El inicio de la agricultura se encuentra en el período Neolítico, cuando la economía de las sociedades humanas evolucionó desde la recolección, la caza y la pesca a la agricultura y la ganadería. Las primeras plantas cultivadas fueron el trigo y la cebada. Sus orígenes se pierden en la prehistoria y su desarrollo se gestó en varias culturas que la practicaron de forma independiente, como las que surgieron en el denominado Creciente fértil (zona de Oriente Próximo desde Mesopotamia al Antiguo Egipto), las culturas precolombinas de América Central, la cultura desarrollada por los chinos al este de Asia, etc.
Se produce una transición, generalmente gradual, desde la economía de caza y recolección a la agrícola. Las razones del desarrollo de la agricultura pudieron ser debidas a cambios climáticos hacia temperaturas más templadas; también pudieron deberse a la escasez de caza o alimentos de recolección.
A pesar de sus ventajas, según algunos antropólogos, la agricultura significó una reducción de la variedad en la dieta, creando un cambio en la evolución de la especie humana hacia individuos más vulnerables y dependientes de un enclave que sus predecesores.
Pero el lema de esta ponencia es el mundo rural, por lo tanto querría enfocar mi intervención, más hacia los últimos años de la agricultura, que no en los orígenes y la historia que todo el mundo puede buscar en una enciclopedia o en Internet, por este motivo la basaré en experiencias personales.
Cuando planteaba la ponencia pensaba que había que tratar los siguientes apartados:
Las explotaciones agrícolas autosuficientes de la primera mitad del siglo pasado.
Su conversión en explotaciones agrícolas industrializadas.
La forma de explotación de unas y de otras
El fenómeno de los años 70/80 del Neoruralismo.
El estado actual con la emergencia de los cultivos ecológicos en frente a los intensivos.
Tratar estos temas en un tiempo razonable, me hizo ver, que o bien se hacía muy superficialmente o sería demasiado larga la ponencia, por esta razón he decidido en la presente ponencia tratar solo los dos primeros y dejar para otra próxima los siguientes, si consideráis que pueden ser interesantes.
Comenzaré por la descripción de una casa, de una masía, como era en los años 50 y cómo es ahora en la actualidad.
Para hacerlo, solo hace falta que cierre los ojos y mirando las fotografías que hacían los duendes, como dice Emili Teixidor en su libro “Pa negre”, puedo ver:
Al salir de un pueblo una carretera de unos dos kilómetros con moreras a ambos lados cada tres o cuatro metros, pasar por delante de un grupo de edificaciones.
El acceso a las mismas es a través de un gran portalón con rejas de hierro acabadas en punta, siempre esta abierta y las hierbas , y la hiedra están enrrolladas en sus hierros.
En el portalón empieza otro camino que lleva en una zona plana de marga, donde se pueden ver tres o cuatro pajares, y unas edificaciones que sirven de almacén a alfalfa y grano.
A la derecha, otro portalón más pequeño da acceso a un jardín, y un “hortet”. Se llama “hortet” para distinguirlo del huerto.
En el huerto se plantan las patatas y los tomates y las alcachofas y los demás productos que aparte de para consumo propio de los de la casa, también pueden ser vendidos.
En el “hortet” se cultivan exclusivamente productos por el consumo propio, además de variedades que a pesar de ser poco comerciales tienen un valor añadido para algún miembro de la familia, el tomate de Montserrat, gusta al abuelo, los de Corazón de Bou, o aquellas pebrotinas que son las predilectas de la abuela, pero que o bien por su exigua producción o por su aspecto, tienen poca salida comercial, en el jardín, podéis imaginar lo que se cultiva.
Una gran puerta de madera de dos hojas da acceso al corral, a mano derecha encontraremos el gallinero, aunque además de gallinas, encontraremos patos, gansos y pavos, y un pavo real con sus dos hembras.
A continuación, la conejera con sus madrigueras cuadradas, (cómo si fueran los nichos de un cementerio) enganchados a la pared. Un poco más allá, y en las mismas madrigueras también encontraremos las zonas de cría de las cobayas.
Después de un almacén de piensos para los animales y formando un ángulo recto encontraremos los establos
Primero seis pocilgas con las cerdas de cría y sus cochinillos y en otra unas cuantas ovejas.
Más a la derecha, la cuadra de las vacas, Ocho vacas estabuladas en fila, y a continuación, el espacio de cría de los terneros, hijos de las vacas.
