domingo, 25 de abril de 2021

PAQUITA CAMPOS-¿QUIÉN PUEDE TRADUCIR A AMANDA GORMAN? (POETISA NEGRA Y ACTIVISTA SOCIAL)


Tema de actualidad presentado por Paquita Campos en la tertulia cultural virtual celebrada el Sábado 24-Abril-2021


¿Quién puede Traducir a Amanda Gorman?

 

Hola a todos, he querido traer este tema, porque ayer fue Sant Jordi, que es uno de los días más bonitos que se celebran en Catalunya, el día de los libros y las rosas.

Los hombres regaláis rosas en demostración de vuestro amor a vuestras parejas, también se regala la rosa a una madre, a una hermana, a una hija, se puede regalar rosas a todas las mujeres que uno crea importantes en su vida en demostración de cariño y afecto.

Las mujeres la tradición dice que tenemos es regalar un libro aunque yo no estoy de acuerdo del todo porque también ellos nos pueden regalar un libro y nosotras a ellos una rosa.

Hoy os voy hablar de Amanda Gorman nacida en los Estados Unidos los Angeles el 7 de marzo de 1998,  (23 años) es una poetisa y activista estadounidense, laureada como Poetisa Nacional Juvenil. Su obra se centra en cuestiones de opresión, feminismo, raza y marginación, así como en la diáspora africana. En el 2015, Publicó el libro de poesía The One for Whom Food Is Not Enough (Aquel que la comida para él no es suficiente) En enero de 2021, se convirtió en la poetisa más joven al leer en la investidura presidencial, de Joe Biden su poema "The Hill We Climb" (La colina que escalamos).

Todo empieza con el impacto que causa la presencia poderosa de una joven al recitar el poema que ha escrito para la investidura de Joe Biden el 20 de enero en Washington. Es la voz de Amanda Gorman, segura y elocuente, los versos de La colina que ascendemos se elevan sobre la fría mañana de enero para anunciar el término de una época —”una sombra sin fin”— y el inicio de un “nuevo amanecer”. Su abrigo amarillo de Prada la ilumina como una antorcha. El entusiasmo que despierta se extiende más allá de Estados Unidos. Apenas dos meses después de su actuación, ya se ha firmado la traducción de La colina que ascendemos a 17 idiomas.

En Holanda para hacer la traducción del libro  El sello Meulenhoff eligió a una escritora de postín, Marieke Lucas Rijneveld, la persona más joven (29 años) y la primera nacida en los Países Bajos en ganar el prestigioso premio Booker Internacional con su primera novela, La inquietud de la noche. Blanca y de género no binario (no se percibe ni como hombre ni como mujer), había sido aceptada por Gorman y su equipo. Pero un artículo de Janice Deul, periodista y activista negra holandesa, donde calificaba de “incomprensible” que no se hubiera elegido a una traductora que, como Gorman, fuese “una artista de spoken word, joven y orgullosamente negra”, generó una agria polémica que se saldó con la renuncia de Rijneveld a la traducción.

Rijneveld, que había recibido el encargo de traducir al neerlandés el poema de Gorman, renunció a hacerlo ante las protestas en las redes sociales por su elección. El detonante fue un artículo escrito por Janice Deul, que se califica como  periodista y activista holandesa., joven y orgullosamente negra”. Marieke Lucas Rijneveld, que el año pasado ganó el Premio International Booker con su primera novela, es blanca. No, no es blanca: es blancx, porque se define como no binaria.

Tras la renuncia de Rijneveld, la editorial holandesa Meulenhoff publicó una declaración: “Vamos a emprender un camino distinto teniendo en cuenta las opiniones recibidas. Buscaremos un equipo (sic) con el que trabajar para transmitir lo mejor posible las palabras de Amanda y su mensaje de esperanza e inspiración, así como su espíritu”. ¿Fin de la historia? No.

Según las críticas realizadas por Deul, a las que me referiré a partir de ahora como la lógica Deul, los blancos solo podrían traducir a blancos, las mujeres a mujeres, los trans a trans… Y así hasta el infinito: solo los mexicanos podrían cantar rancheras, solo los japoneses podrían escribir haikus, etcétera. Y, por supuesto, olvídate de traducir a Proust si no eres homosexual y no has probado una magdalena.

La elección de Rijneveld había sido aprobada por Amanda Gorman, como su elección y las de los otros 15 traductores. ¿Qué autoridad artística tenía Deul para cuestionar el criterio de Gorman? Ninguna: no había leído ni un solo verso de la traducción de Rijneveld. Deul se había investido del nuevo y temible poder de las redes sociales. Ella era el rostro visible de ese corifeo anónimo que, bajo la bandera del “derecho moral”, afianza su supremacía censora cada día que pasa. Para Deul la calidad de la traducción era lo de menos, lo que importaba era la identidad de la traductora: el color de su piel, su edad, su militancia.

Lo sucedido no es irrelevante. Apunta, más allá de la traducción, a la esencia misma de la creación: la imaginación.

Aquí en España más concretamente en Catalunya también  habido consecuencias por los cambios de opinión de la poeta Amanda Gorman en nuestro país, es que la editorial catalana de la célebre poeta propone ahora una traductora tras la exclusión de Víctor Obiols.

