un poco de obediencia y también sus besos, sus sonrisas y sus te quiero, así nuestros esfuerzos se sienten recompensados...
En la adolescencia y la juventud se sigue recibiendo. El deseo de autoafirmación personal, choca con la carencia de ingresos propios. Algunos padres, suelen darle una paga semanal o mensual para que aprendan a administrarse y no estén siempre pidiendo, se les pide además responsabilidad en la escuela y un cierto orden en sus habitaciones.
Según los psicólogos, es frecuente que en esta etapa vital se pueda generar el trastorno psicológico de adaptación denominado <<Síndrome del Emperador>> El afectado pretende que todos estén a su servicio.
Una vez adultos, hemos de madurar, ser responsables y recíprocos, si recibimos hemos de corresponder de alguna manera, si no queremos ser condenados al ostracismo social.
A lo largo de nuestra biología podemos encontrarnos en la situación de Dar, Pedir o Recibir, en diversos grados.



PEDIR


Pedir, no es fácil, cuando uno es mayorcito, no pedimos por orgullo, vergüenza, o por no afrontar una negativa ajena tampoco queremos compasión, o que el otro se sienta obligado.
Quizás tenemos la vaga esperanza de que el próximo (el amigo el familiar la pareja) intuyan nuestros deseos o necesidades, y se adelanten, si esto no sucede, nos replegamos, e insistimos en sortear los obstáculos coyunturales de la vida, en solitario, hacemos como el pobre Sisilo (mito griego) Sisilo fue castigado por los Dioses a subir hasta la cima de la montaña, con una pesada piedra, continuamente se le volvía a caer hasta la fosa, y así en un continuo volver a empezar.
Esto es frecuente en las personas abnegadas, que con un sentimiento afectivo fuerte se olvidan de sí mismos, siempre en favor de otros, casi siempre próximos.
Otras veces, damos por obligación moral, por cumplimiento del deber con límites o sin ellos.
Y aun dando mucho, si nos relajamos, la conciencia que es un poco tirana, puede crearnos un complejo de culpabilidad. Quedando así, cautivos del deber que nos hemos creado.


Los abnegados y los cumplidores se construyen una coraza para parecer más fuertes, aunque la procesión vaya por dentro. Los que los observan, más o menos  allegados, pueden pensar, si no pide, es que el solo puede, porque lo que no se nombra, parece no existir.
Es difícil Pedir, porque al hacerlo, ponemos a prueba los vínculos afectivos y la generosidad ajena.
El juego de la reciprocidad en las relaciones humanas es complejo y las intenciones no siempre están claras.
El orgulloso dice.
El que nada Pide, nada Debe
El Suspicaz Piensa.
Contra el vicio de Pedir, esta la virtud de no dar
Ser buenos, pero no tontos.




Psicológicamente, el exceso de paternalismo no siempre refuerza al otro, además en un amplio número de situaciones, podemos tener la sensación de que al Dar, estamos perdiendo.
No es lo mismo Dar lo que nos sobra, que compartir o repartir lo que tenemos o podemos no necesitar en el futuro.
En estos tiempos difíciles, de hipotecas impagadas, trabajos precarios, o paros prolongados.
La familia es el único pilar que a un queda en pie.
Se avala a los hijos, se rompen huchas, se gastan los ahorros para la vejez.
Se cuida de los nietos y a los padres de los padres.
La familia da logística, y apoyo en la adversidad.
Sin reproches y generalmente sin expectativas de devolución de favores, es un capital social solidario que no consta en el Producto Nacional Bruto, pero que está tapando muchos agujeros y lavándole los trapos sucios al capitalismo.
Como es lógico, la sociedad considera más virtuoso al qué Da bien que el que siempre Recibe si no está en situación de Dependencia, lo califica, de egoísta, mezquino o gorrón.
El mendigo, socialmente, es más repudiado que compadecido.



El parado ha trabajado para él y para la sociedad tiene merecimientos, sin embargo desde las altas esferas de los privilegiados se les amenaza con darle menos ayuda o quitársela toda para que no se acostumbren.
 A estas víctimas del sistema se les va creando un complejo de vergüenza, de culpabilidad y de inutilidad, al no poder darle a los suyos lo que necesitan, viéndose algunos obligados a volver a casa de sus padres, ya mayores o en último caso recurrir a la Beneficencia.

CONCLUSIÓN PERSONAL


Lo prestado, no es dado, hay que devolverlo. No ofrezcamos, si no podemos o no queremos dar.
Si podemos colaborar, no escurrir el bulto.
Lo más difícil de ser generosos, es abandonar las expectativas de la posible devolución de favores. Él debe y el haber en el Dar y en el Recibir, no siempre cuadran.
Si necesitamos Pedir, pidamos y si podemos devolver el favor hagámoslo, sin vanagloriarnos por nuestra generosidad o avergonzarnos por nuestra petición.
Hoy por ti, mañana por mí. Agradezcamos quien agradece valora lo que el otro Da.
Si el agradecimiento no se expresa de palabra o de obra, algo queda incompleto.
Tengamos pues, en la memoria el beneficio recibido y prestemos atención al otro, por si nos necesitan. 
     
PREGUNTAS

 -¿Por qué al que más da, más se le pide?
-¿Qué expectativas de reciprocidad para el futuro, tenéis de la generación que algunos habéis traído al mundo?
- Si nuestros donos han caído en saco roto ¿es lícito decirle al otro, con todo lo que he hecho por ti y así me lo pagas?

Preguntas con miga religiosa

El devoto en dificultades dice: A Dios le pido (Efecto placebo de la plegaria). Poner a Dios al tanto de sus necesidades. ¿Puede funcionar?
Dios te lo recompensara dicen las buenas gentes. ¿Es posible que el ser humano, confié más en los favores de un ser invisible, que en sus propios semejantes? 

Podeis dejar vuestros comentarios y opiniones, en el recuadro inferior , si así lo deseáis

 

2 comentarios:

  1. Hola me ha encantado la exposición del tema .No pude asistir a la tertulia y por eso dejo mi opinión : Una cosa es el trueque y otra muy distinta es los favores .Para mi un favor se hace sin necesidad de que lo pidas ,de forma altruista y con el sentimiento de que es algo que dejes hacer porque te nace de muy dentro .
    Si haces un favor en espera de recompensa ,eso es una siembra interesada ,que carece de roda generosidad y bondad . Hasta pronto.

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  2. Hola no estuve en la tertulia pero me ha gustado mucho el tema y por eso doy mi opinión : No podemos confundir el trueque con un favor. Un favor es algo que se hace sin necesidad de que lo pidas ,de forma altruista porque te nace de muy dentro hacerlo y sin esperar nada a cambio .
    Si haces un favor esperando recompensa ,eso lo denomino una siembra con interés y carece de toda bondad y generosidad.

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