Otro almacén de comida para los animales y a continuación, saliendo por una puerta, nos encontraríamos en frente de un enorme estercolero, donde se amontonan adecuada y sabiamente separados los excrementos de cada uno del animales, para que después se pueda hacer la mezcla adecuada para convertirlo en el mejor abono para cada cultivo.
En edificios separados encontraremos la pocilga donde se engordan los cerdos por el sacrificio anual y la cuadra de los ANIMALES.
¡Ojo!, todos los otros también son animales, pero estos son “los animales” con mayúsculas, dos mulas, un mulo y una burrita pequeñita.
Tanto en el portalón del jardín, como en la puerta de la cuadra de los animales y en la era, podemos ver también, en unas pequeñas casetas para que les sirvan de refugio, a tres perros, normalmente durmiendo, pero que en el caso de cualquier persona no conocida, se acerque a las puertas, organizarán tal follón, que se oirá desde cualquier lugar de la casa.
Si al entrar al portalón, en lugar de ir la derecha, fuéramos a la izquierda veríamos una pequeña entrada con plantas y en la pared una pica de piedra con un grifo, y una gran jarra de cerámica adornada, de un metro de altura aproximadamente, con un pequeño grifo a la parte baja, que servía para purificar por filtración de arena y carbón el agua y además de refrescarla, no recuerdo su nombre, pero lo que si recuerdo que nunca se negaba un vaso aquella agua a alguien que pasase y lo pidiese.
La pica era para lavarse las manos.
Una puerta de madera deba paso a entrada grande con una escalera a la derecha que subía al segundo piso.
En frente un gran comedor y a continuación la cocina con su lumbre y el comedor de invierno. Anexa a la cocina una despensa.
No hay que decir que en segundo piso estaban los dormitorios y que encima, las buhardillas con toda una serie de espacios para guardar las patatas, las cebollas y la fruta, (manzanas y melones), y un espacio cerrado donde se curaban los productos de la matanza del cerdo.
De la era y los pajares salían una serie de caminos que llevaban a los diferentes campos de cultivo de trigo, cebada, maíz, alfalfa, nabos, forraje, estos caminos (de hecho caminos de carro), estaban plantadas a ambos lados de árboles frutales, de diferentes tipos y especies. (ciruelos, cerezos, manzanos, perales), y de diferentes variedades, Golden, Starquing, pera Limonera, pera de San Juan etc.
El funcionamiento económico, como supongo que algunos sabréis, en muchas de estas explotaciones, era el régimen de ““mitgers”, un contrato que establecía que se repartirían los beneficios en partes iguales, el amo de la finca y el que la trabajaba, después de descontar los costes de explotación.
Esto se aplicaba a las tierras y de los grandes animales, quedando aparte los beneficios que se pudieran sacar del huerto y de los animales pequeños, como gallinas y conejos, etc.
Esto permitía una economía de subsistencia, que más o menos funcionó hasta que los amos de la tierra quisieron aumentar el beneficio.
Que encontraríamos ahora:
Evidentemente la misma carretera, aunque asfaltada y esto si, ninguna de las moreras que hacían sombra sigue a su lugar (¿para que, si los coches tienen aire acondicionado?)
El portalón esta igual, pero la reja ya no esta, supongo que las hiedras la acabaron destruyendo.
La era ya no tiene pajares, ahora hay unos enormes rollos de paja, el jardín y el “hortet” son ahora una explanada de graba que sirve para aparcar coches, el corral y las pocilgas son un almacén de maquinaría, como arados, discos, segadoras , sulfatadoras, etc.
La cuadra de los animales con mayúscula, es un garaje para dos tractores uno de amarillo y uno de verde.
Detrás la casa y alineadas en paralelo, dos grandes naves, en una, unas 80 vacas estabuladas ,que se ordeñan mecánicamente, y en la otra, cerca de unas 60 cerdas con sus cochinillos, las que han parido.
En un espacio vallado, los terneros comen pienso y esperan a ser lo suficientemente grandes para iniciar su viaje al matadero, no hay zona de engorde cerdos, para eso, existen otras granjas especializadas, solo en esta tarea.
Los caminos quedaron demasiado pequeños para que pasasen los tractores y los frutales han desaparecido.
Los campos, prácticamente están en monocultivo, siguiendo la demanda y los precios de los mercados.
El huerto, esta plantado de maíz o de alfalfa, las patatas, los tomates y las alcachofas se”cultivan” en Caprabo o en Mercadona.
Vale, que en los pueblos continúan existiendo pequeños huertos, cuidados, más que cultivados, normalmente por personas mayores ya jubiladas.