 La autora desea que sus versos sean vertidos a otras lenguas por mujeres, preferentemente negras o activistas Los editores catalanes recibieron el pasado lunes la noticia, a través de los representantes de Gorman, de que esta pedía que fuera otro perfil de traductor quien se encargara de su libro al no reunir las características que “preferiblemente” considera que deben poseer quienes se encaren a sus composiciones. Desde Univers admiten que no han firmado todavía el contrato con los representantes de Gorman para verter El turó que enfilem (La colina que ascendemos). A pesar de ello, “ya nos hicieron saber que tuviéramos en cuenta que se recomendaba que quien la tradujera fuera o mujer joven o de orígenes africanos o que tuviera un perfil activista”, reconocen fuentes de la editorial, que negocian con los representantes de Gorman en España, Agencia Literaria, La apuesta del sello catalán, sin embargo, fue el curtido y reconocido Obiols, premiado poeta de 60 años, músico (Víctor Bocanegra) y traductor, entre otros, de Shakespeare, Wilde y Max Porter. “Sencillamente, nos pareció el mejor para abordar con profesionalidad y sensibilidad ese texto”, argumentan fuentes de Univers.

Aunque, amén del currículo profesional de Obiols, también se inquirió desde EE UU por “si había colaborado en oenegés o era activista en alguna organización”, no parecía que hubiera veto alguno, por lo que el traductor inició su labor hace casi tres semanas y ya la había concluido. Las trabas llegaron esta misma semana, al poco de que estallara a finales de febrero una polémica sobre la traductora de The Hill We Climb (La Colina que ascendemos) en Holanda.

El poeta Víctor Obiols no es mujer, ni de raza negra ni activista. Por no cumplir estos requisitos, Obiols no traducirá al catalán The Hill We Climb, el poema que leyó Amanda Gorman el 20 de enero en la toma de posesión del presidente de EE UU, Joe Biden, según anunció él mismo en redes sociales y ha confirmado su editorial, Univers. La alternativa propuesta por el sello catalán, a la espera de ser aceptada por los agentes literarios de la autora, es la gerundense María Cabrera. Amén de mujer de 38 años y notable poeta a la que han musicado desde el grupo Manel a Silvia Pérez Cruz, participó en el poemario coral Ningú no ens representa. Poetes emprenyats surgido tras el movimiento 15-M de 2011.

“Como la holandesa, he sido víctima de la nueva Inquisición (…) Tendré que buscar betún”, aseguró entre la acidez y la sorna Obiols en su cuenta de Twitter, que ahora tiene restringida. “Quizá lo que ha ocurrido con la traducción catalana tenga su raíz en el episodio de Holanda”, apunta por su parte Lola Albornoz, editora de Lumen, sello que publicará en castellano el poema inaugural de Gorman.

En su caso, no tuvieron problemas con la traductora propuesta, la escritora madrileña Nuria Barrios que, reputado currículo aparte (vierte al castellano a John Banville y a James Joyce), no reúne ninguno de los requisitos solicitados por el equipo de Gorman. “Hicimos la propuesta a principios de enero”, recuerda Albornoz para quizá explicar la ausencia de indicaciones de Gorman al respecto. “Lo único que nos hizo llegar era que pusiéramos en su biografía que había vivido en Madrid”, señala la editora de Lumen, quien, por otro lado, considera que “es lícito que un autor quiera aprobar a su traductor, de la misma manera que se aprueba o no una cubierta; es más, ocurre a menudo que los contratos especifiquen que quieren ver la traducción o tener la potestad de corregirla”.

Albornoz admite: “No sé si es normal; a mí, no me ha pasado nunca”, sobre la exigencia a un traductor de conceptos ajenos a lo estrictamente literario o editorial, pero cree que la solicitud de Gorman “puede tener sentido en su caso porque las temáticas de esas peticiones están en el ADN mismo de su obra poética y son más comprensibles en países como EE UU u Holanda, donde hay una sensibilidad especial por la conflictividad racial existente”. Lumen, que tiene el libro ya en imprenta, lanzará entre 6.000 y 8.000 ejemplares.

Vicente Fernández presidente de ACE y representante de los traductores (medio millar en toda España), “no puedo estar de acuerdo con la idea de que para traducir a alguien haya necesariamente que tener unas características personales, biológicas o raciales, porque entonces no podríamos traducir a Heródoto así… Pero también es verdad que las circunstancias políticas o sociales o de lucha de un sector por alcanzar visibilidad puede hacer aconsejable la discriminación positiva”.

La editorial Lumen ofreció a Nuria Barrios traducir al español el poema de Amanda Gorman. Tanto la editorial como yo sabíamos que era más que un poema: era un símbolo de la victoria de la luz frente a la oscuridad.

 No sabemos aún si tendrá un efecto expansivo.

Es la victoria del discurso identitario frente a la libertad creadora, de lo dado frente a la imaginación. Del orgullo de ser quien eres se ha pasado al imperativo, sujeto a penalización, de no ser otro que quien eres: nuestra piel convertida en camisa de fuerza. Pero el arte es híbrido, omnívoro, inapresable. Extirpar la imaginación de la traducción es someter el oficio a una lobotomía que hace imposible su ejercicio.

 Afectará a los otros traductores contratados para volcar en su lengua el poema de Amanda Gorman. Pero sí sabemos algo: lo sucedido no es una anécdota. Es el síntoma de una nueva censura, letal para la traducción, para el arte, para la vida.

Nuria Barrios es escritora y traductora. Sus últimas traducciones son ‘Los muertos’, de James Joyce, y ‘La colina que ascendemos’, de Amanda Gorman, que publicará la editorial Lumen en abril.

Presentado por: Paquita Campos

Bibliología: Wikipedia, El Pais


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