Tema de actualidad presentado por Paquita Campos en la tertulia cultural virtual celebrada el Sábado 24-Abril-2021
¿Quién puede Traducir a
Amanda Gorman?
Hola a
todos, he querido traer este tema, porque ayer fue Sant Jordi, que es uno de
los días más bonitos que se celebran en Catalunya, el día de los libros y las
rosas.
Los hombres
regaláis rosas en demostración de vuestro amor a vuestras parejas, también se
regala la rosa a una madre, a una hermana, a una hija, se puede regalar rosas a
todas las mujeres que uno crea importantes en su vida en demostración de cariño
y afecto.
Las mujeres
la tradición dice que tenemos es regalar un libro aunque yo no estoy de acuerdo
del todo porque también ellos nos pueden regalar un libro y nosotras a ellos
una rosa.
Hoy os voy
hablar de Amanda Gorman nacida en los Estados Unidos los Angeles el 7 de marzo
de 1998, (23 años) es una poetisa y
activista estadounidense, laureada como Poetisa Nacional Juvenil. Su obra se
centra en cuestiones de opresión, feminismo, raza y marginación, así como en la
diáspora africana. En el 2015, Publicó el libro de poesía The One for Whom Food
Is Not Enough (Aquel que la comida para él no es suficiente) En enero de 2021,
se convirtió en la poetisa más joven al leer en la investidura presidencial, de
Joe Biden su poema "The Hill We Climb" (La colina que escalamos).
Todo empieza
con el impacto que causa la presencia poderosa de una joven al recitar el poema
que ha escrito para la investidura de Joe Biden el 20 de enero en Washington.
Es la voz de Amanda Gorman, segura y elocuente, los versos de La colina que
ascendemos se elevan sobre la fría mañana de enero para anunciar el término de
una época —”una sombra sin fin”— y el inicio de un “nuevo amanecer”. Su abrigo
amarillo de Prada la ilumina como una antorcha. El entusiasmo que despierta se
extiende más allá de Estados Unidos. Apenas dos meses después de su actuación,
ya se ha firmado la traducción de La colina que ascendemos a 17 idiomas.
En Holanda
para hacer la traducción del libro El
sello Meulenhoff eligió a una escritora de postín, Marieke Lucas Rijneveld, la
persona más joven (29 años) y la primera nacida en los Países Bajos en ganar el
prestigioso premio Booker Internacional con su primera novela, La inquietud de
la noche. Blanca y de género no binario (no se percibe ni como hombre ni como
mujer), había sido aceptada por Gorman y su equipo. Pero un artículo de Janice
Deul, periodista y activista negra holandesa, donde calificaba de
“incomprensible” que no se hubiera elegido a una traductora que, como Gorman,
fuese “una artista de spoken word, joven y orgullosamente negra”, generó una
agria polémica que se saldó con la renuncia de Rijneveld a la traducción.
Rijneveld,
que había recibido el encargo de traducir al neerlandés el poema de Gorman,
renunció a hacerlo ante las protestas en las redes sociales por su elección. El
detonante fue un artículo escrito por Janice Deul, que se califica como periodista y activista holandesa., joven y
orgullosamente negra”. Marieke Lucas Rijneveld, que el año pasado ganó el
Premio International Booker con su primera novela, es blanca. No, no es blanca:
es blancx, porque se define como no binaria.
Tras la
renuncia de Rijneveld, la editorial holandesa Meulenhoff publicó una
declaración: “Vamos a emprender un camino distinto teniendo en cuenta las
opiniones recibidas. Buscaremos un equipo (sic) con el que trabajar para
transmitir lo mejor posible las palabras de Amanda y su mensaje de esperanza e
inspiración, así como su espíritu”. ¿Fin de la historia? No.
Según las
críticas realizadas por Deul, a las que me referiré a partir de ahora como la
lógica Deul, los blancos solo podrían traducir a blancos, las mujeres a
mujeres, los trans a trans… Y así hasta el infinito: solo los mexicanos podrían
cantar rancheras, solo los japoneses podrían escribir haikus, etcétera. Y, por
supuesto, olvídate de traducir a Proust si no eres homosexual y no has probado
una magdalena.
La elección
de Rijneveld había sido aprobada por Amanda Gorman, como su elección y las de
los otros 15 traductores. ¿Qué autoridad artística tenía Deul para cuestionar
el criterio de Gorman? Ninguna: no había leído ni un solo verso de la
traducción de Rijneveld. Deul se había investido del nuevo y temible poder de
las redes sociales. Ella era el rostro visible de ese corifeo anónimo que, bajo
la bandera del “derecho moral”, afianza su supremacía censora cada día que
pasa. Para Deul la calidad de la traducción era lo de menos, lo que importaba
era la identidad de la traductora: el color de su piel, su edad, su militancia.
Lo sucedido
no es irrelevante. Apunta, más allá de la traducción, a la esencia misma de la
creación: la imaginación.
Aquí en
España más concretamente en Catalunya también
habido consecuencias por los cambios de opinión de la poeta Amanda
Gorman en nuestro país, es que la editorial catalana de la célebre poeta
propone ahora una traductora tras la exclusión de Víctor Obiols.