Es evidente que hablo de una finca y de un espacio muy concreto, pero dudo que no sea igual en otros lugares...
Habría que hablar ahora de la forma de explotación de cada uno de los modelos descritos, pero sería demasiado largo y tal como he dicho antes, si creéis que puede ser interesante se puede hacer en otra sesión.
De todo esto, se puede deducir que soy una persona que añora, aquel ambiente, y querría dejar claro que yo me fui de la masía a los 12 años porque pensaba como dice la letra de la canción que cantaba Labordeta, si no me equivoco:
“Por la mañana rocío, al medio día calor, por la tarde los mosquitos, madre, no quiero ser labrador”
Pero las razones por las que pienso así, serán el motivo de la siguiente ponencia, si no tenéis ningún inconveniente.
No es una foto al azar, es como esta ahora la masía de la que hablé
PONENCIA PRESENTADA POR BLAI EL DIA 22 DE SETIEMBRE.
PODÉIS DEJAR VUESTRAS OPINIONES, SI ASÍ LO DESEÁIS.
martes, 25 de septiembre de 2012
EL LAVADO DE CEREBRO
El día 15 de setiembre, MªRosa expuso su ponencia sobre el tema del "Lavado de cerebro"
A continuación la podéis ver, los que no pudieron asistir y recordarla todos los demás, ademas de opinar sobre ella en el cajetín del final.
Si clicais sobre las paginas de la ponencia, estas se harán más grandes y más fáciles de leer.
viernes, 14 de septiembre de 2012
LAS VACACIONES
El sábado día 8 de setiembre Chari presentó la ponencia sobre “Las Vacaciones”
Explicando su origen desde la época de los griegos, hasta la actualidad.
En el momento que disponga del texto de la ponencia lo colgaré en este espacio.
Mientras tanto podéis opinar sobre las vacaciones o explicar vuestras experiencias vacacionales en el espacio de opinión al final de la página
Todas las opiniones serán bienvenidas.
martes, 4 de septiembre de 2012
TEMA LIBRE SOBRE ARTÍCULOS DE ACTUALIDAD
Ponencia presentada el sábado 1 de Septiembre por Teresa
Volver a la peseta nos
abriría los ojos
La
Vanguardia, August 26, 2012
Fernando Trias de Bes
Mingot
Permítanme que aborde en mi próximo artículo estas importantes cuestiones y que me centre hoy en algo más entretenido. Las vacaciones no han terminado, son días de lecturas placenteras de hamaca y sombrilla. Toda literatura que se precie debe ser relajante, pues el otoño se presenta movidito y ya habrá tiempo para el rock duro. Supongamos que efectivamente España ha enviado al euro a hacer gárgaras y hemos adoptado nuestra inmemorial peseta, el duro, y los cinco duros que ya sólo aparecen en Cuéntame. La movida es espectacular. Al igual que en enero del 2002, cuando la gente deambulaba por los mercados con eurocalculadoras, comprobando el cambio sin asimilar cuánto desembolsaban ni cuánto les devolvían, sin puntos de referencia, perdidos como el ojo del maniquí de Sabina, aquel día donde un precio de 187 se transformó en la extrañísima cifra de 1,12 y los escaparates eran propios de ciudades extranjeras, tal que si hubiésemos adoptado el dólar americano o el marco alemán.
Pues cierren los ojos e imaginen que la situación se revierte. Amanecemos una mañana con los precios de nuevo en pesetas. Los españolitos hemos canjeado nuestra calderilla y billetes, incluido alguno de esos cada vez más escasos Bin Laden, por flamantes y renacidas pesetas, resurgidas cual ave fénix monetaria.
EL TIPO DE CAMBIO
¿Cuál sería el tipo de cambio? Supongamos que los políticos o la troika encargada de fijarlo optasen por cambiar 1 euro por 100 de las nuevas pesetas.
Automáticamente, el país sufriría una devaluación, sólo nominal, pero enorme. Así, un producto de 6 euros, lo veríamos rotulado a 600 pesetas. Nos daría la sensación de que las cosas se han abaratado, pero una nómina de 1.800 euros, a final de mes, mostraría un apunte de 180.000 pesetas, y no de 300.000, como ahora estimamos. ¿Cuál sería la reacción popular La gente bramaría indignada?: ¡pero si yo entregué 166,386 pesetas por cada euro! ¡Que me devuelvan todas mis pesetas!