La autora desea que sus versos sean vertidos a
otras lenguas por mujeres, preferentemente negras o activistas Los editores
catalanes recibieron el pasado lunes la noticia, a través de los representantes
de Gorman, de que esta pedía que fuera otro perfil de traductor quien se
encargara de su libro al no reunir las características que “preferiblemente”
considera que deben poseer quienes se encaren a sus composiciones. Desde
Univers admiten que no han firmado todavía el contrato con los representantes
de Gorman para verter El turó que enfilem (La colina que ascendemos). A pesar de
ello, “ya nos hicieron saber que tuviéramos en cuenta que se recomendaba que
quien la tradujera fuera o mujer joven o de orígenes africanos o que tuviera un
perfil activista”, reconocen fuentes de la editorial, que negocian con los
representantes de Gorman en España, Agencia Literaria, La apuesta del sello
catalán, sin embargo, fue el curtido y reconocido Obiols, premiado poeta de 60
años, músico (Víctor Bocanegra) y traductor, entre otros, de Shakespeare, Wilde
y Max Porter. “Sencillamente, nos pareció el mejor para abordar con
profesionalidad y sensibilidad ese texto”, argumentan fuentes de Univers.
Aunque, amén
del currículo profesional de Obiols, también se inquirió desde EE UU por “si
había colaborado en oenegés o era activista en alguna organización”, no parecía
que hubiera veto alguno, por lo que el traductor inició su labor hace casi tres
semanas y ya la había concluido. Las trabas llegaron esta misma semana, al poco
de que estallara a finales de febrero una polémica sobre la traductora de The
Hill We Climb (La Colina que ascendemos) en Holanda.
El poeta
Víctor Obiols no es mujer, ni de raza negra ni activista. Por no cumplir estos
requisitos, Obiols no traducirá al catalán The Hill We Climb, el poema que leyó
Amanda Gorman el 20 de enero en la toma de posesión del presidente de EE UU,
Joe Biden, según anunció él mismo en redes sociales y ha confirmado su
editorial, Univers. La alternativa propuesta por el sello catalán, a la espera
de ser aceptada por los agentes literarios de la autora, es la gerundense María
Cabrera. Amén de mujer de 38 años y notable poeta a la que han musicado desde
el grupo Manel a Silvia Pérez Cruz, participó en el poemario coral Ningú no ens
representa. Poetes emprenyats surgido tras el movimiento 15-M de 2011.
“Como la
holandesa, he sido víctima de la nueva Inquisición (…) Tendré que buscar
betún”, aseguró entre la acidez y la sorna Obiols en su cuenta de Twitter, que
ahora tiene restringida. “Quizá lo que ha ocurrido con la traducción catalana
tenga su raíz en el episodio de Holanda”, apunta por su parte Lola Albornoz,
editora de Lumen, sello que publicará en castellano el poema inaugural de
Gorman.
En su caso,
no tuvieron problemas con la traductora propuesta, la escritora madrileña Nuria
Barrios que, reputado currículo aparte (vierte al castellano a John Banville y
a James Joyce), no reúne ninguno de los requisitos solicitados por el equipo de
Gorman. “Hicimos la propuesta a principios de enero”, recuerda Albornoz para
quizá explicar la ausencia de indicaciones de Gorman al respecto. “Lo único que
nos hizo llegar era que pusiéramos en su biografía que había vivido en Madrid”,
señala la editora de Lumen, quien, por otro lado, considera que “es lícito que
un autor quiera aprobar a su traductor, de la misma manera que se aprueba o no
una cubierta; es más, ocurre a menudo que los contratos especifiquen que
quieren ver la traducción o tener la potestad de corregirla”.
Albornoz
admite: “No sé si es normal; a mí, no me ha pasado nunca”, sobre la exigencia a
un traductor de conceptos ajenos a lo estrictamente literario o editorial, pero
cree que la solicitud de Gorman “puede tener sentido en su caso porque las
temáticas de esas peticiones están en el ADN mismo de su obra poética y son más
comprensibles en países como EE UU u Holanda, donde hay una sensibilidad
especial por la conflictividad racial existente”. Lumen, que tiene el libro ya
en imprenta, lanzará entre 6.000 y 8.000 ejemplares.
Vicente
Fernández presidente de ACE y representante de los traductores (medio millar en
toda España), “no puedo estar de acuerdo con la idea de que para traducir a
alguien haya necesariamente que tener unas características personales,
biológicas o raciales, porque entonces no podríamos traducir a Heródoto así…
Pero también es verdad que las circunstancias políticas o sociales o de lucha
de un sector por alcanzar visibilidad puede hacer aconsejable la discriminación
positiva”.
La editorial
Lumen ofreció a Nuria Barrios traducir al español el poema de Amanda Gorman.
Tanto la editorial como yo sabíamos que era más que un poema: era un símbolo de
la victoria de la luz frente a la oscuridad.
No sabemos aún si tendrá un efecto expansivo.
Es la
victoria del discurso identitario frente a la libertad creadora, de lo dado
frente a la imaginación. Del orgullo de ser quien eres se ha pasado al
imperativo, sujeto a penalización, de no ser otro que quien eres: nuestra piel
convertida en camisa de fuerza. Pero el arte es híbrido, omnívoro, inapresable.
Extirpar la imaginación de la traducción es someter el oficio a una lobotomía
que hace imposible su ejercicio.
Afectará a los otros traductores contratados
para volcar en su lengua el poema de Amanda Gorman. Pero sí sabemos algo: lo
sucedido no es una anécdota. Es el síntoma de una nueva censura, letal para la
traducción, para el arte, para la vida.
Nuria
Barrios es escritora y traductora. Sus últimas traducciones son ‘Los muertos’,
de James Joyce, y ‘La colina que ascendemos’, de Amanda Gorman, que publicará
la editorial Lumen en abril.
Presentado
por: Paquita Campos
Bibliología: Wikipedia, El Pais
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