Ahora imaginemos lo contrario, que se opta por un cambio de 300 pesetas por cada euro. La percepción sería de que los precios se han disparado. Un producto a 6 euros estaría a 1.800 pesetas. De nuevo, indignación en la calle, a pesar de que los salarios también aumentarían nominalmente.
Y ahora imaginemos que ni una cosa ni la otra y que, por un motivo romántico-político, se fijase un cambio de 166,386 nuevas pesetas por cada euro. La indignación persistiría, pues al ver rotulados los precios en pesetas... ¡se evidenciaría la inflación latente de esta década! Probablemente los ficheros públicos con los cálculos del IPC desaparecerían de los servidores para no dejar rastro (ni Assange los encontraría) de cómo pudo venderse al vulgo un IPC que a nadie cuadraba.
APLIQUEMOS EL CAMBIO
Les doy precios actuales en pesetas. ¡Qué diferencia calcularlos mentalmente que verlos escritos! En la taquilla del cine leeríamos: "Una entrada, 1.085 pesetas" y, dentro, "palomitas + bebida, 1.000 pesetas".
En el súper veríamos el litro de agua mineral a 72 pesetas, el litro de un refresco de cola a 182 pesetas, un litro de leche entera de marca a 165 pesetas.
"¿Me cobra el café con leche?". "215 pesetas, por favor", nos responderían. Al llenar el depósito de un coche de tamaño medio, con capacidad para unos 50 litros de gasolina, le cobrarían cerca de 10.000 pesetas, que era lo que abonaba un transportista en el 2001 para llenar el depósito de su camión articulado. "¿Me da una baguette ". ¿Son 150 pesetas". La cerveza grande en el chiringuito de la playa costaría 500 pesetas...
He realizado el ejercicio de comparar los precios en pesetas del 2001 con los de un eventual regreso a la peseta hoy. La inflación media anual sufrida es simplemente escandalosa. El agua mineral ha subido un 9,1% cada año, de promedio; el cine, un 6,1%; los refrescos o el pan, un 7,1%; la gasolina súper, un 5,0%.
Por su parte, el salario bruto medio anual y la inflación han aumentado a razón de un 2,9% anual, de promedio, durante el pasado decenio. Se debería calcular para un conjunto más amplio de productos y servicios, pero mi estimación es que, desde la introducción del euro, hemos perdido entre un 30% y un 40% de poder adquisitivo en productos de consumo básico de la cesta de la compra. Varias organizaciones de consumidores denunciaron esto con cálculos similares los primeros años tras adoptar la nueva moneda.
¿Cómo pudimos absorber estos precios si los salarios no aumentaban en la misma proporción? ¡Si la economía crecía! Muy sencillo: porque era el crédito quien financiaba el consumo, tanto vía préstamos personales o hipotecas como vía creación de empleo de un modelo de crecimiento insostenible. Es decir, la borrachera crediticia absorbía la brecha entre salarios y el coste de la vida, efectos secundarios poco comentados de esta letal burbuja.
En realidad, la gente percibía que los precios subían, pero, ¡ay, magia de los números! Los aumentos de un número pequeño son menos obvios que los de uno grande. Si un precio pasa de 12 a 13,20 euros no nos quita el sueño, al fin y al cabo ¿quién se indigna por un euro? En cambio, si pasa de 2.000 a 2.200 pesetas, nos parece menos aceptable. ¡Pues es el mismo importe y aumento!
Los redondeos que incorporó el euro hicieron estragos en los productos de importes bajos. Que se lo digan a los pobres críos, cuyos chicles pasaron de 5 pesetas a 3 céntimos el 1 de enero del 2002, y al cabo de poco ya costaban 5 céntimos (¡inflación del 66%!) "para facilitar el cambio".
¿Cómo se podría erradicar de los nuevos rótulos la constatación de inflación? Pues mediante la semántica. Introduciendo un prefijo, como por ejemplo, neopeseta. Sería de este modo que, al ver la entrada al cine a 1.085 neopesetas, mantendríamos la indulgencia de estos diez años.
Aunque lo más probable es que se crease una moneda partiendo de cero y, de salida, se mantuviese la paridad con el euro para no liar más las cosas, que bastante enredadas estarían. En tal caso, habría que inventar un nuevo nombre que no recordase a nuestra antigua moneda. Hispanios, pesos españoles, filipos, qué se yo. El primer día los precios serían como el anterior. ¿Se imaginan? Oferta espuma de afeitar: 1,99 filipos.
Acto seguido, la devaluación sería inminente. Pero eso será objeto de mi próximo artículo.
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